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Capítulo 76

A pesar de que sus propios ojos mieles estuvieran llenos de lágrimas, después de besarla se dedicó a quitarle las que María José tenía en sus mejillas. Quería verle el lado positivo a tanta mierda vivida, pero lo único que provocó que esbozara una pequeña sonrisa, fue la idea de que la morena era su esposa. Con cuidado tomó su mano y besó el anillo de oro en su dedo anular, sintiendo como ella continuaba llorando.

Daniela: Si pudieras verte frente a un espejo, te darías cuenta de que te ves maravillosa, tan hermosa –le susurró al oído- pareces un verdadero ángel mi amor.

María José: ¿Ya soy un ángel? –decía con ternura, enderezándose al escuchar la voz ronca de Daniela, que temblaba pero aun así era increíblemente seductora.

Daniela: ¿Sabes? –la tomó entre sus brazos como las recién casadas que eran y caminó por el frondoso paisaje del parque a su alrededor- he pensado que antes de que nacieras ya eras un ángel, que Dios te ha mandado para ayudar a otros, pero tú no lo sabes, ni lo recuerdas y luego ¡bam! Me he enamorado de un ángel. –Tanteo con sus manos su espalda, notando como ella a pesar de la pena trataba de sonreír- Pero no siento tus alas. –Escuchó su risita, miró su rostro y sus ojos que se encontraban observando un punto en la nada de la oscuridad que de seguro la rodeaba.

Con su esposa en brazos llegó de vuelta a donde estaban los demás. Había un pequeño cóctel en una mesa grande cubierta por un mantel blanco. María José fue abrazada por su esposa de costado porque todos pedían que posaran para las fotos. Camilo le indicaba a la morena hacia dónde dirigir la mirada.

Escuchaba flashes por todas partes, sintiéndose como una celebridad. Los ojos mieles de Daniela estaban atentos a los presentes, pero se fijaron en una persona que la observaba con tristeza. Había aceptado la invitación a pesar de lo mal que se portó con ella. Le murmuro un "gracias" y ella la entendió y trató de sonreír.

¿Cómo podía guardar rencor Fiore? Para ella le era imposible aquel sentimiento negativo porque de una u otra forma entendió lo que a Daniela y María José les pasaba, llenándose de angustia y a la vez viendo lo que era el verdadero amor.

.................

Miércoles 21 de marzo 2016, 3 días después

Aquella noche de bodas fue muy especial a pesar de no haber hecho el amor. Daniela dedicó todo su tiempo para besarle el cuerpo, para mimarla y disfrutarla toda la noche, pues había sido la última que ella pasaría en esa casa. Dos días atrás fue internada y se supo en toda la clínica lo que estaba pasando, produciendo que enfermeras, médicos y todo tipo de funcionarios de salud la visitaran en la habitación, llevados por la admiración y respeto que se le tenía. Ese día en la madrugada el tumor le dio otro infernal dolor, trataba de reprimirlo pero los gritos salían de su boca y por primera vez le suministraron lo que se le aplica a las personas con enfermedades terminales en sus últimas estancias de vida, la morfina.

A la querida y conocida Dra. Calle se le permitió dormir ahí porque en cualquier instante el cuerpo de su esposa dejaría de funcionar. Se colocó en un baño la camiseta celeste y con las manos en los bolsillos comenzó a caminar por la clínica, con la mirada perdida en el suelo y un rostro que reflejaba la impotencia contra aquel infame tumor. Apenas había logrado dormir 2 horas porque había estado rezando y mirando como su esposa dormía. Exacto, a ella se le tenía permitido estar en un sofá en la misma habitación que la morena. De pronto un paramédico se le acercó para comunicarle que María José la estaba llamando.

Su corazón latió fuerte, entró a la habitación y notó como su rostro estaba pálido pero marcado por ojeras. Estaba luchando para vivir un poco más.

bittersweet feeling | caché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora