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Miré a mi madre, esperando que ella se levantara.

En cambio, ella me miró oscuramente, probablemente pensando lo mismo.

–Está bien. Yo abriré– Puse los ojos en blanco y me puse de pie con cansancio, limpiando las migajas de mi camisa y tropezando hacia la puerta principal.

Agarré suavemente la manija y lentamente abrí la puerta.

Tan pronto como pude ver su rostro, grité y cerré la puerta. Entré en pánico, un gran suspiro surgió de sus labios.

–Jen, déjame entrar.

–Oh Dios mío. –Me susurré a mí misma, mirando preocupada a mi alrededor para asegurarme de que mis padres no estuvieran a la vista.

Rápidamente volví a abrir la puerta, pero antes de que tuviera oportunidad de entrar, salí con ella. Cerré la puerta detrás de mí, recostándome contra ella con mis dedos todavía agarrando la manija.

–¿Qué estás haciendo aquí? –Llevaba el mismo traje de trabajo antiguo, pero su cabello simplemente estaba recogido y su flequillo algo ondulado, en lugar del estilo normal.

Me miró fijamente, sus labios entreabiertos.

–¿Están tus padres aquí?

–¡Si! –Jadeé. –¡Es por eso que necesitas irte ahora!

–Necesito hablar con tus padres. –ella suspiro.

Mi corazón cayó justo allí.

Estaba latiendo profundamente y mis piernas temblaban de miedo.

–Oh, Dios. No, Lisa, detente. Necesitas irte. Hemos terminado, por favor, vete

–No hemos terminado, cariño–sus dedos rozaron mi cara, pero yo retrocedí. –Necesito hablar con tu madre y tu padre.

–Mi madre y mi padre quieren decapitarte– entré en pánico. –Deja de tratar de hacer que las cosas funcionen solo para demostrar que no te importa. No quiero estar contigo.

–Cariño, déjame entrar a tu casa. –Levantó la mano para tocarme, pero yo me estremecí y ella retrocedió.

–¿Cómo sabías que estaba aquí de todos modos?

–No lo hice. Solo quiero hablar con tus padres. –Me acompañó de manera tranquilizadora, pero nada fue tranquilizador sobre esto.

–¡¿Por qué?!

–Porque necesitan saber-

De repente caí hacia atrás cuando alguien detrás de mí abrió la puerta.

Mi espalda cayó sobre mi madre, y ella cayó de regreso al pasillo.

–¡Lo siento! – Grité, asegurándome de que no se cayera al suelo cuando la agarré por los hombros y la sostuve en posición vertical.

–Oh, Dios– murmuró Lisa y entró en mi casa más rápido que nada.

También se paró junto a mi madre y la agarró del brazo.

–¿Estás bien?

–Detente–alejé su mano. –Lisa, solo vete.

–Woah, woah, woah–mi madre finalmente reconoció su rostro inolvidable y levantó las cejas. –¡¿Q-Qué está haciendo aquí, Ruby?! ¡Tu padre se volverá loco!

Lisa nerviosamente sostuvo sus manos detrás de su espalda y sus labios formaron una línea recta.

Esto era todo, iba a arruinarlo todo.

Llámame Papi 3 - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora