Un nuevo Santuario. -TERMINADA-

I

(El primer capítulo de está historia está dedicado a mi caballero dorado favorito, Aphrodite de Piscis, escrito hoy en su cumpleaños y en el mío.)

   "Entre los dos lo lograremos."

Death Mask y Aphrodite  habían vuelto a la vida gracias a su diosa, ambos estaban muy arrepentidos por sus actos y ahora mismo Shura, Aioros, Saga, Dohko, Camus, Dite y Death Mask, estaban frente a su patriarca Shion y su diosa Athena en la cámara del patriarca, el cangrejo y el pez estaban muy nerviosos, creían que les culparían por su traición realizada a Athena, cosa que los tenía muy preocupados a ambos caballeros y cuando menos lo pensaron, Athena comenzó a hablar con esa tranquila voz que la caracteriza.

—Bien mis valientes caballeros dorados, a ninguno de vosotros les voy a acusar de traición se lo que hicieron y con mi visita al pasado me di cuenta de la valentía de mis caballeros. Estoy orgullosa de eso, ahora bien Aioros estas aquí y realmente te vez mas adulto para tener quince años, Shion quería otorgarte el título de patriarca, pero se que no disfrutaste tu vida como caballero. Así que por esa razón Shion estará con nosotros como patriarca unos años mas.—Con todo aquello dicho la joven castaña termino de hablarle a sus caballeros presentes.

—Bien,  chicos a ustedes siete les tengo una misión de suma importancia.  —Hablo el patriarca Shion.

—Yo no podría,  mi armadura no me reconoce.  —El albino le respondió a su patriarca, algo desanimado.

—¿Es eso cierto Aphrodite? Le pregunto a usted por su cercanía con Death Mask.
 
—No señor patriarca el solo bromeaba, Verdad Death Mask

—Si, solo bromeaba señor patriarca. 

—Por favor, patriarca, o simplemente Shion, los demás también pueden llamarme de ese modo. —El patriarca  sonrió  los caballeros y la diosa le respondieron también con una sonrisa.

—Bien, la misión que les voy a dar es de suma importancia para mi. Me gustaría que los siete buscaran a Kiki el dulce niño discípulo de Mu, mi querido borreguito esta bastante deprimido; por eso y yo les ordeno que hasta que no encuentren a Kiki no vuelvan al santuario,  pero por favor no me traigan el cadáver. —Los caballeros rieron al comentario de Shion y por su actitud maternal con el caballero de la primera casa.

Los siete caballeros regresaron a sus templos en busca de sus armaduras y cuando Dite recogió  su armadura,  corrió hasta la cuarta casa y allí encontró a Death Mask sentado el suelo observando su cloth dorada.

—Ya probaste, pidiéndole disculpas a tu cloth —Dite con un tono muy calmado le hablo a su compañero.

El albino le miro y asintió.

—Armadura dorada de Cáncer, yo Death Mask pido disculpas por lo que hice en la batalla de las doce casas, por favor vuelve a mi. —La armadura brilló con intensidad, Pero sólo para tomar su forma de Pandora Box, Death  Mask con temor tomo la Pandora Box de su armadura y la colgó en su espalda, cerró los ojos esperando a que su armadura se negará a que alguien como el la cargará,  teniendo como resultado absolutamente nada se quedo allí en la espalda del hombre, no se fue a ningún lado.

Con su armadura ya puesta y con algo de temor, el caballero de la cuarta y decima segunda casa del santuario se reunieron a la entrada del santuario donde sus compañeros ya les estaban esperando, Dohko estaba tranquilo con una cálida sonrisa en su rostro, Camus con su típica expresión fría,  Shura y Saga estaban tan serios y naturales  como siempre, Aioros estaba sonriente, con todos allí Saga tomó la palabra y dijo.

—Bien, nos vamos a dividir, Camus ira a Jamir para asegurarse de que no esta allí, Shura ira a Rodorio la cuidad cercana al santuario con Aioros  ya que allí tal vez pueda estar,  Afro y Death Mask, visitarán los alrededores y límites cercanos a el santuario y a Jamir. Por ultimo Dohko y yo revisaremos cerca a los dominios de Poseidón solo para asegurarse. Están de acuerdo. 

—¡Si! —Le respondieron todos, uno mas animando que los demás, y si habló de Aioros, con todo dicho los caballeros dorados emprendieron su camino, Death Mask iba atrás de Dite por si algo llegaba a suceder.

Ambos caballeros revisaban los alrededores del santuario por si encontraban al discípulo de Mu, al parecer la misión sería sencilla; con todo el alrededor del santuario revisado, emprendieron su viaje a Jamir. En camino al frío lugar iban ambos caballeros hablando muy animados el rubio intentaba animar a su compañero por el que sentía algo mas que una amistad o una hermandad.

El de mirada turquesa de lo distraído que estaba no se fijó en que iba directo a un acantilado, cuando menos lo pensó se encontró sosteniéndose de la cornisa con el peso de su armadura en su espalda, Death Mask actuando por instinto corrió en su ayuda,  tomando la cloth de su compañero y con un esfuerzo enorme logró ponerla sobre la superficie, después con un fuerte agarre subió a Dite a la superficie.  

Pero por un error cayó el al acantilado sin siquiera alcanzar a sostenerse de algo o que Dite le pudiera agarrar, la Pandora Box de cancer brilló con intensidad y se dividió en todas las partes correspondientes, dirigiéndose hasta su portador a la velocidad de la luz,  salvándolo y llevándolo a la superficie con su compañero de armas, al llegar muy conmovido comenzó a llorar y cayó de rodillas.

—¿Volverás a pelear con alguien como yo? —La armadura le respondió con una brillante luz y el albino sintió como su armadura se reafirmaba más a su cuerpo dándole a entender que si lo haría, ese acto de humildad con su compañero le había de vuelto la confianza que había perdido, le había dado razones a su armadura para volver una vez mas el, se la había ganado de nuevo. El caballero de Cancer  quitó su armadura y esta volvió a su forma de Pandora Box, volviéndola a poner en su espalda; Deaht Mask, tomó a Dita de la mano y sin decirle nada le besó, el sueco le correspondió sin dudar y al terminar el beso se sonrieron.

—Death, se mi novio por favor, muy apresurado lo sé, pero la vida es corta y no vale la pena perder mas tiempo, si es que realmente me correspondes. 

—Claro que si Dita, pero cuando entres en mi templo no te asustes. —Y soltó la carcajada, causando una risa suave en su ahora pareja.

Ambos caballeros siguieron con su misión ambos lo habían logrado, ambos pudieron lograrlo, eran felices y ahora aprovecharían su nueva oportunidad de la mejor manera, pero por ahora continuarían con su misión encargada. No querían ver enfadados a Saga, al maestro Dohko, o incluso a Aoiros; de verdad que no querían ver eso.