Capítulo 11

111 21 0
                                    

Ángelo había terminado de arreglar todo justo cuando el sol tocaba su punto más alto. Ningún mago recordaba ya la existencia de la Isla, excepto ellos. El lugar había quedado bien ocultos por un hechizo hallado en la biblioteca y poco a poco sus vidas retomaban el curso después de la caída de la pasa: estaban enfrentándose al ministerio, pues una vez lo controlaran ya no quedaría modo de detener al señor oscuro.

Dos meses pasaron desde lo sucedido. No se hablo del tema. Zarlem se quedó con ellos en el futuro, igual que Rowena y Helga.

Mientras más tiempo pasaba, Ángelo más se peleaba con su pelirrojo amigo. Insistía en que debía aceptar sus sentimientos, pero Gaween era demasiado terco. Estaba empeñado en lo que hacía.

-¡Ya te dije que no es lo correcto!

-Ángelo, ¡hago esto por su bien!

-¡No! ¡Lo haces por el tuyo! -gritó- Estas embarazado, ¿¡lo sabías!? ¿¡Que piensas hacer!? ¡DIME!

Gaween se dejó caer sentado en su cama mientras intentaba procesar las palabras del Riddle. ¿Qué debía...? ¿Qué haría ahora?

-No puedo, no puedo estar con él.

-¿¡Entonces lo vas a alejar de su hijo!? ¿¡Eres estúpido!?

El joven pelirrojo escondió el rostro entre sus manos.

-Le haré daño.

-¡Más daño le haces de este modo!

-Pero yo...

-¡Cállate! -interrumpió el pelinegro- Escúchame bien: irás con mi hermano... le dirás que lo amas, le dirás sobre su hijo y serás feliz de una jodida vez por todas. Porque si no lo haces... ¡te vas a arrepentir! Lady Magia me lo ha dicho, Gaween, si no lo haces ahora, vas a perderlo todo.

Dicho esto, el jovencito salió del cuarto para ir a ver a su tonto novio, dejando a un pensativo y abrumado Gaween atrás.

Todo el tiempo que llevaba conociendo a Hades había estado muy asustado, porque no quería dañar al otro chico. Sentía que si lo intentaban, le acabaría hiriendo, no quería eso. Pero su hijo... su pequeño no tenía la culpa de nada...

Decidió pasear un poco para aclararse la mente, así que empezó a recorrer los pasillos de la mansión sin ningún objetivo. Los cuadros lo miraban curioso cuando paseaba, le decían cosas pero el pelirrojo no se molestaba en voltear a verlos mientras jugaba con los guantes que cubrían sus finas manos encantadas.

-Gaween, ¿podemos... hablar?

Ahí estaba. Su sueño y su pesadilla. Hades Riddle Potter.

-Uh... si, está bien.

Se sentaron en una pequeña sala, frente a frente, separados por una mesita de madera.

-Se que dijiste que aquella noche fue un error, pero...

-No -interrumpió Gaween- Cállate, si? Quizá sea yo quien deba hablar.

El chico guardó silencio.

-Te he rechazado muchísimas veces... te he dicho cosas horribles, te he humillado y aplastado de mil formas y sigues tras de mí. Así que primero quiero saber por qué.

-No lo sé -replicó Hades con sinceridad- Te amo, eso es todo. Cuando amas a alguien haces todo por conseguirle.

Gaween no respondió de inmediato.

-Te rechacé porque no quería dañarte. No soy bueno y tú lo sabes, no puedo ser nunca un chico perfecto para nadie. Pensé que, si yo te aceptaba, lo único que te causaría sería dolor. Y no podría soportar eso, así que encerré todos mis sentimientos. Pero no los pude borrar y aquella noche, no pude contenerme. Yo... todo está hecho mierda entre los dos y la verdad tu hermano tiene razón, tenía que enmendarlo y quizá esta es la última oportunidad. Supongo que este bebé vino por eso...-completó acariciando su vientre.

Hades parpadeo sorprendido. El sabía que tendrían un hijo pero no tenía idea de que sería tan pronto! Y Gaween... Gaween le estaba pidiendo perdón. A su manera pero lo hacía.

-Gaween, te amo, ok? No me interesa como seas en lo más mínimo, solo sé que te quiero así y eso es todo... los amo a los dos.

Lo abrazo con cuidado porque no sabía si le rechazaría, pero en realidad el pelirrojo lo abrazó en vez de alejarle. Se mantuvieron juntos en el abrazo durante un buen rato. 

El salón de la mansión Slytherin estaba tan lleno como siempre por toda la familia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El salón de la mansión Slytherin estaba tan lleno como siempre por toda la familia. Esta vez tenían la visita de Fred y George, que llevaban a sus dos hijos, casualmente también gemelos: Gred y Molly.

Gaween estaba sentado con un libro abierto en su regazo, leyéndole a Zane y a Hades. Salazar ya estaba enterado de la relación entre Hades y el pelirrojo, pero Gryffindor no tenía ni idea puesto que no había aparecido en un largo rato.

Finalmente, Tom entro en la sala junto a Zarlem y Godric; el pelirrojo peleándose con su suegro, que más bien solo lo ignoraba olímpicamente. Cuando el hombre vio a su hijito y a su descendiente juntos, no se veía muy feliz (sobreprotector?Noooo como creen?).

-¿¿Se puede saber por qué ustedes dos andan tan juntos??

Gaween suspiro y levantó la mirada del libro.

-¿A ti que te parece?

-Jovencito, no me respondas así...

-Papá no soy un bebé. Si quiero ser novio de Hades puedo serlo -corto bruscamente. Luego añadió, después de unos segundos- Ah, y estoy embarazado.

Muchos, por no decir todos, contuvieron la risa al ver la cara de desespero del pobre hombre al que le decían que su pequeño hijo no solo tenía novio, también esperaba un bebé. En menos de tres segundos ya se había desmayado.

-¿Y como le van a poner? -preguntó Harry.

-Thanatos -respondió Gaween.

Tom se rio por lo bajo.

-Hades, Thanatos... ¿Qué sigue después?

-¡Papá! -se quejó Hades.

Salazar se levantó y toco a su esposo con el pie.

-Bueno, aprovecharé que no está para arruinar mi existencia y me iré a leer a la biblioteca.

-Se nota cuánto lo amas...

Harry Potter y la Isla PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora