Fifteen

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Katsuki caminó en dirección a la ventana. Se asomó con lentitud y maldijo el buen clima de afuera. Cerró la cortina y con tambaleos disparejos llegó a la cama. Levantó el cobertor y se cubrió con él en cuestión de segundos — Maldito celo... — Habló entre dientes. Su cabeza daba vueltas y se sentía que en cualquier momento moriría de fiebre. Balbuceó palabras sin sentido y volvió a maldecir. No tenía supresores y la señora Midoriya había salido. Se encontraba solo, solo eran él y su reciente celo iniciado. Izuku se había marchado sin saberlo. El olor de sus feromonas inundaba la habitación. Ni siquiera era capaz de conciliar el sueño — Quiero a Deku... — Susurró. Sin pensarlo, cogió el teléfono y escribió un mensaje: "¡Deku! ¡Ven a casa! ¡Ya!".

Después de media hora, la puerta de su habitación se abrió. Izuku suspiró al ver al omega. Sus hermosos ojos cerrados, el sonrojo en sus mejillas y la suavidad de sus labios. Sin pensarlo, se acercó a la cama y frotó sus mejillas. Tan suaves y tan cálidas — Hola... — Le dijo en voz baja y se sobresaltó y tiró del alfa. Se aferró a él por unos minutos, como si fuese un Koala. Sin previo aviso, Katsuki se sentó sobre el regazo de Izuku. Lo besó intensamente, sus lenguas danzaban y sus corazones latían desbocados. De un momento a otro, ambos perdieron la cordura. Los besos y abrazos pasaron a gemidos y suspiros.

Ya en el climax, Izuku dirigió su boca en dirección al cuello del omega y lo mordió. Lo mordió con lentitud y gentileza. Katsuki gimió, el dolor era placentero y de una u otra forma, ser marcado solo significaba que su lazo con el alfa estaba sellado. Segundos más tarde, Katsuki cayó dormido. Midoriya se puso de pie, se vistió y vistió a Katsuki. Lo levantó suavemente y en medio de quejidos y golpes, lo llevó a su habitación — ¡Tenía ganas de dormir, Deku! ¡De dormir! — Gritó. Se cruzó de brazos y observó el lugar, la habitación del alfa. Arqueó una ceja y preguntó — ¿Quieres que duerma aquí? ¿Por más de un día? — Izuku asintió — Gracias por pedirlo y hacerme obligarte a aceptar.

Izuku rió y besó sus mejillas. Era tan adorable y tan suyo — Acabo de marcarte... — Le dijo en voz baja. Con la yema del pulgar acarició la parte hinchada del cuello de Katsuki. El omega dio un leve salto y abrazó a Izuku con fuerza — No me iré a ningún lado... — Habló con cariño y amor. Ahora fue su turno de abrazarlo. Había esperado tanto por este momento, había llorado, sufrido y finalmente estaban juntos. Se separó unos centímetros y dio pequeños besos en los labios del omega — Sabes dulce.

— Deku sabe dulce — Dijo Katsuki mientras volvía a abrazarlo. El alfa era demasiado cálido como para estar lejos de él. Debía aceptarlo, fue un estúpido al privarse de esto por tanto tiempo — Siempre estaremos juntos, ¿Cierto? Digo, estamos enlazados, pero eso no impide que te alejes de mí... — La voz del omega estaba repleta de tristeza. Su mamá lo había dejado y no estaba preparado para volver a estar solo. Gracias a Izuku él había obtenido una nueva familia y una razón para seguir viviendo. Frotó su mejilla contra la del alfa, era un sentimiento hermoso. Estar cerca de él y poder sentir su esencia. Estaba en casa y esperaba que fuese así hasta el día de su muerte — Pondré todo mi esfuerzo a mejorar y jamás descuidar nuestra relación. Quiero que seamos felices — Afirmó.

— Jamás te dejaré y también pondré todo de mí. No podría vivir sin ti — Cerró los ojos y aspiró el aroma de Katsuki. El omega se sonrojó y cubrió su rostro con ambas manos. Murmuró bajo, yo tampoco podría vivir sin ti y se deshizo en llanto. Katsuki lloraba por estar feliz, por agradecimiento, por querer hacerle saber a su mamá que estaría bien y por lo mucho que amaba a Izuku — ¿Quieres hacer una promesa de meñique? — Preguntó el alfa con los ojos llenos de lágrimas. Katsuki asintió y prometieron apoyarse en todo y crear una vida juntos y al final, todo estuvo bien.

Estoy aquí | DekuKatsu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora