CAPÍTULO XVI

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Pasada la semana, la relación de trabajo entre Rickford y Aaron era más allegada, Montealegre se había percatado que, por extraño que pareciera, y a pesar de lo acontecido durante su ausencia, la carga de trabajo de ambos era minúscula.

A él no le preocupaba dicha carga de trabajo, si no le preocupaba la relación entre Aaron y Rickford, esperando que Aaron no hubiera cometido lo mismo que con Evans.

Aaron se le veía muy activo, más alegre de lo cotidiano, las distracciones al teléfono habían disminuido y las llamadas de Hamilton a la oficina igual eran casi nulas.

Cada vez que sonaba el teléfono y era Hamilton detrás de los auriculares, Aaron le decía a la secretaria que le dijera que no se encontraba o estaba muy ocupado y si mencionaba algo al respecto del celular, ésta le decía que el teléfono estaba prohibido en horarios de oficina.

Aaron permanecía con el celular apagado y trabajan a la par de Rickford, cuando se programaban reuniones Aaron estaba más atento.

- ¡Mi estimado Aaron! ¿Hay algo que me quieras decir? Te eh notado últimamente más activo y para serte sincero, ¡hasta me sorprendes con esa responsabilidad! – dijo Montealegre.

- ¡Nada que comentar ingeniero Montealegre! Es sólo que me siento más acoplado en el trabajo, más motivado y quiero corregir aquellos errores o detalles tan minúsculos que tenía en su momento. -respondió Aaron.

- ¡Necesito que vayas con Rickford a entregar unos documentos del Buffet! explícale con quien se tiene que presentar y que es lo que debe entregar ¿cuento contigo? – Dijo Montealegre.

- ¡Por supuesto que sí! No se preocupe, en Rickford veo un futuro muy bueno para el Buffet. – dijo Aaron de manera espontánea.

- ¡Recuerda que Rickford estará aquí hasta terminar el evento patrimonial! Después de eso, ella regresará a sus cursos y tu deberás seguir con el trabajo, al menos que la volvamos a requerir, es que ella se volvería a presentar, así que tus recomendaciones y comportamientos para con ella, dependen mucho. – replicó Montealegre.

- ¡Si, entiendo! ¡No se preocupe! Déjeme las cosas a la mano, en una hora salgo con ella a entregar lo solicitado, mientras iré a comentarle a ella. – Dijo alegremente Aaron.

Por otro lado, a Hamilton se le hacía extraño la ausencia de Aaron, sospechaba algo con ligereza, aunque no conociese completamente la vida de él, pues jamás le importó su vida pasada, pero por extraño que pareciese, empezaba a cuestionarse para con Aaron.

Aaron y Rickford partieron a la petición de Montealegre, el ingeniero no le quitaba la mirada de encima a Aaron, y se dio cuenta de tanta generosidad con Rickford, procedió a tocarse los ojos de manera tensa y sólo susurraba "este muchacho ¿Cuándo entenderá?".

Aaron encendió el vehículo y mientras Rickford se ajustaba los cinturones de seguridad y se acomodaba el encargo sobre sus piernas, Aaron solo la ayudó a acomodarse el seguro de dicho cinturón, encendió la radio, como de costumbre, y prosiguió a dar reversa con el vehículo.

Rickford observaba con detalle la semblanza de Aaron y la forma que vestía, tenía un sentimiento que hace mucho no había sentido, desde que la relación con Saúl era sin compromisos.

- ¡Este fin de semana habrá un evento en el centro arqueológico! Me preguntaba si le gustaría acompañarme, iríamos solamente Emilio y yo. – dijo Rickford, apenadamente, pues sabía que Aaron negaría la salida por Hamilton.

- ¿Un evento arqueológico? Eh leído mucho de estos eventos y siempre me eh preguntado ¿Cómo son? ¡Con gusto acepto la invitación! – respondió sorpresivamente Aaron, a lo que Rickford sólo quedó sorprendida por tal respuesta.

- ¿Pero usted no tendrá compromiso alguno con la señorita Hamilton? - cuestionó de manera preocupante a Aaron, con la esperanza de que él declinara la oferta.

- ¡Descuida! Hace tiempo que ella no le gusta salir y ella debería saber que, si salgo, lo estoy haciendo por parte de la empresa o de manera personal, además sería buena idea conocer a Emilio, así él sabría que su mamá está en buenas manos, aparte le podría ayudar a entender o explicarle las dudas que le vayan saliendo. – Dijo Aaron.

- Entonces, ¿me está diciendo que no han salido la señorita Hamilton y usted? – volvió a cuestionar a Rickford.

- ¡La verdad! Y para serte sincero, ya tiene tiempo que no salimos y si salimos, como te comenté, terminamos peleando, así que ya no disfruto los paseos. – Dijo Aaron.

Rickford se sentía identificada con Aaron en ese momento, pues las veces que salían con Saúl era la misma historia.

- ¡Oye! ¿Pero no se supone que Emilio estaría con Saúl? – preguntó Aaron, después de haber reaccionado.

- Se supone, pero según Saúl, iba salir de viaje y no podía llevar a Emilio y como ya estaba preparado Emilio para salir con Saúl, pero a último minuto Saúl canceló, no quiero que ese día quede a esperanzas de Saúl. – dijo Rickford mientras empuñaba las manos, pues no era la primera vez que Saúl le hacía lo mismo a Rickford le dolía, no por Saúl si no por los sentimientos hacia Emilio.

Emilio siempre ha sido un niño tranquilo, y lo que más le preocupaba a Rickford eran sus calificaciones, pues sabía que, si Saúl las veía, descargaría su frustración con Emilio, a lo que a Rickford le molestaba esas actitudes, pero no sabía o sentía cierto miedo hacia Saúl y preferiría callar.

Aunquesabía Rickford qué se sentía respaldada por sus padres, el miedo hacia la actitudde Saúl siempre la cohibía.

Me Quedo ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora