12.

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POV Omnisciente.

Se suponía que la fiesta iba a ser en poco tiempo realmente. Jade estaba fuera de sí, estaba organizando absolutamente todo y ya le estaba empezando a dar jaqueca hacer los trámites y deberes. Ella se consideraba dedicada, pero eso no implicaba que no le molestara tener la fiesta al hombro. Sí, se había ofrecido de buena fé; solo que nunca pensó que fuera tan extenso.

El vecindario estaba más vacío de lo normal pero sí había alguna que otra persona yendo a comprar al almacen más cercano. West y algunos de los vecinos preparaban los equipos de música y decoraban los lugares faltantes. Esta vez y gracias a tantos ruegos, había una temperatura tolerable, por lo tanto la gente que iría se podía vestir cool y no llevar pesados abrigos que cubrirían los grandiosos outfits. La pelinegra seguía anotando cosas, no había parado un minuto y sus piernas ya flaquelaban. Estaba torpe y no le gustaba en absoluto. Sabía que en cualquier momento el alcalde llegaría y quería enorgullecerlo, sobre todo porque todavía no sabía si realmente iba a quedarse allí por un largo periodo.
Mínimo quería dejarle un buen recuerdo de sí misma.

-Ten un poco, Jade, te harás daño-. Exclamó Robbie acercándole ponche a los labios.

-¿Qué es esto?- Se paró en puntillas de pies para ver el contenido del vaso. -¿Ponche? ¡Robbie! Se supone que no podemos tomar las bebidas hasta la noche-. Se quejó mientras le arrebataba su vaso y el que él le iba a dar. -¿De dónde lo sacó?-

-Ay, vamos, Jade, solo es un sorbo. Además debes tomar un descanso, no te hace bien exigirte tanto-. Respondió siguiéndola.

-No me estoy exigiendo, est-toy perfectamente...- Intentó sonreír pero solo parecía una chica a punto de tener un ataque de diarrea.

-Te titila el ojo-. Señaló el rostro de la joven.

-Al-ergias...- Se sacudió. -Por favor, no falta casi nada, no lo arruines-. Tiró el contenido de los vasos y los vasos a un cesto de objetos reciclables. Luego sus manos se juntaron e hizo un gesto para rogarle.

-Trataré de no hacerlo-. Sonrió yéndose a otro lado.

La pelinegra seguía estresada, así que intentó distraer su mente decorando de forma lenta y pacífica un mural de ladrillos.
Todo le estaba saliendo mal, o más bien, no le agradaba nada de lo que salía de sus manos. Iba a gritar pero se contuvo tragando en seco. Lo único que la tranquilizaba era su imaginación; en como ella creía que se vería todo luego de tanto esfuerzo.
Suspiró moviendo su cabello e intentó mover el cuello de lado a lado para que esté menos tenso. Aún recordaba la conversación con Victoria, le parecía gracioso el hecho de que le haya importado más su halago que su herida. No quería que se le suba el ego, pero West ya lo sabía. Nadie se le resistía por mucho tiempo.

Caminó a una mesa gigante en donde los vecinos restantes dibujaban el resultado final de como debía verse el lugar. Eran bocetos que cada diez minutos eran borrados por los demás vecinos. Parecía que la hoja se rompería en cualquier momento.

Iba a tirar lejos ese plano cuando vio como un adolescente se acercaba dudoso al escenario. Llevaba una remera verde, un pantalón de jean suelto y un gorro de lana azul que cubría casi toda su cabeza excepto por algunos rizos que caían sobre su frente.
Jade frunció el ceño, curiosa.

-Hey-. Saludó la pelinegra. El chico apretó sus labios, al parecer no se había percatado de su boca abierta al ver el micrófono principal.

-Hola...- Respondió en un susurro. A Jade le sorprendió que si voz fuera tan grave. Se esperaba una más fina, pero no le dio vueltas al asunto. -S-soy Harry-. Se señaló a si mismo.

𝓔𝓷 𝓵𝓸𝓼 𝓽𝓮𝓳𝓪𝓭𝓸𝓼 ~  Tori Vega (+Jade West) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora