Sammy ･:*:･✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]

𝚜✩𝚖𝚖𝚢: 𝚕✩𝚜 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚎𝚕𝚕✩𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚞𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜

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Como la tarea más complicada que tuvo MinHo en su vida, vuelve a doblar las hojas y las regresa a su sitio. No puede hacerlo, en realidad, por motivos varios que van desde sus manos temblorosas hasta notar que hay algo aún al fondo del sobre azul bebé.

Le rompe el corazón a HyunJin observar esos preciosos brazaletes hechos seguramente a mano por un chico que recientemente descubrió que le gustaban las cuentas plásticas y los colores.

- No puedo - murmura Minho, dejando el sobre de vuelta en la mesa. Cubre su boca una sola de sus temblorosas manos, intentando tragarse su llanto, pero apenas es capaz...

Nadie puede moverse; el silencio domina cada parte del pequeño departamento, además de las intranquilas respiraciones que abundan por los espacios más remotos de la sala de estar.

No saben qué deben decir, ni siquiera qué deberían pensar... No hay mucho en sus cabezas, solo lamentos.

Lo lamentan con cada parte de su ser... Lamentan no haberlo evitado y no saber qué hacer ahora.

Hyunjin siente que ya no respira cuando observa a los hermanos Han hacerse una pequeña montañita en el sofá. Que se abrazan con dolor, uniendo sus sollozos para ambientar la fúnebre escena.

¿Fúnebre...? ¿En serio Jisung está muerto...?

A Seungmin no le cuadra del todo. No quiere decir que tiene esperanza o que se niega a aceptar la realidad; pasa que, bueno, ¿por qué sería cierto...? ¿En qué parte de esa carta dice que lo es...?

No derrama ni una lágrima más antes de levantarse y caminar con prisas hasta el sobre azul bebé. Saca las hojas con agresividad y lee todo de nuevo, aunque muy por encima, repasando las letras que Jisung marcó con su débil pulso y un bolígrafo de tinta negra bastante fluida.

No sabe qué pensar; leerlo de nuevo hace que se confunda un poco más, así que busca los restos del paquete.

Ahí están esos nueve brazaletes de colores con pequeñas etiquetas, minúsculas, en realidad, que llevan escritos sus nombres tan delicadamente que le da miedo romper incluso el silencio.

- "Hay uno para cada uno" - lee el post-it rosado que Jisung guardó hecho un rollito. - "Son un agradecimiento pero, lo que es más, un sello para nuestra promesa; esperen por mí".

"Esperen por mí"

La puerta se abre unos segundos después; la puerta de la entrada, dejando ver a Bang Chan y, para sorpresa de todos, también a un pequeño y tranquilo chico de cabellos azules, tan obscuros como la noche, y zapatillas amarillas. Nunca más serían zapatillas rojas.

- ¿Jisung...? - Sunoo es el primero que habla tras apartar las lágrimas que obstruyen su visión. No lo cree, no entiende tampoco... ¿Su hermano está vivo...?