11.

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POV Omnisciente.

Hacía frío. El hospital del tranquilo vecindario estaba vacío, calmo, excepto por una sala en la que Victoria reposaba dormida profundamente. Sus brazos, su rostro... pálidos. Muy pálidos. Sus labios morados y su cabello hecho un desastre en la parte de atrás de su cabeza.
Beckett la llevó luego de escuchar como se quejaba al no querer comer ni un trozo de la comida que tenía en su nevera. Él le insistió a que vaya antes pero al parecer nunca le hizo caso.

Ahora la castaña estaba con lágrimas secas y unos ojos hinchados luego de llorar fuertemente al insistente ruego de que no la haga pisar el lugar.

En cualquier momento despertaría, y Oliver no podía estar ahí viéndola, le parecía crudo para sí mismo.
Apenas la levantó de su cama pudo darse cuenta de lo liviana que era Victoria, de lo delgada que estaba. Tragó saliva. ¿Por qué él nunca se había percatado de esto? ¿Era un efecto óptico? ¿Algo que el sexo y/o la calentura podían invisibilizar? Se sentía un imbécil.

Se marchó luego de dejarla en una camilla y darle algunos que otros datos a la enfermera. Suponía que le darían rápido el alta. Pero Beckett no tenía idea de los severos problemas que tenía Tori con la comida.

La castaña luego de media hora pudo despertarse. Le dolía abrir los ojos y su espalda y estómago le empezaban a molestar a cada segundo. Bostezó y se propuso a observar su alrededor; creía que había tenido un mal sueño. Resultó que no. Estaba en la camilla del hospital. Prisionera.

Tragó saliva, cosa que se le hizo difícil puesto que no tenía fuerzas en su débil cuerpo. Sintió algo frío rozando su brazo derecho. Un tubo se apoyaba dentro de este. Era suero. Se sentó en la camilla desesperadamente, quería sacarse el tubo de encima. Empezó a moverse en la camilla e intentar buscar como sacarlo. Comenzaba a agitarse.

-¡Beck!- Gritó pensando que él estaría allí acompañándola. Estaba muy equivocada. -¡Beck, Beck, sácame de aquí!- Otra vez las ganas de llorar invadieron sus ojos color miel. -N-n-no quiero estar aq-quí...- Negó con la cabeza al darle un tirón en la parte interna de su brazo.

Su voz se estaba cortando. Hizo un puchero e intentó ponerse en posición fetal. Quería abrazarse a sí misma y no podía. No había nadie con ella. Nadie que pudiera entenderla, ni apoyarla... ni nada.
Tenía mucho frío. Sus finas prendas fueron reemplazadas por una bata mucho más fina.
Se sentía estúpida, humillada.

-¡Alguien sáqueme de aquí!- Gritó molesta moviendo desesperadamente sus piernas.

-Señorita, ¿qué le pasa? ¿Por qué grita así, alguna emergencia?- Entró un doctor bastante molesto revisando todo los aparatos y el suero de la joven.

-A ver, déjeme ver... ¡estoy aquí a la fuerza!- Dijo en tono de reclamo. -No quiero estar aquí, no necesito estar aquí, ¡sáquenme!-

-Lo lamento pero no haremos eso. Te hicimos estudios y no estás nada bien-.

-¿Es un chiste? ¿Me examinaron sin mi consentimiento? ¿Pero en qué maldito mundo vivimos?- Frunció el ceño. -Estoy perfecta, ¿no me ve? Míreme, estoy en muy buenas condiciones-. Confesó. El hombre se mordió el labio, pues no sabía que responderle. Según la enfermera que atendió a Beck y a Tori, la última mencionada tenía problemas alimenticios... y ya. Él no sabía nada más que aquello; no le habían asignado su caso.

-Le ruego que se quede aquí unos minutos más-. Suspiró. Luego, se fue cerrando la puerta. Victoria gruñó y con su mano libre golpeó el colchón de la camilla.

𝓔𝓷 𝓵𝓸𝓼 𝓽𝓮𝓳𝓪𝓭𝓸𝓼 ~  Tori Vega (+Jade West) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora