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POV's Chloe Conway

Estaba hundida en mi burbuja de tristeza mientras preparaba mi cafe para volver al papeleo, trabajaba como siempre, pero sin la risa de mi esposo.
Me negaba a creer que esto era verdad y cada que lo pensaba me pellizcaba para saber si era una pesadilla o no, lastimosamente no lo era.
En la semana que había pasado después de su muerte, no había ido a visitarlo al cementerio ninguna vez y me negaba a ir o solo le ignoraba, pues mi padre muchas veces me hablo de ir a despedirme de él.
Me había comenzado a alejar de las personas que amaba, de las personas que me recordaban a él.

El ánimo que me caracterizaba había bajado al completo ¿Pues a quien no le pasaría estar así?
Las palabras que dijo mi padre ese día sigo sin creérmelas e incluso a él no le he hablado mucho últimamente.
Era como si le culpara de la muerte de Ivanov.

Pronto la idea de que había sido su culpa o la mía lleno mi mente. Solo podía odiarme a mi, por no haberlo detenido antes de que mi padre lo llevara al badulaque.
Y también podía odiar a mi padre por haberlo llevado a su tumba.

Volkov había tratado de comunicarse muchas veces conmigo por mensaje, llamadas e incluso en persona, que aunque parezca un acto grosero lo ignoraba totalmente, igual con Conway.

Y aunque parezca tonto, sigo creyendo que es otra de las bromas de Alex...

Una mano me saco de mis pensamientos, sacándome de mi burbuja, eran H y G.

—Hola... Chloe ¿Como estas?— Pregunto Horacio con una sonrisa pequeña, Gustabo le dió un leve golpe en el hombro, dando a entender que había hecho una pregunta tonta. — ¡Lo siento!

— No pasa nada Horacio, se que no era tu intención.

— ¡V-Vale!

— Yo... Lamento tu pérdida Chloe, ambos sabemos que lo amabas mucho y no nos imaginamos estar en tu situación actual.— Hablo Gustabo.

— No tienen que hacer esto porque les obligo Conway.— Mire detrás de ellos, a lo lejos estaba mi padre observándonos.

— No hemos venido obligados.

— Díganselo a él, que les está mirando con odio.— Finalice la conversación y me subí a mi despacho con mi café ya hecho y seguí con lo mío.

MEMORIES | Alexander IvanovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora