Autor: AbbySaicam
Edición: Tinesy
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Estocolmo-Suecia, 10 AM.
Al otro lado del mundo, Leónidas se había tomado muy en serio las palabras de Korina y estaba redactando con gran detalle todo el desarrollo, plan de estudio y planteamiento de su hipótesis.
—Nunca había visto a tu hermano tan concentrado, escribiendo algo por el teléfono —dijo un apuesto joven de cabellos negros y de intensos ojos azul violáceo, antes de darle un buen trago a una lata de cerveza.
Marcus Terrier miró a su hermano menor que movía los pulgares a gran velocidad.
—Probablemente esté enviando un correo.
—No, era un chat de PaTay1, lo vi cuando lo abrió —dijo el joven de ojos violetas antes de terminar su lata de cerveza.
—De verdad, Derek. —Marcus miró su reloj de muñeca—. ¿Bebiendo antes del mediodía?
Derek levantó sus hombros restándole importancia.
—En casa es la hora perfecta para una cerveza.
Leónidas terminó de enviar su mensaje y miró a los jóvenes que descansaban con total naturalidad en el sofá de su casa. Marcus, su hermano mayor, estaba revisando varios documentos con un expreso doble en la mano. Y Derek, con una laptop sobre su regazo, estaba recostado en el sillón reclinable y con los pies sobre la mesa de centro.
Leónidas se paró frente a Derek y lo miró fijamente.
—¿Qué? —preguntó Derek, primero a Leónidas y después al no obtener respuesta, a Marcus.
Marcus suspiró antes de hablar —Que bajes los pies de la mesa.
—Ah.
Al lograr su objetivo Leónidas se sentó junto a Marcus. Y nuevamente miró a Derek.
—¿Ahora qué?
—Un estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario de Basilea, dice que poner la laptop sobre tu regazo, frecuentemente, puede causar esterilidad en hombres por disminución en el conteo de espermatozoides.
—¡Mis hijos, no!
Derek movió rápidamente la laptop a la mesa de centro.
Marcus no pudo contener la risa, ese par parecía no llevarse bien en la superficie, pero podía jurar que había cierta diversión en los ojos de su hermano menor.
Pero era Leónidas, así que no se podría estar del todo seguro.
Derek se levantó y movió su cuello de un lado a otro, haciendo que sus articulaciones sonaran. Era muy alto, poco más del metro noventa, parecía estar en forma debajo de la chaqueta y la camisa holgada que llevaba. Para ser alguien tan alto se movía con mucha soltura y elegancia, quienes lo venían, no podían evitar compararlo con un felino negro de gran tamaño.
—Bueno, caballeros. Tendré que privarlos de mi increíble presencia. —Derek hizo una reverencia, como un actor de teatro al terminar la obra.
—¿Te vas?
—Sí, le pediré a Kelly que compre los boletos y que se encargue del resto, así que no te preocupes.
Derek guardó con eficiencia varias carpetas y su laptop en una mochila negra, que colgó sobre su hombro izquierdo.
—Ah, por cierto Leónidas, no deberías escribirle tan seguido a una sola chica —dijo Derek mientras lo miraba, esperando cualquier tipo de reacción—. Pensará que estás colado por ella.
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Soy la villana de este cuento...
RomanceKorina Lacroze, una exitosa ejecutiva de casi 30 años, nunca imaginó que transmigraría como la villana de "My first sweet love", un libro con una trama pegajosa, que había causado furor a nivel mundial y que a ella ciertamente le desagradaba... Porq...