The red thread of destiny (Dr Strange X Tu)

FINAL

Las semanas habían pasado las cosas en el trabajo iban mejorando poco a poco, y Stephen... el había seguido muy preocupado, luego descubrí que había perdido uno de los libros de la colección privada que antes era de Ancestral, obviamente le ayudé a buscarlo por todas partes y resultó estar uno de los lugares más estupidos posibles, en el microondas, no tengo idea de cómo fue que terminó allí pero lo importante es que al final lo encontramos; a pesar de que lo encontramos, Stephen seguía comportándose extraño... estaba... ¿Nervioso? O algo así, insistí para saber que le pasaba pero una vez más nadie me dijo nada.

Me encontraba sentada leyendo a la sombra de un cerezo en Kamar- taj, había sido un día bastante tranquilo, solo había tenido que un par de informes y papeles a la FSE, luego de eso podía tomarme el resto del día libre, y así lo hice.

Estaba totalmente inmersa en mi lectura, era un libro sobre un asesinato que tenían que resolver; recuerdo que pasé semanas buscando este libro, es de esos que no son tan fáciles de conseguir y puedes pasar meses (incluso años) tratando de conseguirlo. Estaban a punto de revelar quién había matado a la señora Janssen, cuando depronto siento que alguien está de pie frente a mi.

- Hola Wong- dije después de levantar la mirada hacia el.

- Hola, Strange te envía esto- dijo entregandome una pequeña nota de papel- Y por milésima vez ¡ya me cansé de ser ser su mensajero!- reí ante su comentario, era cierto, cuando Stephen y yo queríamos enviarnos alguna nota siempre se la enviabamos con Wong.

- Gracias- dije aún riendo levemente.

Cuando el se fué abrí la nota, decía:
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" Nos vemos para cenar hoy a las 7:00 pm, tengo algo importante que decirte.
Te amo.
                                                                  
Stephen. ♡ "
_________________________________

Sonreí luego de leer la nota, la guardé en mi bolsillo y seguí con mi libro un rato más.
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Un par de horas pasaron y yo ya me encontraba lista para salir de mi habitación para ir a cenar con Stephen.

Llegué hasta el lugar donde habíamos acordado cenar, uno de los jardines de Kamar- taj; había una mesa para dos en el centro con un mantel blanco que se veía color crema a la luz de las velas y la luna, me encontré también con pétalos de rosa adornando todo el suelo al rededor, definitivamente era un lugar completamente hermoso, seguía admirando el lugar cuando algo o más bien alguien me sacó de mis pensamientos tomándome suavemente de la cintura por detrás.

- ¿Te gusta?- preguntó Stephen aún detrás de mi.

- Es hermoso- respondí dándome la vuelta para verlo de frente y después besarlo de forma tierna y suave.

Tomó mi mano con delicadeza y me guió hasta la mesa donde nos sentamos; un par de minutos después apareció Wong con... ¿Un traje elegante? Si, Wong estaba usando un traje de camarero bastante elegante y llevaba dos bandejas con comida en sus manos, era gracioso verlo así.

- Quiero que sepas que Strange me está obligando a hacer esto- dijo después de dejar los platos sobre la mesa.

- Pero te ves bastante bien con traje- dije bromeando y riendo, a lo que el solo rodó los ojos y se fué.

Stephen y yo cenamos tranquilamente, conversando de varias cosas de las que no habíamos tenido tiempo de hablar; estaba riendo de algo que el acababa de decir, noté que se puso de pie aclarandose la garganta, deje de reír y mi expresión cambió por una de duda y algo de desconcierto.

- ¿Recuerdas que dije que quería decirte algo?- preguntó y yo solo asentí- bueno, pues aqui voy- dijo poniéndose de rodillas y sacando algo de su bolsillo frente a mi.

Definitivamente ya sabía para dónde iban las cosas pero no dije ni una sola palabra.

- (t/n)________ (t/a)_________, tu... ¿Quieres casarte conmigo?- preguntó, me quedé callada por un momento sin saber que decir, mi cabeza no lo había terminado de procesar cuando una palabra dejó mi boca.

- ¡Si!- grite emocionada literalmente saltando a sus brazos, estaba muy feliz y el también, lo noté aliviado ¿eso era lo que lo ponía nervioso? Supongo que sí, porque ya estaba tranquilo.

Las semanas iban pasando, cada vez quedaba menos tiempo para que llegara el día de nuestra boda; las cosas habían ido perfectamente, habíamos estado planeando todo, pasando tiempo juntos, etc.

El día que tanto había esperado por fin había llegado, me encontraba preparándome muy emocionada, tenía el vestido que siempre había soñado tener el día de mi boda, los invitados esperaban afuera, no eran muchos la mayoría eran solo amigos de Kamar- taj.

Todo salió según lo planeado, fue uno de los días más felices de mi vida, estaba apunto de empezar un nueva etapa con el hombre que amo, probablemente tendríamos dificultades al igual que todas las parejas, pero seguro sabríamos cómo afrontar todos los problemas que se nos puedan presentar, después de todo estábamos unidos por algo más que una promesa, era una conexión especial, como aquella de la que habla una antigua leyenda japonesa, el llamado hilo rojo del destino.

FIN