Enamorado De La Profesora (Shikatema)

Noche

Pov. General

.

.

.

.

Temari miraba el reloj de su oficina dando pequeños golpes con sus dedos al escritorio, siguiendo el ritmo del reloj contando los minutos.

- ¡Temari!- Llamaron abriendo la puerta de la oficina.

-Directora Tsunade. - Dijo a modo de saludo poniéndose de pie.

- Antes de irme quería avisarte que los baños para docentes están cerrados por mantenimiento. - Mencionó la rubia mayor.

Temari la miró con sospecha.

- ¿Eso es todo?. -Preguntó. No comprendía porque la subdirectora se había tomado el tiempo de venir aquí a decirle eso cuando pudo enviar a alguien.

- Sí, así que tendrás que cambiarte en el baño de estudiantes. - Habló la subdirectora.

-¿C-cambiarme? - Titubeó Temari.

- Para tu cita. - Declaró la rubia mayor con una leve sonrisa.

Temari juró que toda la sangre del cuerpo se le subió a la cara. Ahora debía estar tan roja como una manzana.

¿C-Cita? - Balbuceó.

- Claro, si hoy es tu cita. - Afirmó Tsunade.

- ¡¿Eh?! - Exclamó.

Tsunade sonrió.

- ¿Cómo lo sabe? - Preguntó con miedo a que Shikamaru haya abierto la boca.

Descartó eso al ver a Tsunade feliz. No estaría sonriendo si se enterara que iba a salir con uno de sus estudiantes.

Tsunade caminó hasta salir de la oficina cerrando lentamente la puerta, no sin antes murmurar:

- Naruto... - Y cerró la puerta.

Ahí estaba la respuesta.

............

Suspiró de alivio cuando estuvo sola en la oficina. Miró hacía arriba para ver la hora; eran las ocho de la noche. Faltaba media hora.

Salió a paso rápido por los pasillos en dirección al baño con todas sus cosas.

No quería llegar tarde.

Una vez ahí se cambió lo más rápido que pudo.

Pensó en cambiarse de peinado, pero recordó que no era una cita de verdad  y conservó sus dos coletas.

Luego procedió a cambiarse de ropa y aplicarse un poco de maquillaje.

Salir a esa cita era la excusa perfecta para usar su nuevo brillo labial.

..........

Sintió pasos detrás de ella cuando caminaba a la salida de la universidad por los oscuros pasillos.

Murmuró un maldición.

Aceleró el paso tratando de dejarlo atrás, pero las pisadas no desaparecían, cada vez estaban más cerca.

Dobló en una esquina con la intención de perderlo pero no resultó.