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Capítulo 71

Con sus labios esbozó una pequeña sonrisa al notar que habían llegado a la casa de Daniela cuando el sol casi se había ocultado por completo. "Bienvenida a tu casa" le murmuró ésta en su oído para hacerla sentir cómoda desde ya. El camión de la mudanza llegó minutos más tarde, descargando todas las cajas y cosas grandes hacia el garaje en poco tiempo.

Daniela: Ven aquí preciosa –después de una hora se encontraban en la cocina. La morena acercó su nariz al horno y se mordió los labios fascinada por el aroma que desprendía aquello- ¿te gusta? –le brillaban los ojos de orgullo mientras María José asentía- En cuanto supo que vivirías conmigo, mi mamá de inmediato me pidió las llaves de la casa. Quería ordenar mientras yo te ayudaba a empacar tus cosas y nos dejó una rica lasaña.

María José: ¿No te cuestionó porque viviré contigo? –sus pómulos tomaban un color rojizo, encantando a su castaña de inmediato. Amaba su inocencia y ternura.

Daniela: Mi madre sabe que puede darme consejos y opinar porque no dejo de ser su hija, pero también sabe que no puede prohibirme hacer mi vida y le di mis razones -la sonrisa se borró de su cara y bajó la vista hacia la lasaña en el horno, de pronto sintió que la más pequeña la estaba abrazando por detrás, metiendo las manos bajo su blusa para acariciar su abdomen y darle besitos en el hombro. Daniela gimió pero no precisamente por algo sexual, cualquiera de sus caricias la tranquilizaba.

María José: ¿Que te han dicho tus padres sobre lo nuestro? –Se dejó envolver en un abrazo- es momento de hablar las cosas mi amor.

Daniela: -la miró fijamente- Es obvio que les preocupe, temen tantas cosas, valoran el que me haya enamorado de una persona con tus condiciones, que ambas sepamos el final y aun así sigamos con todo –acariciaba su rostro a medida que le hablaba.

María José: Pues diles que están equivocados –se apartó levemente mientras la castaña inclinó la cabeza sin entender. María José se puso de puntillas y la besó con dulzura, mordiendo su labio inferior- ¿quién dijo que cuando yo muera esto se termina? Ya te dije que te cuidaré desde cualquier parte, –la besó- que te amaré, –le dio otro beso- que procuraré que seas la mejor mamá del mundo con tus niños y esposa, que cuidaré a Mateo y a todos. -parecía tan tranquila hablando de esos temas- Esto no es el final mi amor.

Para pasar la angustia que le provocaban sus palabras, acarició su rostro con la punta de la nariz como si fuese un cachorro, rieron ambas y prepararon la mesa para cenar. Mafe Calle cocinaba increíble y se notaba en el sabor que todo había sido hecho con cariño. Gracias a Dios Daniela siempre tenía dinero en el banco y con eso bien podía mantenerse por varios meses sin trabajar. Mas, su estado "cesante" era sólo momentáneo, la clínica no quería perder a una valiosísima doctora como ella, Daniela Calle prometía ser una joya en bruto como médico.

A pesar de que sentía cansancio y mucho sueño, quiso quedarse un tiempo más despierta. Ambas estaban acostadas en la misma cama, aún no habían apagado la luz mientras murmuraban que se sentían como recién casadas. La morena se acomodó sobre el cuerpo de Daniela para mirarla y acercar sus dóciles manos a su rostro, acariciando lentamente el contorno de su nariz, su mentón, sus pómulos, la forma de sus cejas y sus labios donde no evitó dejar un beso. Estaban en silencio pero mirándose fijamente.

Daniela: ¿Qué haces? -susurró bajito, con una mano sobre la espalda de ella que repasaba una y otra vez en un vaivén lento.

María José: Grabar en mis manos y mente tu rostro, cada detalle tuyo para que no se me olvide cuando... bueno, quede totalmente sin vista –sonaba tranquila a pesar de sentir pena. Era parte del asumir la realidad y no luchar contra ella sino aprender a vivir con eso- tienes unos ojos hermosos Daniela, una sonrisa maravillosa que excita hasta a las enfermeras más jóvenes de la clínica. –a carcajadas rieron, ella no era celosa, al contrario, tenía a la mujer más bella y se sentía orgullosa porque lo era por fuera y por dentro- Tienes unos labios que besan de maravilla, un cuerpo de infarto –rió divertida- todo en ti me encanta y quiero recordarlo –besó su rostro con dulzura- te amo –dijo acariciando éste con las manos para guardar en su memoria cada detalle importante.

bittersweet feeling | caché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora