𝚟𝚒𝚛✩𝚕

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- Siento que todos me odian - le confiesa Jisung a Chan.

Acababa de despertar. Acababa de salir de la cueva del osito bebé luego de pasar la noche ahí con Chan un sábado más. La reunión había terminado un poco tarde y le dolía la cabeza pues casi daban las 2 de la tarde y había mucha luz cegando sus ojitos.

- No lo creo - lo abrazó por detrás, dándole los buenos días mientras el menor se sentaba en la mesa de la cocina. - Amo tanto amanecer contigo.

- No puedo decir lo mismo: cuando despierto, ya te has ido.

- Duermes mucho, bebé: yo no quiero despertarte.

- ¿Me odias? - preguntó con decisión. Chan se rió. - Te lo pregunto de verdad.

- ¿Por qué sería tu novio si te odiara...?

- No lo sé - fue su primera respuesta. - Por... Compasión, por una broma... Para divertirte...

- No soy así, Jisung.

- Tú no, pero yo soy odiable.

- No lo eres.

- Ya verás que sí.

- Está bien - aceptó. - Tienes una semana para demostrarme que eres odiable, y yo te demostraré lo contrario, ¿hecho?

- No hay manera de que ganes - le dio la mano, cellando el trato con una fingida sonrisa que alertaba lo seguro que estaba de ganar.

- Lo veremos pronto, precioso.

- ¿Quieres café?

- ¿Haces café? - se sorprendió por la propuesta.

- Y muy bueno, de hecho.

- ¿Quieres convencerme de que eres odiable o de que me case contigo?

- Ahg, pues no te hago nada entonces - se enfadó fingidamente, caminando de vuelta al pasillo. - ¿Puedo ducharme?

- Pero no te tardes - volvió a abrazarlo por detrás, apoyando la barbilla en su hombro. - Te extraño.

- Pero si dormimos juntos...

- ¿Nunca te ha pasado...? Que puedes ver a alguien todos los días, pero aun así sentir que le extrañas, o que conoces a alguien y sientes que le estuviste extrañando toda tu vida...

- ¿M-me prestas una toalla? - se apartó. Chan lo ponía muy nervioso, con su cercanía y sus palabras también.

- Claro que sí, bebé - Chan se hizo a un lado, yendo a su habitación rápidamente para llevarle una toalla. Luego de eso, se le volvió a pegar tal como un koala a su árbol. - ¿Puedo ducharme contigo?

- ¿Por qué estás tan cariñoso hoy...? - se sintió curioso. - ¿No íbamos a ir lento?

- Es... Por la ecología, sucio.

- ¿Es que tienes sueño? - insistió en su inusual comportamiento.

- Es que estoy triste, Jisung - le confesó. - Te lo cuento cuando salgas de la ducha.

Por eso no se tardó ni diez minutos. Chan le preocupaba, porque además casi nunca demostraba estar triste. Supuso que debía ser algo serio si se portaba así, y le dio algo de gusto comprender que le diría: que le tenía confianza.

- Hoy vino la dueña del edificio - le contó cuando se sentó con él en la cocina. - Te lo dije: quiere comprar el departamento para demoler - La pierna derecha del mayor se movía con desesperación, de arriba hacia abajo, tan rápido como un temblor. Jisung no sabía qué decirle o qué hacer... ¿Cómo solucionaría un problema así...? - Creo que se acabó: mamá y yo hablamos, y decidió que era lo mejor - sollozó -. ¿Me abrazas...?

Sammy ・:*:・✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora