Llámame Papi 3 - Jenlisa

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El Just Enjoy Night zarpaba al mediodía. Llegué terriblemente tarde a empacar mi maleta al parecer nos íbamos en una hora. Tenía mi maleta extendida sobre nuestro nuevo colchón mientras arrojaba muchas prendas de ropa, sin hacer ningún esfuerzo por doblarlas. Estaba tan ocupada empacando las maletas de los niños que me había olvidado de la mía. Lisa entró rápidamente a nuestra habitación con su ajustado traje gris oscuro con corbata negra y zapatillas. Su cabello estaba peinado con una coleta y su flequillo ligeramente alborotado. Rodó sus ojos cuando me vio frenéticamente arrojar cualquier ropa que pudiera encontrar.

–Jen ... Nos vamos en una hora. ¿Por qué sigues haciendo las maletas?

–"Ya casi término– la callé, esperanzada. –¿Solo voy a usar ropa interior y traje de baño

–¿Sin bikini? –Preguntó en voz baja y abrió los ojos con un puchero. Instantáneamente negué con la cabeza.

–No.

–¿Qué? – Protestó, sentándose inmediatamente en el colchón mientras miraba con escepticismo dentro de mi maleta. –Cariño, tienes que ponerte bikini

–No puedo– Lloriqueé con tristeza, también me senté en nuestra cama y me pellizqué el estómago. Sacudió la cabeza.

–Te verás increíble en bikini

–No lo haré-

–Vas a. – Frunció el ceño.

Respiré profundo y vacilante y cerré los ojos.

–Ahora soy tallas más grande

–¿Los bikinis no vienen en tallas más grande? – Preguntó y yo asentí.

–Entonces empaca tu bikini.

–No lo entiendes–susurré antes de negar con la cabeza.

–Me hago entender. –Se defendió, su mano agarrando mi muslo.

–No es así– discutí. –Tengo estrías- Me detuve mientras Lisa rodaba los ojos continuamente.

–Sí, Lisa

–Tienes algunos descoloridos en tu estómago. –Habló con cansancio, lo que me hizo abrir los labios en estado de shock.

–Eso es muy cruel.

–¿Qué se supone que debo hacer? ¿Mentir?

–¡Si! –Le grité.

Se pasó una mano por el pelo antes de gemir de frustración.

–Depende de que uses. Usaras un bikini o no. Ojalas lo hicieras

–No. – Lisa me miró oscuramente, pero luego resopló y miró hacia abajo.

–Mala elección. –La fulminé con la mirada y me puse de pie mientras caminaba hacia el cajón de mi ropa interior. Agarré la ropa interior más ceñida y reveladora que tenía y regresé tranquilamente antes de guardarlos.

–Aquí, llevo mi bonita ropa interior. Podrás verme con ella todos los días.

–Lo dudo–se dejó caer sobre el colchón exhausta. –Estamos de vacaciones en familia

– Nos necesitamos unas vacaciones. – Susurré.

–No me importaría una semana fuera del trabajo y de los niños.

–No puedo funcionar sin los niños– Lisa se rió entre dientes y volvió a sentarse. Se puso de pie y puso ambas manos en sus caderas antes de mirarme con vacilación.

–Recuerda, sólo vamos a ir durante cinco días. Nos bajaremos en España y tomaremos el próximo vuelo a casa

–O podríamos quedarnos los diez días completos. – Sugerí, pero salió como un susurro.