Sammy ･:*:･✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]

𝚕✩𝚜 𝚖𝚘𝚜𝚌✩𝚜 𝚎𝚗 𝚕✩ 𝚜𝚘𝚙✩

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- ¿Cómo te llamas? - preguntó la mujer de cabello corto sentada del otro lado del escritorio. Jisung se miró las manos; temblaban.

- Han Jisung - dijo bajito. La voz no le salía de otra manera.

- ¿Y qué edad tienes, Jisung?

- 16, casi 17 años.

- ¿Por qué estás aquí?

Jisung no sabía. Sus ojos viajaron por la pequeña oficina, bajo la insistente mirada de la mujer. Lo ponía nervioso.

- No lo sé.

- ¿Tú lo decidiste o fue alguien más? ¿Tus padres?

- Mi madre se preocupa. Ella me lo propuso y yo... Primero le dije que no.

- ¿Te obligó? - Jisung negó. - ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

- No quiero que esté preocupada.

- ¿Por qué se preocupa?

- No lo sé.

- Sí sabes, ¿por qué es?

Jisung mordió su labio. En serio no lo sabía, pero la psicóloga le exigía una respuesta. Le picaban los ojos con ganas de llorar, pero le daba vergüenza. No quería permitirse algo así.

- Porque... - la mujer se levanta de la silla y cierra la ventana. Jisung se avergüenza por eso: seguramente no llega a escucharlo. - Porque no salgo mucho de casa, como mis hermanos.

En realidad Jisung no se parecía en nada a sus hermanos. MinHyuk, el mayor, tenía 20 años y estaba estudiando para ser ingeniero; además, tenía una relación a distancia con una chica de Seúl, con quien ya estaba planeando su boda, y acababa de hacerse su primer tatuaje con sus amigos.
YeonJun era tan solo un año menor que Jisung, pero ya salía a beber con sus amigos y tenía un negocio; era fotógrafo para marcas y eventos sociales y además cambiaba de pareja cada poco tiempo.
Finalmente estaba Sunoo, menor que Jisung por 3 años, tan normal como un niño de su edad: salía a jugar con sus amigos, tenía buenas notas y hacía deporte. Tocaba el piano y además cantaba bonito, y tomaba clases de baile todos los fines de semana, aún con sus delicados problemas de salud.

Jisung no tenía nada de eso. Nunca había tenido pareja, aunque experiencia en esos temas no le faltaba, más no por buenos motivos. Jisung no tenía amigos; sus malas amistades del pasado se lo impedían. No se sentía seguro cerca de nadie. No salía de su casa porque no tenía motivos, no era bueno en nada, no sabía ni qué quería estudiar. A veces dibujaba, a veces bailaba; su sueño de más joven era cantar bien, pero no lo veía posible a esas alturas. Se la pasaba encerrado en su habitación, viendo videos de YouTube, escuchando música o leyendo cosas que al poco tiempo se le olvidarían. No tenía fuerzas para levantarse de la cama, mucho menos para comer. Podía comenzar algo y nunca terminarlo; pasar la noche despierto, mirando la pared en medio de la oscuridad, y solo se ponía a llorar sin ningún motivo. Jisung no entiende lo que le pasa, tampoco por qué está en esa oficina. Jisung no entiende el mundo, y le asusta mucho simplemente seguir viviendo, pero no: eso no se lo diría a la psicóloga.