Capítulo 10

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Tom y los demás ya habían retrocedido hasta quedar de espaldas a la barrera. Cada vez habían más magos y no podían con todos ellos.

-¡Por orden del ministerio de magia, retírense! - grito el jefe de aurores.

-¿Para que se apoderen de esto? -preguntó Ángelo- Ni hablar!

Él era el único que tenía suficientes, y hará sobrantes, fuerzas, pues se estaba alimentando de la magia de sus oponentes, pero los demás pronto caerían por el cansancio.

Y Ángelo, por más poderoso que fuese, no podía solo contra tantos idiotas.

Pero justo cuando creyó que no podían ganar, un rugido se oyó en el cielo y un fantástico dragón rojo apareció entre las nubes. Sorprendido volteó hacia la ciudad y se quedó boquiabierto.

Un chico de cabello pelirrojo hasta la cintura tocaba las estatuas que adornaban la ciudad, dándoles vida.

Gaween había despertado.

Con calma el muchacho se acercó hasta Hades, que permanecía de rodillas dentro de la barrera.

-Estás... estás....

-Estoy bien, Hades.-acaricio su rostro con suavidad y pronto las fuerzas regresaron a su cuerpo.

Recibió un beso en la frente de parte del pelirrojo y luego este se levantó para ayudar al resto.

Ahora, con todas aquellas bestias mitológicas, estaban a mano.

Habían pasado dos horas desde que Gaween se había unido a la batalla, pero aún así no los habían derrotado

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Habían pasado dos horas desde que Gaween se había unido a la batalla, pero aún así no los habían derrotado. Poco a poco eran menos enemigos, pero incluso Ángelo estaba cansándose debido a que no había tanta magia en el ambiente.

-¡Ríndanse!-exigió el jefe de aurores.

-¿O qué? -preguntó Ángelo - Perdona cariño, pero lo único que haremos será ¡mandarte a la mierda!

Cuando lograron repelerlos lo suficiente, entraron a la barrera.

-¿No podrán pasar? -preguntó Merlín.

-No -negó Harry -No a menos que la barrera los acepte como amigos, pero dudo que pase eso. Podemos descansar tranquilos.

Se dirigieron a la biblioteca con Harry guiándolos, mientras se mantenían en silencio. Nadie había dicho nada, incluso sobre Gaween, quien caminaba silencioso tras todos ellos.

Hades se apresuró a alcanzar al pelirrojo.

-Gaween...

Los ojos verdes del chico se fijaron en los suyos un par de segundos pero después volvieron al frente.

-No tenemos de qué hablar, Hades.

-Pero Gaween, yo...

El pelirrojo se detuvo y volteó a verlo. Nadie se dio cuenta.

Harry Potter y la Isla PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora