Hogwarts después de la guerra (Drarry)

Fue mi culpa (1/2)

(Esto ocurre 8 meses antes del final)

Harry y Draco habían ido a pasar sus vacaciones a Francia, uno de los países favoritos del rubio.

Harry había quedado maravillado con las calles, las tiendas, los parques... pero sobre todo con la Torre Eiffel. Y allí había jalado a Draco.

El rubio estaba algo cansado, ya que su novio lo había llevado de un lado a otro durante todo el día. Además ya era de noche y él había ido más de 5 veces a ese país con sus padres. Pero esta vez era diferente, estaba con su novio.

-¡¡Draco!! ¡Mira la ciudad! Es hermosa de noche...

-Lo sé, cariño, lo sé -dijo el rubio, abrazando por la espalda al azabache.

Estaban en la Torre, mirando la ciudad que se extendía a sus pies. Era una vista increíble. Hermosa. Harry tomó la mano de Draco y sonrió. Podría pasarse la noche entera allí.

Dos horas después.

Ambos chicos se encontraban en una de las mansiones que los Malfoy aún poseían y que no les había sido quitadas por el Ministerio. Era simple -algo raro en los Malfoy-, aunque espaciosa.

Harry estaba recostado en la cama matrimonial que compartiría con Draco. Habían cenado en un café -a su insistencia- aunque el rubio quería cenar en un restaurante privado al que solía ir con sus padres. Luego habían vuelto caminando desde el París muggle hasta la mansión, que estaba en el lado mágico. Había sido un trayecto largo.

-Harry, cariño, ¿qué haces? -dijo una voz a espaldas del azabache.

Este se volteó y admiró la vista. Draco acababa de salir de la ducha y solo tenía una toalla envuelta a la cintura, dejando al descubierto el torso bien trabajado de su novio. Harry sonrió pícaramente, mordiéndose el labio.

-Ven -dijo aun sonriendo al rubio.

Draco se acercó y lo besó. El beso poco a poco comenzó a volverse más fogoso. El rubio se recostó sobre el azabache sin romper el beso, y subió su polo.

-Nghh... D-Draco... n-no hagas.... ahhh... eso... -gimió el chico.

El rubio había bajado sus labios hasta su pecho, chupando sus pezones. Luego volvió a besarlo, dejando chupetones en su cuello. Harry aprovechó que el chico se levantaba para desatar la toalla, ya que había cierto "problemita" debajo de ella. Comenzó a acariciar el miembro de su novio, sacándole gemidos.

-H-Harry... para -pidió el rubio. Pero el azabache no tenía intención alguna de hacerle caso. Siguió frotando el miembro más rápido, mientras el rubio trataba de pararlo-. M-me voy a... nghhh... ahhh!!

Entonces el rubio no pudo más. Bajó el pantalón de su novio y de una estocada penetró la estrecha entrada del azabache.

-¡¡AHHHH!!

Harry no se esperaba eso. Sintió un dolor agudo. No era la primera vez que lo hacían, pero no lo habían hecho sin que Draco lo preparase. Poco a poco ese dolor dio paso al placer con cada estocada que el rubio daba.

Entonces dio en ese punto.

-NNG...¡¡HAAA!! -un gemido se escapó de los labios del azabache. Esto no hizo más que excitar a Draco, quien comenzó a dar estocadas más rápidas en ese lugar. Unos momentos después ambos se vinieron.

Draco se recostó al lado del azabache, abrazándolo sin salir de él.

-Te amo -susurró dándole un beso en la cabeza.

-Yo también te amo, mi hurón.

Un mes después (Febrero)

-Amor... tranquilo... no pasa nada. Seguro fue la comida -decía Draco mientras acariciaba la espalda de su novio, quien devolvía todo lo que había en su estómago.

-Peo... ae... y a emana pasaa.... blurrppp -el azabache no terminó, ya que otra vez habían vuelto las náuseas. Draco suspiró preocupado. Tenían que ir a San Mungo.

-Señor Potter... tal vez sea difícil de creer, pero usted está embarazado. Tiene casi un mes -finalizó el sanador.

Harry no creía haber escuchado bien. Miró sonriendo al sanador, esperando a que le dijera que era una broma. Al ver el semblante serio, entendió que no era eso y su sonrisa se borró.

-¿En verdad...? ¿No es una broma?... Yo.... embarazado -dijo tartamudeando. Y se llevó sus brazos al vientre-. D-Draco.... y-yo...

El rubio estaba pálido. Mil cosas pasaban por su cabeza. Millones de escenarios. Cualquiera menos ese. Harry aún no terminaba sus estudios para Auror y hora, con un bebé en camino no podría terminarlos. Se sentía la persona más miserable en la Tierra.

-D-Draco... ¿e-estás bien?... en serio... no sé cuándo.... -tartamudeaba el azabache. El sanador entendió que la pareja necesitaba privacidad, entonces salió de la sala-. P-por favor... ¡¡di algo!! -Draco salió de sus pensamientos. Miró a Harry y se paró, tambaleante. Entonces cayó al piso, arrodillado.

-Lo siento, Harry... en verdad lo siento... fue mi culpa... el hechizo... lo olvidé... Francia.... bebé... Auror -el rubio solo balbuceaba palabras y oraciones sueltas.

Harry se arrodilló a su lado y vio que Draco estaba llorando. Tal vez Draco lo iba a dejar, con su bebé. Tal vez querría deshacerse del pequeño. Trató de desechar esas ideas.

-Draco, está bien. Estoy bien -pero fue cortado por el otro.

-¡¡Pero no vas a poder terminar tus estudios!! -Harry se echó hacia atrás, asustado. Entonces comenzó a llorar.

-No... Harry. Cariño, lo siento. No quería que lloraras -Draco se acercó tembloroso y lo abrazó. Harry sintió una sensación de protección y calidez ante ese abrazo. Nunca antes se había sentido tan protegido. Tal vez era por el embarazo. Tal vez el bebé, aún siendo tan pequeño, sentía su magia. Y eso hizo que llorara más fuerte.

-¿Draco, tú... no quieres tener al bebé? ¿Es eso, verdad? ¡¡¡Waaahhh!!! -Draco se desesperó. No sabía como calmar al azabache.

-Claro que quiero tenerlo, cariño. Solo me preocupa que no vayas a terminar tus estudios-

-Seguiré estudiando hasta cuando pueda.

-Pero no nos hemos casado-

-Hay que casarnos -Draco se quedó mirando a su novio y sonrió mientras le quitaba una lágrima que rodaba por su rostro. Entonces sacó una cajita de su bolsillo.

-Harry James Potter, cariño, ¿Te casarías conmigo?