21. Híbridos

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Si bien, tratar con un mestizo era difícil a nivel clínico, tratar con Rodimus Prime a un nivel social era todavía peor. Ratchet, el médico superior de los Autobots y uno de los veteranos de guerra más respetados por los dos mundos, había recibido la tarea de eliminar todo rastro Decepticon y del Energon Artificial del cuerpo del muchacho lo más pronto posible.

Pero, era mucho más difícil porque no estaba lidiando con un cybertroniano normal, sino con medio cybertroniano. Los humanos le seguían siendo un reto más difícil con el cual trabajar.

—Rodimus —habló Ratchet, a las espaldas del líder escarlata—. Necesito que me echen una mano con el muchacho —el líder ni se dio vuelta.

—¿Qué necesitas?

—Agentes humanos médicos.

—¿Qué? ¿Para qué, es que no puedes lidiar con un simple niño de un metro y sesenta...? —inquirió, claramente frustrado por una razón que Ratchet desconocía.

—Ten cuidado con las palabras que eliges, muchacho —gruñó el Autobot de blanco y rojo, claramente dejando en claro que no era alguien con el cual alzar la voz—. Soy de los mejores médicos de los cybertronianos... pero aunque pueda sacar la programación Decepticon de la cabeza del muchacho, necesito algo de ayuda para retirarle el Energon Artificial. Es más complicado que interconectarle un tubo en el pecho y esperar que todo salga.

Rodimus lo miró con los ópticos entrecerrados, y soltó un suspiro de frustración.

—Llamaré personal médico humano de inmediato, ¿quieres a los mejores de los mejores o prefieres a los que sean más rentable? —cuestionó, haciendo que Ratchet refunfuñara aún más.

—Si sigues usando ese sarcasmo, te tomará muchos más años el ganarte ese título que llevas contigo. —Rodimus dio un pisotón y lo enfrentó.

—¡Yo ya soy un Prime...! —Ratchet apretó el puño y lo aporreó, haciéndolo dar trompicones hacia atrás.

—Tienes el nombre Prime... Pero hasta que madures lo suficiente, solo eres Rodimus. —decretó, mirando predominante al joven bot—. Voy a querer esos médicos de alta gama lo más pronto que se pueda, para antes de las doce del mediodía si es posible. Voy a seguir con las investigaciones y las pruebas, si hay algún avance, avisaré al puente...

Ratchet tomó su tableta y se retiró, dejando a Rodimus solo en el puente y con el rostro abollado por el golpe que el médico acertó en su contra... Solo quería ser un buen líder, de verdad lo intentaba, pero nunca le enseñaron a ser un gran líder inspirador, solo a ser un soldado que disparaba y luego preguntaba.

Además, ¿cómo podía intentar ser un buen líder cuando su predecesor era el mejor líder que su mundo y otros hayan visto?

Imposible, dirán. Rodimus podía liderar si se lo proponía... pero le tomaría un largo camino para poder hacerlo correctamente.

Incluso los más veteranos en aquella guerra seguían teniendo mucho que aprender.

Pasaron los días, y las semanas, Midoriya llevaba mucho tiempo en un estado vegetativo, dormido en una cámara acuática de la cual obtenían resultados continuos sobre sus estados de ánimo, presión arterial y demás. No querían arriesgarse a tenerlo despierto, así que mientras estuviera descansando y flotando en ese tanque, estaría bien.

Ratchet y demás médicos humanos estuvieron examinando el cuerpo del mestizo, tomando distintos exámenes y llegando a mismas conclusiones: El Energon Artificial se podía quitar de su cuerpo, pero se necesitaría más tiempo del previsto.

Días y noches laborando, investigando el cuerpo del muchacho y tachando y buscando procesos por los cuales le retirarían el Energon Artificial sin lastimarlo o matarlo. Tratar con cruces entre dos especies siempre tendía a ser complejo.

Izuku Midoriya: El Primer MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora