Sammy ･:*:･✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]

𝚜𝚒𝚗𝚌𝚎𝚛☆𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚒𝚖𝚙𝚘𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎

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La señora Han salió de viaje unos días. A veces lo hacía, para visitas familiares lejanos que los hermanos no conocían.

Entonces ellos debían encargarse personalmente de sus cosas, sus comidas, sus transportes... De la casa en general.

Sunoo se sintió tranquilo por ello: podía faltar al instituto al menos esos tres días, y obligar a sus hermanos a quedarse con él. Y era sencillo: YeonJun lo había dejado hace bastante, aunque su madre no sabía. Jisung también, por motivos diferentes, pero decidía quedarse en casa.

El problema era MinHyuk. MinHyuk no solo iría a la Universidad, sino que también los acusaría por no cumplir con sus responsabilidades.

— Nos escondemos en el armario y salimos cuando se haya ido — propuso el Han más pequeño. YeonJun asintió. Estaba de acuerdo.

Esos dos se llevaban demasiado bien, aunque eran exageradamente diferentes. Sunoo era delicado y tranquilo y YeonJun muy atrevido y activo. Pero pasaban tiempo juntos. YeonJun llevaba un tiempo metido en el mundo de la música, directamente tocando instrumentos y aprendiendo a entrenar su voz, y quería enseñarle a Sunoo también.

— ¿Jisung duerme todavía..?

— Probablemente — Sunoo no estaba seguro, pero ahora tenía curiosidad. Esperaron un poco a que MinHyuk se fuera y salieron del armario del pasillo para preparar el almuerzo juntos. — Iré a ver.

Sunoo caminó hasta la puerta de su hermano; eran quizás las diez de la mañana o un poco más tarde. No quería despertarlo, así que no llamó, por si acaso. Giró la perilla lentamente, con cuidado. Escuchó el rechinar de la puerta mientras la abría de a poco, y lo miró ahí, durmiendo boca abajo, pero sin su camiseta. Jisung nunca dormía así, Sunoo lo sabía. Y entonces lo notó; a ese muchacho castaño durmiendo debajo de su hermano, con las manos alrededor de su cintura. Ambos cuerpos cubiertos a la misma altura, sin siquiera la luz del día alumbrando el lugar pues las cortinas seguían cerradas. Se veían tranquilos. Tan pero tan tranquilos que Sunoo no podía parar de mirarlos.

— ¿Qué pasa? — lo empujó YeonJun por la espalda, queriendo ver por sobre su hombro. Y los miró, sintiéndose contento, aunque sorprendido al respecto. — ¡Han Jisung! — le gritó en un tono amenazante, retador.

La primera reacción del hermano mayor (al menos en casa esa mañana), fue darse la vuelta y cubrirse con la manta hasta el cuello. Apenas había notado que esa noche no tuvo frío. Eso era novedad. Y se sintió avergonzado, sí, más aún cuando Chan se giró para seguirlo abrazando, bajando las manos por su abdomen, aún dormido.

— ¿A dónde vas, mi amor? — le preguntó Chan al sentirlo lejos.

— Sunoo, ve a la cocina — le pidió YeonJun. — No quiero que veas esto.