Prefacio

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Después del caos hubo paz, y luego hubo una insurrección que arrebató millones de vidas. Una que le arrebató a muchos lo que más apreciaban y amaban. Se forjó una rebelión en contra esa insurrección... y entonces, volvió a haber caos. Uno que perduró demasiado tiempo, e hizo mucho daño a una especie y a su planeta.

No hablamos de un mundo primitivo basado en los pecados mortales y los idealismos surrealistas. No un mundo que cree que por tener algo "especial" se creen en la cima del mundo, que se creen Dioses soberanos de lo existente.

No estamos hablando de la Tierra.

Hablamos de un mundo que antes era gobernado injustamente y usado para fines lucrativos intergalácticos. Un mundo que sufrió demasiados cambios, pero que aun así, logró prevalecer hasta el día de hoy. Un mundo que tiene más de un Dios y más de un héroe. Un planeta donde cada habitante es un héroe de su propia historia...

Cybertron.

Cuna de una raza, hogar de millones, una utopía robótica avanzada... y un campo de batalla para una guerra sin final.

Los cybertronianos eran una raza que tenían distintos ideales, siendo resumidos por dos simples bandos, que podían marcar la diferencia en un futuro próximo dependiendo de quien gane la batalla:

Los tiránicos y crueles Decepticons, regidos por la misión de querer salvar a su mundo, a pesar de usar tácticas de tiranía y opresión.

Y los Autobots, rebeldes que luchaban por la libertad, protegiendo a las distintas especies en todos los mundos, pero costando la vida y los recursos al planeta para poder derrocar a sus némesis.

Era una batalla que a pesar de tener un comienzo sangriento y cruel, no parecía tener un final.

Ninguno de los dos bandos se rendirían, no hasta ganar derrocar al otro. Energon se ha derramado, vidas se han tomado, sacrificios se han hecho y Cybertron ya no es el mismo.

Pero, las cosas siempre han sido así: Fuerzas del bien y del mal que combaten hasta el fin de los tiempos.

Paz y caos. Autobots y Decepticons. Héroes y villanos. Tantos sinónimos y miles de años luchando... pero ninguno de los dos bandos ha perecido, porque si sus corazones siguen ardiendo con grandeza, lo harán hasta el final de los tiempos.

Y al final, uno caerá, y otro prevalecerá.

Izuku Midoriya: El Primer MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora