Capítulo 13

102 17 0
                                    

Harry esquivó el escritorio hecho trizas y saltó sobre un charco humeante color verde para llegar a donde Ángelo estaba muy ocupado destrozando las estanterías, sus ropas desarregladas y el cabello hecho un desastre.

-Án?

Los hechizos pararon y el ojiazul se volteó para verlo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Mamá -sollozó aferrándose a él.

-¿Que le pasó a tu laboratorio? ?Estás bien? -preguntó preocupado.

Había acudido al oír los gritos de su hijo, peor no esperó verlo así de mal.

-Ese idiota... ese maldito de James... quería que tuviésemos hijos, y ma', tú sabes que no quiero tenerlos. Me enfadé tanto que estallé y le grite que no lo quería ver nunca más.

-¿Y eso es cierto?

-No lo sé... supongo que si.

Harry reparó dos sillas y se sentó frente a él.

-Cariño, sé que te sientes culpable por haber dicho todo eso, pero quiero que entiendas que de todos modos, no has hecho nada malo.

-¿En serio crees eso? -preguntó esperanzado.

-Pequeño, si tú no quieres tener hijos, es decisión tuya. Si bien James era tu pareja, él no tenía porque decidirlo, era algo que tenían que discutir los dos. Y si no aceptó desde el primer momento que dijiste no... ¿Qué se puede esperar? Eso significa que no hay confianza ni respeto en la opinión de la pareja, no crees?

Ángelo sonrió un poco más animado. Creyó que Harry le regañaría, pero había sido todo lo contrario. Con un suspiro miró alrededor.

-Bueno... voy a limpiar este desastre. Tengo una poción pendiente.

Harry rio y le dio un beso en la frente.

-No olvides bajar a cenar.

Cuando Harry salió del laboratorio se levantó y con un pase de varita las cosas empezaron a acomodarse. Con un triste suspiro arrancó el anillo de compromiso y lo desvaneció. Ya no lo necesitaría. 

*futuro*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*futuro*

Gaween suspiró mientras recibía los pocos billetes del dueño de la cafetería antes de regresar a casa. Preparó la cena y mandó a dormir a sus dos angelitos. Pero el no durmió, limpio la casa lo mejor que pudo y luego se dejó caer en el sillón.

Justo en ese momento la puerta te tocada y con cierta curiosidad se levantó, pero se arrepintió en cuanto abrió.

Cabello castaño y ojos verdes (aunque no tan hermosos como los suyos y menos los de Hades), definitivamente el padre de su hijo.

-Que buscas aquí, Dereck? Creí que dejaste claro que no te importábamos -masculló fríamente.

-No vengo por ti -soltó duramente- Pero lo que te voy a ofrecer te va a gustar.

Harry Potter y la Isla PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora