16.

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POV Omnisciente.

-Espera, espera, espera-. Y así fue, una bofetada cayó directo a su rostro. Sus ojos se aguaron y ella simplemente apoyó su mano en su tibia mejilla. -Juro que no es lo que creen-. Negó con la cabeza. Su cuerpo temblaba pero no hacía frío, es más, todas las ventanas de su casa estaban cerradas.

-Me das vergüenza, Megan. Mucha vergüenza-. Exclamó la madre de la joven adinerada, quien ahora sufría tanto que ni todo el dinero del mundo podría comprar su bienestar.

-Mamá...- Susurró al ver como la mujer se sentó en un sofá individual y agarró su cabeza con sus manos. Megan Intentó acariciarla pero recibió un empujón por parte de su hermana.

-¡Vete, le haces daño!- Gritó esta abrazando a su madre. -Mamá, por favor-. Intentó levantarla pero era muy difícil.

-¿Papá...?- Observó a su padre mientras refregaba sus ojos, desilusionado. -Papá, por favor-. Las lágrimas caían sobre sus mejillas y corrió a abrazarlo, pero a diferencia de los demás días, esta vez no fue correspondida ante tal acción.

-No, no-. Tragó saliva. -Busca un lugar para quedarte. Tu madre no querrá verte en un buen tiempo-. Comunicó.

-¿Y tú? Papá soy tu hija-. Su garganta ardía, su alma ardía. Se sentía una bolsa de basura.

-Sanguíneamente sí, pero te criamos mal, Megan. Es momento de que todos afrontemos nuestros errores. Tú como hija y nosotros como familia-. En ese momento el hermano, quien se había despertado de una siesta, la hermana y la madre se quedaron helados. Eso no lo habían hablado.

-Estás hablando como si ya no fuera parte de la familia...- Su labio inferior temblaba. Tenía terror.

-No lo hagas más difícil de lo que debería ser, Meg-. Comentó relamiendo sus labios. -Vete de aquí, empacaremos algo para que sobrevivas estos días-. Susurró. -Jacob, vamos-. Le habló al hermano.

-Pero, papá...- Sus ojos mostraban inocencia y lástima.

-¡Que vengas, Jacob!- Vociferó con ira. Su rostro se había puesto rojo ante semejante grito. El hermano lo miró con desaprobación y apretando su mandíbula fue escaleras arriba.

Megan siguió llorando. Tenía un short de jean y una blusa blanca sobre un sostén de vikini. Su lindo día en la piscina se había vuelto un trágico escenario de separación. A su madre le había bajado la presión, por lo tanto fue a buscar sus pastillas.
El teléfono de la adolescente empezó a vibrar sin control al igual que las notificaciones de su buzón de voz. Megan quiso responder pero no tenía ánimos como para sacar su celular y contestar los mensajes de quien había iniciado el problema.

𝓔𝓷 𝓵𝓸𝓼 𝓽𝓮𝓳𝓪𝓭𝓸𝓼 ~  Tori Vega (+Jade West) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora