Amor

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Casi 13 años después.

James caminaba de la mano de Teddy, paseando cerca del Lago Negro. Hacia un año habían comenzado a salir y sus padres estaban contentos. Sinceramente parecía que ambas familias sabían el desenlace que tendría su historia.

Ahora, James estaba en 4to año y Teddy terminaba ese año el colegio. Por eso trataban de pasar el mayor tiempo juntos.

-Amor.

Teddy paró en seco a su novio delante del Lago. Este se volvió extrañado ladeando la cabeza. El peli azul adoraba a su pareja. Amaba cuando fruncía la nariz cuando algo no le gustaba. Amaba cuando se sonrojaba por cosas que le decía. Amaba su cabello azabache rebelde y esa mecha rubia que solo él podía enredar en sus dedos. Y sobre todo, se quedaba embobado viendo aquellos ojos que cambiaban de color, los cuales amaba desde que tenía memoria.

-¿Qué paso, Teddy? -preguntó el azabache. El castaño sonrió y lo atrajo hacia sí, abrazándolo por la cintura.

-Te amo.

James se quedó estático. Nunca le había dicho algo así. Sintió sus mejillas enrojecer y escondió su cabeza en el pecho de su novio, frotando su nariz contra este.

-Yo también te amo -murmuró sonriendo. Teddy dejó un beso en su cabeza y lo tomó de la mano.

-Volvamos al castillo -James asintió y tomó de la mano a su novio para volver. Teddy aprovechó esto y lo cargó como una princesa.

-¡¡Teddy bájame!! ¡¡Si Scorpius me ve, se burlará de mí de por vida!! ¡Y qué decir de Albus! ¡Ambos son terribles cuando están juntos! ¡¿Me escuchaste?! ¡Edward Remus Black!

Ante esto el otro solo reía. De verdad adoraba a su novio.











Extra.

Un James de 7 años correteaba por toda la casa, seguido por un niño más pequeño mientras perseguían el patronus de Draco. Por momentos era un ciervo y luego un dragón. A los dos les parecía increíble.

-Draco... Si James y Scorp siguen corriendo, así me voy a caer -se quejaba Harry, llevando una bandeja hacia el comedor.

-James, Scorpius, dejen que mamá pase -dijo Draco cargando a Scorpius sobre sus hombros y ganándose un molesta pero divertida mirada de Harry por llamarle así.


Draco bajó a Scorpius de sus hombros cuando el azabache volvió. Este sonrió y se sentó junto a su esposo en un sillón de la sala, escondiendo su cabeza en el pecho del rubio.

-Crecen muy rápido -murmuró el chico-. James ya tiene 7, Scorpius 5... No falta mucho para que vayan a Hogwarts...

-Es verdad, cariño. Tal vez podamos tener otro hij-

Harry lo fulminó con la mirada. Draco dejó un beso en su mejilla y lo rodeó con sus brazos.

-Era una broma.

Draco acarició su cabello, agarrando entre sus dedos las mechas blancas que le habían salido chispeadas por la cabeza luego de su matrimonio. Al parecer la unión había sido muy fuerte, tanto que hubieron algunos cambios como ese.

Un rato después se volvió hacia sus hijos. James corría escapando de Scorpius, quien lo perseguían con la varita de Harry, entre risas.

Draco atrajo al azabache hacia sí. Harry lo besó, sonriendo. Un momento después se levantó para llamar a sus hijos mientras Draco iba al segundo piso.

-Vamos James, Scorp. Tienen que cambiarse.

-¿Para qué? -preguntó James. Scorpius asintió, secundando a su hermano.

-Hoy vienen Albus y Teddy con sus papás para almorzar -dijo, advirtiendo de reojo como los ojos de James brillaban y una sonrisa se extendía por su rostro, mientras Scorpius fruncía el ceño.

-¿Hoy viene Teddy? -preguntó nervioso James.

-¿Y Albus? -preguntó Scorpius, expectante.

-Si -asintió el ojiverde-. Me parece que llegarán en 10 minutos.

Al voltearse otra vez, el niño había desaparecido de la estancia. Poco después escuchó algunos golpes de cajones en el cuarto del azabache y este apareció cambiado y limpio. Harry sonrió, negando con la cabeza.

-¿James, me puedes ayudar con esto? -lo llamó Draco desde el segundo piso.

-Ve a ayudar a tu papá. Tal vez encontró el boggart -le susurró Harry a su hijo.

-¡Ya voy papá! -el chico dio saltitos inquietos y se perdió de su vista.

-Mami... yo también quiero ver el boggart -se quejó Scorpius. Harry ya se había acostumbrado a que sus hijos lo llamasen así. Draco les había dicho que él era papá y Harry mamá desde que eran pequeños. Iba a responder a lo que Scorpius había dicho cuando sonó el timbre.

El azabache fue a abrir, encontrándose con las caras sonrientes de su padrino y Remus, además de Teddy.

-Sirius, Remus -los saludó dándoles un abrazo y un beso en la mejilla-. ¡Teddy! -dijo abrazando al chico de diez años. Este sonrió y miró por detrás del hombro del azabache.

Ese día tenía el pelo azul pálido y se veía decaído. Harry sabía que había heredado algo de la licantropía de Remus, por lo que en Luna Llena adoptaba la personalidad de un lobo sin convertirse en uno. Remus había sufrido las primeras veces que eso ocurría, pero Sirius lo había calmado.

Teddy le había contado a James sobre eso y el chico era casi el único que lograba animarlo, pero hacia casi 2 meses que no se veían porque Teddy había estado muy débil.

-Sinceramente ha crecido demasiado rápido -dijo Sirius recostando la cabeza en el hombre su esposo-. Moony y yo pensamos tener otro cachorro, ¿Cierto querid-?... ¡Auch!

El castaño le había dado un codazo a su esposo.

-Sirius... -dijo mirándolo ferozmente.

-¿Albus llegó? -preguntó Scorpius llamando la atención de los adultos y buscando con la mirada a su mejor amigo.

-No, Scorp. Aún no llega... -dijo mientras ponía a Scorpius en el piso para que este entrara en la casa. Luego se dio la vuelta y con una sonrisa, invitó a pasar a los Black. O lo que pudieron porque algo pasó zumbando hacia ellos y se abrazó fuertemente al menor de la familia. James había rodeado con los brazos a su amigo y sonreía ampliamente. Teddy también sonreía, alegre de volver a verlo, pero algo despeinado por la fuerza con que su amigo había ido a su encuentro.

Los adultos sonrieron ante esta escena y entraron charlando a la casa. Apenas se fueron, Teddy bajo la mirada y sintió el roce de los labios del menor. Entonces James, con un rápido movimiento se despegó de su amigo, escapando a la cocina.

-¡¡Papá!! ¡¡Hoy no me lavaré los dientes!!

Lo siguiente que Teddy escuchó fueron las explicaciones de Draco y Harry sobre por qué tenía que hacerlo y algunos lloriqueos del chico. Él aún miraba extrañado el lugar por el que su amigo se había ido y el revoloteo que sentía dentro de su estómago.

Hogwarts después de la guerra (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora