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POV's Chloe Conway.

-Papá.- Llame a mi padre quien se encontraba ocupado en unos papeles.

-Dime hija.- Respondió sin despegar la mirada de los papeles.

-Horacio me ha llamado, dice que quieren empezar ya los entrenamientos.- Comenté.

-¿Me estas pidiendo permiso?

-Protocolo Conway.- Guiñe el ojo. El protocolo Conway eran básicamente reglas estrictas que tenía cuando era pequeña.

-¿Te acuerdas?

-Me acuerdo que una vez me sacaste de cursos de idiomas por no decirte que perdí tu porra.

-Exageré mucho, lo admito.

-Por tu culpa no puedo comunicarme con Volkov en ruso.- Comente con risa.

-Bien que aprendiste a insultar a Alex en bulgaro. 

-Eso es otra cosa.- Recordé cuando Alex me había enseñado a insultar a la gente y lo use en su contra, eso fue cuando éramos amigos.

Puede que el comentario de mi padre me haya llenado de nostalgia, pero de verdad la nostalgia se quedaba corta, era un sentimiento combinado de dolor, nostalgia y felicidad, no porque este feliz de que Ivanov se haya ido... sino porque se que cumplió muchas de sus metas y pudo irse en paz y me dejo en las manos de mi padre y de Viktor.

-¡CHLOEEEEE!

Cortemos un poco esta parte, ¿Vale? Fuimos a un campo de pruebas en cerca de una montaña para no alterar a la gente de la ciudad ni a la del norte. Ambos chicos estaban emocionados ya con sus armas en mano, iban a aprender técnicas de ataque y defensa.

Mi mejor alumno fue Horacio, el otro hacía lo que se le saliera del arco del triunfo y por más lagartijas que hacía no entendía que no era como el quisiese. 

Solo les había dicho algunas técnicas fáciles pero eficientes, no necesitaban las otras en estos momentos. El día paso rápido para mí, y super cansado para esos dos alumnos.

-¡Vamos Gustabo! Para ya irnos a descansar.- Apoyaba Horacio a su amigo.

-Vamos García, esas lagartijas no se harán solas.- Dije cuando lo vi "desmayado" en el suelo.- No nos iremos hasta que las termines.- Dije viendo mi reloj de manecillas ya iban a dar las 12 de la noche y habíamos comenzado temprano en la mañana.






MEMORIES | Alexander IvanovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora