Era cierre de año, la encargada de reclutamiento había comentado que como todos entraban de vacaciones por cierre de curso, esta solicitud entraría hasta mediados del siguiente mes, por lo que Aaron le había comentado que no había problema por el plazo del tiempo, estaban a buena época y que probablemente habría otro grupo más, que fuera postulado para la petición de Montealegre.
Aaron se retiró del centro de capacitaciones, pues eran fechas importantes y quería darle otra oportunidad de Hamilton. Aunque Aaron sospechaba que sucedería lo mismo que otros años, para las fiestas de cierre de año no sería invitado o tomado en cuenta, por lo que no le importaba si habría o no otro año igual.
Aaron pasaba las festividades de cierre de año con sus padres, mientras que Hamilton hacía lo mismo con los suyos, días siguientes no había acuerdos de reunión entre Hamilton y él, junto con sus familias, por lo que, de igual forma a Aaron, aunque le dolía esa actitud, trataba de tomarlo con calma y seguir buscando la forma de retomar la relación entre ellos.
Pero todo el tiempo era un total fracaso, no por el lado de Aaron, si no por la poca disposición de Hamilton, ya no se veían mucho, las llamadas seguían, pero siempre eran las mismas, discusiones tras discusiones, a veces había discusiones que no tenían fin, y otras veces discusiones que surgían por simples comentarios por parte de uno o por otro.
A pesar de todo lo sucedido, Aaron seguía forzando la relación, trataba de sucumbir la relación tan conflictiva entre ellos, pero a Aaron le faltaba la iniciativa y la seguridad para hacer sucumbir dicha toxicidad que había entre Hamilton y él.
Las pocas veces que se veían y trataban de hablar del tema, Hamilton cambiaba la plática, pues sospechaba la finalidad de lo que quería llegar Aaron con ella.
El único sitio donde Aaron se sentía en paz consigo mismo, era en la empresa de Montealegre, siempre que entraba en sus horas de trabajo, prefería salir más tarde o entrar más temprano, con tal de no continuar con aquellos pensamientos iracundos que tenía hacia Hamilton, pues de nada servía enojarse si Aaron no tomaba la decisión de lo que vivía en ese momento.
Veía por otros lados y mandaba uno que otro mensaje a Evans o a Bornes, se sentía libre de hacer lo que quería cuando no estaba con Hamilton, a veces ella le mandaba un mensaje a él, pero no para hablar de tema alguno, si no para pedirle favores a Aaron, a los que éste cumplía de manera automática, era prácticamente como un robot, sin sentimientos hacia nadie y aunque Evans o Bornes le ofrecían el apoyo que estaba buscando Aaron, éste se negaba y no sabía el motivo.
Montealegre desde la ventana de su oficina, observaba a Aaron con lastima, sabía que su mejor trabajador se encontraba perdido, se encontraba desorientado, se encontraba prácticamente en un círculo vicioso, a lo que por más preocupado estaba Montealegre por Aaron, pues sabía que los resultados de sus trabajos dependían de sus sentimientos, éste no hacía por involucrarse con el limbo en donde se encontraba Aaron.
A veces Montealegre organizaba reuniones intencionalmente para tener ocupado a Aaron, y, aunque lograba su cometido, sabía que sí Aaron hacia un movimiento en falso, volvía a caer en ese mismo círculo vicioso.
- ¿En qué estatus se encuentra nuestra solicitud, Aaron? ¿Le has dado seguimiento? – cuestionó Montealegre.
- ¡Una disculpa!, estoy esperando que me avisen para cuando hayan reanudado actividades en el centro – respondió Aaron.
- ¿Qué raro? Pues hasta donde sé, ya están laborando ¿Por qué no vas averiguar? Pídele a alguien que te lleve para que no andes sólo y aparte no te atrases en tiempos que necesito que estés concentrado para el evento patrimonial. – dijo Montealegre.
Aaron procedió a la orden de Montealegre para ver el status de la solicitud, así que se dirigió al centro de capacitación y lo recibieron directamente en la puerta del centro, comentándole que la encargada de coordinar a las empresas con los capacitados, se encontraba fuera de la ciudad, pero apenas regresara le iban avisar para darle continuidad al status.
***
Dos semanas pasaron después de la última visita de Aaron en el centro de capacitación, el fin de semana llegó y tocaron la puerta de la sala de juntas de Montealegre, mientras éste se encontraba en una reunión con Aaron y otros trabajadores de la misma.
Aaron procedió a abrirla para darle acceso aquellas personas que se encontraba detrás de la puerta de roble que dividía las áreas, era la coordinadora del centro que había llegado con otra persona más a la empresa.
Aaron había quedado paralizado de la impresión, como si de alguna persona importante se hubiera tratado.
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Me Quedo Contigo
RomanceAaron Reynolds y Leonela Rickford; dos jóvenes con vidas distintas se encuentran en el lugar menos esperado. Cuándo te das por vencido en el amor, tarde o temprano vendrá algo mejor.