Gisele
Luego de haber estado alrededor de 2 meses preparándome, finalmente ha llegado el día especial. Es el cumpleaños número 15 de mis gemelos favoritos, de hecho los únicos que conozco, pero mis mejores amigos después de todo. Estoy contenta de los regalos que tengo en mis manos, me levanté realmente temprano para poder ir a su casa antes del colegio y ser la primera aparte de su familia en felicitarlos y darles mi regalo.
Papá parece más lento de lo normal, me está estresando, pero debo mantener mi ansiedad guardada, debo ser paciente.
-¿Listo? -pregunto por cuarta vez mientras abrazo ambas cajas perfectamente envueltas, con impaciencia.
-Ya casi...
-Estás muy lento... -me quejo alargando la última palabra.
-No estoy muy lento, tú estás muy acelerada.
Hago puchero.
-Me voy a poner modo Frey.
-¿Qué? -pregunta confundido.
-¿Recuerdas que te hablé de aquel libro en donde te imaginaba como uno de los personajes porque también tiene heterocromía?
-Sí, lo recuerdo.
-Bueno, ese personaje tiene un hijo que no sabe mucho de autocontrol y la verdad es que estoy a un paso de llegar a eso.
-Tranquila, muñeca. No te entusiasmes demasiado, estoy listo. -él suelta una risa y besa mi frente. Sacude las llaves en su mano y se dirige a la puerta. Lo sigo aliviada.
-Perdón, solo estoy emocionada.
-Lo sé, te emocionas más por su cumpleaños que por el tuyo desde que son amigos.
-Tampoco es tan así.
-Claro que sí, ¿no le crees a tu viejo?
-No me gusta que te refieras a ti mismo como viejo. -hago puchero mientras él me abre la puerta del auto.
-Solo es un decir, cariño, no te lo tomes tan mal.
-Ya sé, pero no me gusta, todavía te falta mucho por vivir. -digo y lo observo a los ojos.
-Sí, todavía me tengo que casar y terminar de criar a la niña más hermosa y gentil que puede haber en la faz de la tierra -dice pellizcando mi nariz.
Sacudo la cabeza con una sonrisa en el rostro.
Entro al auto con prisa y acomodo los regalos en mi regazo con cuidado de no dañarlos. En cuanto aparcamos frente a la casa de los Roberts, sonrío ampliamente, bajo como puedo del auto y prácticamente corro a la entrada de la casa. Papá me sigue detrás y se encarga de tocar el timbre, ya que mis manos siguen ocupadas.
Julissa es quien abre, se ve tan contenta como siempre, aunque parece que le brillan los ojos más de lo normal. Para ser tan temprano y ella seguir en pijama, sé que es por el hecho de que sus hijos menores son un año mayores. Me encanta el amor que tiene ella por sus hijos, a diferencia de su esposo, parece no tener favoritismo por nadie, a veces pueden creer que tiene por Lucy, sin embargo a comparación de cómo trata al resto, es igual.
Se los dice una fuente confiable: yo.
Después de saludarla brevemente, me indica dónde están los chicos y corro hacia la cocina. Escucho a papá reír.
En cuanto veo a los gemelos, les sonrío y esta vez, me acerco con calma para dejar los regalos sobre la mesa, muy callada. Ellos parecen muy confundidos ante mi actitud tomando en cuenta cómo soy. Luego, una vez los regalos están seguros, los tomo desprevenidos aventándome sobre ellos para abrazarlos.
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Sin Mis Chicos (SC Libro #2)
Teen FictionLIBRO #2 "SAGA CHICOS" Vivir en Nueva York, estudiar en la universidad de tus sueños, teniendo el novio perfecto y nada más y nada menos que a miles de kilómetros de tus 6 hermanos. Para ojos de cualquiera, su vida parece que va a la perfección, si...