Capítulo 66
María José apretaba sus labios, notándose sus pómulos sonrojados mientras la castaña sonreía embobada, cada cosa que ella hacía en este momento le encantaba, estaba fascinada y sobre todo porque la morena jugaba con sus manos sobre su nuca. Con mayor firmeza se posó sobre ella, besando su cuello, dejando un húmedo camino con la punta de su lengua desde el hombro hasta el lóbulo de su oreja. Estaba satisfecha al ver como la morena estiraba sobre la cama su cuerpo, como su cadera se insinuaba contra la suya. Dejó los preservativos cerca para acariciar con ambas manos su curvilínea silueta. Bajó su boca hacia su vientre y trazó un camino de besos desde su ombligo, mordisqueando y besando hasta llegar al pequeño valle que había entre sus pechos. Sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de todo lo maravilloso que se perdería y como si hubiera tenido un cartel sobre su cabeza que dijera todo lo que estaba pensando, la morena le sostuvo el rostro, bajando el suyo un poco para ver los orbes mieles de Daniela.
María José: Da -jadeaba- no pienses en cosas tristes, piensa que el sida y mi muerte lograrán algo bello –la castaña inclinó el rostro hacia un lado sin entender- harán nuestro amor eterno...-miró hacia otro lado porque el tema le afectaba mucho pero no le dio tiempo de pensar y comenzó a jugar con sus dedos en su nuca, enviando corrientes eléctricas a todo su cuerpo.
Quería provocar a su pequeño ángel, quería que la necesitara. En un simple movimiento María José quedó boca abajo mientras Daniela besaba su nuca y le susurraba palabras secretas, riendo malvadamente al ver que ella respondía de forma positiva. ¿Quién dijo que los estímulos auditivos no funcionaban?. Siguió besándola recorriendo con sus labios su columna vertebral, con sus calientes manos metidas bajo su cuerpo y contra su vientre, moviendo sus dedos en formas circulares para estimularla hasta que estuviese en la punta de un abismo. Ahora el lóbulo de su oreja era su punto de atención, apretándolo con sus labios y escuchando como ella jadeaba constantemente.
Daniela: Preciosa –tironeó el borde de su oreja- eres la fantasía de cualquier ser humano, pero tengo el privilegio de ser yo quien puede amarte -con la fuerza de su brazo la levantó y ambas quedaron con sus rostros pegados el uno del otro, luego María José recargo su rostro en el hombro de la mujer que quería. Sentía tan vivamente su centro palpitarle de deseo y no podía respirar bien. La morena estaba moviendo lentamente su cadera contra el centro de Daniela y sabía que si seguía esperando, se volvería loca.
María José: Sigamos con esto –murmuró jadeante contra la oreja de Daniela, encendiéndola rápidamente- si tú sabes cómo hacerlo y me cuidas, no veo porque seguimos esperando... por favor, Daniela.
Había logrado su cometido, provocar a María José, torturarla hasta que ella le rogase que le hiciera el amor. Quería que sintiera que tenía el poder de la situación, cosa que era verdad. Ansiosa alcanzó con su mano uno de los preservativos femeninos que tenía. Pero sorpresivamente la morena se lo quitó de las manos y lo dejó a un lado, "Quiero mirarte" le dijo a Daniela haciendo referencia a su no aún completa desnudes. Estaba en blanco, ¿realmente iba a suceder? Pero su duda se borró de inmediato cuando sensual y atrevidamente la morena la empujo contra la cama. Se sentía bonita, valorada, deseada y sexy. Quería tener el control de todo y la mayor temía por su integridad.
Con cuidado se inclinó sobre su cuerpo deshaciéndose del sujetador de Daniela y sin perder el tiempo lanzo también su ropa interior lejos de la cama, pero muda se quedó al subir su mirada y observarla completamente desnuda. Sus ojos se abrieron, dilatando sus pupilas, mientras separaba sus labios sin poder dejar de mirarla.
Daniela: -La miro nerviosa y se atrevió a preguntar- ¿Ocurre algo? Sé que no tengo el mejor cuerpo... lo siento si no...
María José: -rio negando- Eres perfecta Daniela Calle. Jamás había visto a otra mujer desnuda, sé que somos iguales, pero... tu belleza es simplemente sublime –antes de que la castaña contestará, la beso intensamente, sintiendo las emociones y el deseo aumentar en ambas.