ESPECIAL SHIRYU X SEIYA

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Shiryu de dragón y Seiya de Pegaso se habían convertido en caballeros dorados y novios desde hace un tiempo.

En específico; ambos jóvenes caballeros dorados estaban felices con su labor pero ese mes y días en específico lo estaba odiando, sobre todo Shiryu, el joven caballero de libra desde hace tres meses estaba intranquilo, por que Seiya se había ido a cumplir una misión y no regresaba.

Shiryu quiso pedir consejo a su maestro o a Shura pero no tenía forma de comunicación con ellos y si con ellos no la tenía, menos la iba a tener con Seiya.

Shiryu no era fan de perder la paciencia o esperanza tan rápido o en situaciones de esa índole pero cuando se trataba de Seiya las cosas cambian y es que ese Pegaso se había vuelto persona mas preciada, prácticamente era su vida.

Los demás caballeros dorados veían y sabían por lo que Shiryu estaba pasando y intentaron animarle pero no lo lograban, incluso su pequeño discípulo intentó animarle pero no tuvo éxito alguno.

Aioros intento contactar con Seiya su corazoncito le decía que debía hacerlo de cierto modo el entendía a Shiruy y intentó de todo pero nada logro.

Lo que nadie se esperaba es que una madrugada de la nada llegó Seiya y le pidió a un somnoliento pero siempre amable Aioros que le diera el día libre a Shiryu y a él; Aioros como buena persona y patriarca que era aceptó la petición de Seiya y este último salió corriendo a encontrarse con Shiryu.

El templo de libra estaba en total silencio y Seiya desde que entro sintió la tristeza del lugar, por un momento Seiya se sintió culpable de haber aceptado esa misión.

Seiya hubiera seguido divagando si no fuera porque Shiryu lo interrumpió y le dio un buen susto, provocando un pequeño salto y gritito en el Pegaso, Shiryu sin pensarlo lo atacó con uno de sus ataques, Seiya por poco y no la esquiva, Seiya en gritos le dijo a Shiryu que era el.

Shiryu le ignoro por unos segundos como procesando todo y Seiya algo desilusionado iba a irse a su templo, pasaría su día libre como uno más siendo un caballero; no era lo que esperaba pero las cosas por algo pasaban y el tiempo era el que iba a decidir todo.

Shiryu se dio cuenta de la situación y le impidió a Seiya que se fuera, con un fuerte abrazo le dijo todo lo que con palabras no bastaba, Seiya sin duda alguna le correspondió el abrazo casi enseguida y de forma natural cayeron de rodillas en en el suelo donde continuaron el abrazo al cual agregaron mimos, caricias, uno que otro beso corto en los hombros y cuello del contrario, del peli negro salían pequeños gemidos algo graves y del castaño salían pequeñas risitas y uno que otro pequeño gemido dulce y sonoro.

Ambos se dieron cuenta de la situación a la que habían llegado y que una de las entradas del templo de libra no era el mejor espacio para lo que probablemente iban a terminar haciendo, ahora que por fin estaban juntos.

Juntos se adentraron a lo más profundo del templo de libra y allí ambos disfrutaron de esa intimidad que tanto extrañaban, hasta que los rayos del sol empezaban a asomarse por el templo e iluminaba sus rostros, el centauro y la balanza o mejor dicho el Pegaso y el dragón no dejaban de mirar a los ojos al otro era todo un deleite para ellos decirlo todo con esa mirada brillante que solo le dedicaban al contrario en sus más íntimos momentos y que solo ellos sabían entender.

Lo que estaba sucediendo no era lo que Seiya tenia en mente, pero cuando escucho a sus demás compañeros y amigos pasar por el templo de libra para ir a entrenar, supo enseguida lo agradecido que estaba con Aioros, incluso este bajo en compañía de Shura y escuchó la risueña voz del antiguo caballero dorado de sagitario reír y desearle suerte en su día libre con Shiryu, llevándose un pequeño regaño algo cariñoso de parte de Shura.

Volviendo con el Pegaso y el dragón, el mayor de los dos indago o pregunto con la mirada al castaño y este le respondió con esa brillante sonrisa que solo era para el peli negro que quería un día libre para ambos, para divertirse juntos y vivir muchas aventuras juntos en compensación por haber estar separados por tanto tiempo, el dragón soltó una pequeña risita, solo con el Pegaso se permitía ser tan expresivo y dejar un poco de lado esa elegancia y tranquilidad que le caracterizaba.

Pero no por eso Shiryu dejaría de lado esa sabiduría que complementaba tanto la elocuencia de Seiya y con esa misma sabiduría le hablo por primera vez a Seiya en su primer encuentro , después de tres meses sin verse. 

-Sabes, mi pequeño Pegaso no necesito de un día lleno de aventuras raras o arriesgadas, como caballeros al servicio de Athena ya tenemos varias, la aventura más grande de mi vida eres tu

-Shiryu, ¿Sabes algo? En estos tres meses te pensé tanto que considere muchas veces abandonar todo, pero eso no es lo que tu quieres para mi y eso no es lo que realmente soy, por eso me esforcé muchísimo más para poder llegar más rápido y darles un sentido a mis esfuerzos y a los tuyos.

-Por esa forma de entender lo que digo a tu manera, tu valentía y perseverancia es que te amo tanto Seiya, nunca cambies pequeño Pegaso.

-Entonces que aventura haremos hoy en nuestro día libre, dragoncito

-Déjame consentirte y mimarte todo el día hasta que no puedas más, porque realmente te extrañe mucho.

-Si es así adelante, pero yo también quiero. Así que vivamos esta adorable aventura tan propia de nosotros

Y como dijeron ellos, justo así sucedió, su más grande aventura ese día fue llenar de caricias dulces y otras no tan dulces al otro, en donde su día fue un descubrimiento completo del cuerpo del otro, en un principio solo eran caricias dulces, pero al pasar el día la ropa empezó a desaparecer y empezaron una travesía por el cuerpo del otro, admirando, tocando, sintiendo y recorriendo el cuerpo del otro en la intimidad que hace mucho no tenían.

Esa acción era una rutina que seguían cada vez que uno de ellos se iba a una misión y cuando regresaban también, era parte de su vida y sería así para siempre, porque de esta amistad nació un amor que se dio tan natural que ahora sería imposible romperlo, justo así era el amor de Shiryu y Seiya dos santos de Athena, dos grandes leyendas, dos grandes hacen de un amor uno grande también, por eso el amor de estos prevalecerá por siempre y por toda la eternidad.

Por cierto por otro lado un patriarca que compartía signo con el Pegaso también fue consentido y recompensado por un adulto español al que amaba infinitamente, porque estos dos también se unieron de forma inusual porque nació desde la inocencia, entre ellos hasta mucho tiempo después no existió la malicia o perversidad solo la inocencia, que aun se mantenía un poco pero que era opacada por la confianza y los instintos humanos.

Que afortunados que eran Seiya y Aioros, dos sagitarios que dieron alegría a dos seres fríos y serios, que solo necesitaban un poco de aventura y diversión en sus vidas y ellos encontraron la seriedad y paciencia que si vida necesitaba en algunas ocasiones. 

Un nuevo Santuario. -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora