CAPÍTULO 24

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Hola! Ya estáaquí el capítulo 24, no hay mucha acción, pero es entretenido, espero que os guste! Un beso ^^

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CAPÍTULO 24

Amelia

Lucas me vino a buscar a mi casa, con una cesta como de picnic, pero no me dejó ver que llevaba dentro, por la tarde, antes de irnos llamámos a Esteban (el empollón) y a Enrique (el friki) para saber como les ha ido la “cita” con Ever y Sofía, se ve que cuando llegaron allí las chicas los vieron dieron media vuelta y se fueron, bueno, por lo menos las fastidiamos y las llevamos hasta allí.

-¿A dónde me llevarás?-le pregunto yo.

-Sorpresa, sorpresa-dice él.

-Eres malo...-le digo yo enfurruñada.

-No te creas, solo un poco...-dice él sonriéndome-venga, vamos.

-¿Vamos a pie?

-No, en tren, es que está un poco lejos.

-A, pues espera que cojo dinero para el tren...

-No hace falta corazón, yo te lo pagaré.-me dice sonriendo.

-Vale-digo yo besándolo en la mejilla.

Nos fuimos a la estación de tren, cogimos un tren que nos llevó a las afueras de París, era un pueblecito pequeño.

-¿Dónde estamos?- pregunte yo mirando las casas.

-Cuando era pequeño vivía aquí.

-Me gusta este sitio, es tranquilo...-le dije yo.

-Sí, a mi también me gusta mucho estar aquí, por eso te he traído.

-No conocía este pueblo, cuando seamos mayores, quiero que vivamos aquí.

-Me parece genial, viviremos aquí, hasta que seamos unos viejecitos que no puedan ni andar.-dice Lucas riéndose.

-Hombre, también quiero ir a ver mundo, pero sí, seremos unos canosos que viven juntos en una casita acogedora.

-Pues así será.-me dice él dándome la mano.

Caminamos durante unos 10 minutos, las casas eran todas muy grandes, y había campos y pequeñas riendas donde vendían verdura.

Lucas me llevó a un lugar apartado del pueblo, era como un prado, era muy bonito, y no había nadie.

-¡Qué bonito!-dije yo.

-Sí, la verdad es que sí-dice él cogiéndome de la cintura-cuando vivía aquí venía constantemente a este sitio, es un sitio, donde prácticamente nunca hay gente, normalmente suelo venir solo, eres la segunda chica que traigo aquí-me dice mirándome para saber como reacciono, y al ver que frunzo el ceño, y cruzo los brazos me dice-la otra fue mi prima Wendy, de 10 años...-dice riéndose.

-Más te vale-le digo sonriendo.

Lucas abrió la cesta de picnic, sacó un mantel, de esos típicos a cuadros rojos y blancos, después sacó la comida, unos sándwiches, aceitunas, magdalenas, nos íbamos a poner las botas.

-¿Tienes hambre?-me preguntó cuando lo había colocado todo y se había sentado en el suelo.

-La verdad es que viendo todo esto, difícilmente puedes conseguir que no te entre el hambre-le dije sonriéndole.

Nos pasamos la tarde allí sentados, cuando ya no teníamos más hambre lo guardamos todo en la cesta, y nos tumbamos en el césped, yo apoyé la cabeza en el pecho de Lucas, cada vez que me acercaba mucho sentía como su corazón se aceleraba por la proximidad, me gustaba que él también estuviese nervioso.

-¿Me quieres?-me pregunta él acariciándome el pelo.

-Pues claro, sino no te aguantaría-le digo bromeando.

-¡Eh!-dice él haciéndose el ofendido-¡Pues ahora veras!-y me empieza a hacer cosquillas.

-¡Ah! ¡¡Para, para!! ¡¡¡Me haces cosquillas!!!-le digo yo riéndome escandalosamente.

Esas cosquillas, pronto se convierten en besos.

-Lucas, deberíamos parar-digo yo agitada cuándo siento las manos de Lucas bajo mi camiseta.

-Es verdad...-dice él apartándose un poco para poder respirar bien, sus mejillas están sonrosadas a causa de la excitación.

-Te quiero, pero aquí no.-le digo yo al notar que piensa que me aparto de él.

-Lo sé, y lo entiendo, pero es que a veces me descontrolas...-dice él, y no se de donde se saca una sonrisa preciosa.

-Venga Lamoretti, tenemos que irnos-le digo levantándome.

-Sí, ¿te parece bien que vayamos a cenar juntos?

-Claro, pero yo no tengo dinero...-le digo yo-vamos otro día si eso... 

-¡Ah! No, no, no-me dice él-esta es mi sorpresa y te voy a invitar a cenar.

Acepté, nos fuimos a cenar a un restaurante chino, donde la comida estaba bastante buena, después me acompaño a casa de Leire, ella y yo habíamos acordado que me quedaría en su casa esa noche, para no molestar a Lucas.

-¡Que bien! ¡ya estás aquí!-dijo Leire al verme-Te estaba esperando.

Como las dos ya habíamos cenado nos fuimos las dos a la habitación.

-Tenemos que salir de fiesta algún día de estos las tres solas-le dije yo.

-¿Para qué?-respondió ella sin mucho ánimo.

-Ay chiqui, pues para conocer chicos, divertirnos...

-¿Conocer chicos? Ya conozco suficientes...

-Pero seguro que allí encuentras a uno mejor-le dije yo, tenía qu convencerla y que se olvidase de Joel.

-No sé... no tengo nada que ponerme...

-¡Tonterias! Nos iremos de compras o te dejaremos algún vestido, pero me niego a que te quedes encerrada en casa como una monja.

-De acuerdo...-dijo ella, por fin la había convencida.

-Pues nena, ¡prepárate para salir de marcha!

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Ya está! Espero que os haya gustado, votad y comentad y nos vemos mañana con el capítulo 25, que seguro que os va a gustar! Besitos! :)

Tú y yo, juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora