Capítulo 23

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Sam había subido y se encontraba encerrada en su habitación, se había sentado en el piso junto a su cama, de frente a la puerta de entrada que se encontraba cerrada, su padre tocaba con voraz insistencia...


–Samantha, por favor ábreme, déjame explicarte. –ella no respondía. –Esta bien, te daré unos minutos para que te calmes, pero quiero que sepas que volveré y tendrás que abrirme.


Ella odiaba esa imposición de carácter que al final del día nunca servía, pero siempre la hacía sentir peor.


–5 minutos, 5 minutos sin tener que verte y escucharte, seria mucho pedir. –estaba realmente harta de la situación.


Inesperadamente él se apareció frente a ella, ahora con su look malvado, era Dark Danny, nombre que ella no pensaba usar, para ella siempre iba a ser Danny.


–Estás tan molesta como yo, siempre tuviste razón con respecto a Vlad aún cuando nadie te creyó, estás muy enojada y no quieres seguir ocultándote más, no quieres seguir siendo quien calle cuando sabes que tienes algo que decir, algo que es verdad, tú verdad.

–¿Se supone que está es la tuya? –se levanto del suelo para verlo. –¿Un Danny malvado de piel verde? No lo creó... –dijo caminando hasta su cama para tomar la foto que tenía de Pamela, Paulina y Estrella.

–¿Quién soy yo según tú? ¿Acaso no tengo razón en lo que digo? ¿Qué Vlad no merece un castigo digno de él? –su mirada era tan fría como la de un villano.

–Nunca he dicho que no tengas razón. –dijo mirándole a la cara, este estaba sorprendido, no esperaba esa respuesta. –Sólo digo, que esa no es la manera; de hacerlo como dices, seriamos tan patéticos y miserables como Vlad.

–¿Qué propones entonces?

–No propongo nada, sólo digo que debe haber una mejor forma, una en la que tú no seas un ser igual de rencoroso que Vlad, una en dónde yo no tenga que odiar a nadie, por más molesta y dolida que este. –dijo volviendo la foto a su lugar.

–¿Qué tontearías dices Sam? Eso nunca pasara, yo no dejare de ser lo que ahora soy.

–Te equivocas, hay algo que puedo hacer para hacerte cambiar, pero no lo haré, yo no quiero tomar la iniciativa, me canse de hacerlo. –ella se acerco a la puerta con toda la intención de abrirla para irse, pero este la tomo desprevenida, la tomo entre sus brazos con gran desesperación en un apasionado beso, deseando que lo que ella había dicho fuera verdad y que sí lo pudiera cambiar, devolverlo a quién antes era.


Se separaron un segundo para mirarse a la cara, él quería mirarla, quería asegurarse de que no había hecho mal; ella lo miro y se encontró con que ya no era ese fantasma malvado, era su buen amigo fantasma al que tanto quería, volvía a la normalidad.

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Danny Phantom, el misterio de Paulina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora