Llámame Papi 3 - Jenlisa

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Sydney y Oscar se apresuraron frenéticamente hacia el auto con un rugido de miedo mientras comenzaban a tirar de la puerta con llave.

–¡Dios mío Jen, mami va a la cárcel! – Me arrastré cansadamente detrás de ellos mientras Ella dormía cómodamente en su cochecito.

Puse los ojos en blanco mientras buscaba mis llaves vacilantes antes de finalmente desbloquear el auto.

–Mami no va a la cárcel, solo ha sido una niña muy traviesa. – Si hubiera un récord mundial para el arresto más estúpido, Lisa lo habría tenido.

Todos entramos y me aseguré de que Ella estuviera a salvo y se abrochó el cinturón en su asiento de bebé de colores brillantes. Ahora podíamos ir a recoger a Lisa de la maldita estación de policía. Era estúpida, definitivamente era estúpida.

Debe haber estado borracha de la noche anterior porque ningún humano sano con una familia y un trabajo estable intentaría lograr lo que hizo. Fue imprudente.

–Ella va a estar en la cárcel de por vida– se lamentó dramáticamente Sydney y arrojó su rostro a sus pequeñas manos.

–Nunca la volveremos a ver.

–Sydney, escúchame– anuncié en voz alta, con la esperanza de hacerlo parecer una héroe en esto. –Tu madre es un montón de cosas, y una mal madre no es una de ellas, pero ... Sydney, ella es ... es terrible para tomar decisiones rápidas. Y tomar una mala decisión podría hacerte arrestar. Solo recuerda eso. – La mente de Oscar se quedó atónita mientras sacudía ansiosamente la cabeza y miraba hacia afuera.

–Sé cómo es mamá, apuesto a que asesinó a alguien. Eso es preocupante–puse los ojos en blanco.

–No, nada de eso. Solo piensa en la forma menos genial de ser arrestado, y eso sería todo.

–¿Exceso de velocidad? –No estaba respondiendo eso.

–Pregúntale a mami cuando la veamos.

Aparcamos fuera de la estación de mal humor, rodeados de puertas metálicas inquietantes mientras esperábamos en el coche. Me tomé un polo para pasar el tiempo mientras ansiaba la presencia y la explicación de Lisa

–En cualquier momento

Y de repente salió de las puertas de la estación sin vida, su camisa blanca manchada de polvo y pequeñas muestras de sangre mientras caminaba deprimentemente hacia el auto con la arrogancia intoxicando su mente. Se arregló los extremos de su ajustada chaqueta de traje negro y miró su reloj antes de pasar una mano por su cabello desordenado. Ella enojada se metió en el asiento del pasajero sin decir una palabra de sus labios secos. Todos lo miramos en silencio, esperando que saliera algo de ella.

–Gracias por recogerme. – Comencé a conducir fuera de ese lugar de inmediato, sin querer volver ya que me aseguré de que estábamos libres de esa horrible estación.

Era solo cuestión de tiempo hasta que alguien hablara.

–Entonces, ¿cuál es el daño, mami? – Oscar rio.

–¡Oscar! –Yo también me reí entre dientes, sin querer dejar que una risita pasara por mis labios.

Esto fue serio.

–Exceso de velocidad. –Lisa susurró vergonzosamente.

–Fuiste arrestada por simplemente el exceso de velocidad? –Sydney cuestionó con curiosidad, causando que Lisa exhalara frustrantemente.

–Pasaron otras cosas que no deberías saber porque no es asunto tuyo– Lisa murmuró severamente y cansada mantuvo sus ojos frente a ella.

Su mano se arrastró hacia la mía por algún tipo de consuelo, pero la moví repentinamente para cambiar de marcha, y ella se recostó impaciente en su asiento, como una niña pequeña.