Enamorado De La Profesora (Shikatema)

Advertencia

Pov. General

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Al concluir el primer disparo llegaron cinco más al cuerpo inmóvil tirado.

Kidomaru lo observó en el piso acercándose sin dejar de apuntarlo con el arma buscando signos de vida.

El resto de sus compañeros llegaron corriendo con armas en mano listos para pelear. La sorpresa de todos fue grande al ver que el disturbio estaba controlado y también al reconocer al intruso ya muerto.

—¿Qué fue lo...? — Dejó de hablar Tayuya al llegar en pijama y ver al hombre sobre el charco de sangre en el suelo. —¿Mi suegro aquí? — Se llevó una mano a su frente enojada. —¡Estúpido Kidomaru! ¡Has adelantado mis planes!

—No sabía quién era. —Se encogió de hombros excusándose. —Me daba la espalda, no vi su cara a tiempo.

—¡Mientes! — Resopló enojada. — Ese es el menor de nuestros problemas ahora. — Frunció el ceño quitándole el arma para examinarla. — Esta arma no con cuenta con silenciador imbécil, no suprime el sonido, te deben haber oído afuera.

—Tenemos que salir de aquí. — Espetó Kimimaro quitándole el arma a la pelirroja.

—¿Dejaremos al mocoso?

—¡No! —Tayuya fulminó a Ukon con la mirada. — Empaquen lo necesario y despierten a la maldita rata, no dejaré que la policía ni Shikamaru lo encuentre, y si lo hacen solo tendrán su cadáver ¿Me oyeron?

—Primero pensemos a dónde iremos. — Intervino Kimimaro otra vez aguantando para no gritar y pelear. — Sugiero que contactemos a Orochimaru-san.

—No involucres a papá en esto. — Indicó la pelirroja poniendo una mueca de asco. — Está muy molesto por todos los problemas que han surgido y dañado su imagen.

—Apoyo la idea de Kimimaro. — Opinó Jirobo. — Puede ayudarnos; si dice que no, solicitemos los servicios de Akatsuki otra vez.

—Imposible. — Habló Tayuya apretando los puños. — No podemos pagar a los Akatsuki, no contamos con tanto dinero ahora...Y desde que todo esto pasó la policía ha estado vigilando todos sus pasos. —Refiriéndose a Orochimaru. — Sospecho que hasta intervienen sus llamadas.

—¿Y Kabuto?

—Con tal de ayudar a mi padre ese infeliz es capaz de decirnos que sí y después delatarnos. —Gruño recordando al cuatro ojos lamebotas de Orochimaru.

—¡Entonces estamos perdidos! — Prosiguieron Sakon y Ukon perdiendo la calma.

—¡Silencio imbéciles! —Regañó el peliblanco.

—¡Cállense par de estúpidos! Debemos salir de la ciudad, una vez ahí pensaremos en algo. — Miró a Kimimaro en busca de ayuda.

—Traigan al niño. — Ordenó a Jirobo que asintió y se marchó. — Tayuya la policía debe estar en camino, así todos escapemos de la reserva a toda velocidad nos alcanzaran, no tiene caso salir corriendo.

En ese horario no se divisan muchos vehículos transitando por las carreteras, los rastrearían y ubicarían sin dificultad.

—¿Qué propones? ¿Qué nos dejemos capturar? — Kidomaru lo vio con enojo. —¿Y qué haremos con el cuerpo? —Pisó una de sus manos.

—No hagas eso... Me da nauseas. — Tayuya cubrió su boca con la mano para controlar las arcadas que surgieron. —Está comenzando a apestar. Sácalo de aquí.