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Los pensamientos vagan por mi cabeza, Alberto ha sido el único que ha visto la marca y me ha ayudado. Amo a Giulia y es mi mejor amiga pero no quiero se una carga para ella, me preocupa que se preocupe por mi. Alberto ha sido de los pocos hombres con los que he convivido dado que Ercole no me deja hablar con nadie, y es tan simpático y tierno, es muy lindo. Y es tan guapo, con esa piel bronceada y su cabello tan largo y alto, es lo opuesto a Ercole. Intento dormir pero la emoción de que mañana empiezan las vacaciones y voy a conocer el pueblo me invade, me abruma pero también me calma y me mece a su merced.

Cerré los ojos por un segundo pero una voz imitando el sonido de una trompeta me despertó, Giulia hacía movimientos con las manos y saltaba en la cama.

-Despierta, Luca, comienzan las vacaciones, hay tanto que ver y hacer, además el viernes son las inscripciones de para el aniversario 100 de la Copa Portorosso, debemos entrar, de verdad, hay que inscribirnos.

-Sí, ajá, ¿Pero qué tenemos que hacer?

-No lo sé, como es un aniversario extra especial van a ser retos nuevos y podemos inscribirnos. Normalmente es hasta los 16 y los retos son nadar, comer pasta y andar en bicicleta, pero como es una ocasión especial pueden participar todos. Es increíble, no participaba desde que era niña.

-Claro, okay, estaría bien.- Giulia gritó de emoción y comenzó a dar volteretas por todo el cuarto. Se encontraba frente a la puerta pero fue derribada por Alberto cuando entró asustado.

-¿Todo bien?, escuché un grito, como si estuvieran asesinando a un cerdo y vine corriendo.-Me reí por lo bajo y Alberto sonrió.- Buenos días, Luca.-Luego miró a Giulia.-Mugrosa, el desayuno está listo.

-¿A quién llamas mugrosa?, el que seas un pescado no te da derecho a solo bañarte una vez a la semana y siempre usar la misma ropa, date un baño.-Suspiró y me volteó a ver.-Ja, ¿Quién se cree?- Alberto bajó la mirada avergonzado y la volvió a subir.

-Buenos días. Alberto.-Se sonrojó un poco y salió del cuarto.

-Te juro que un día voy a tomar a ese pescado y los voy a meter en una lata de sardinas, luego lo voy a mandar a que se lo coman los pingüinos. -Me reí, muy fuerte.

-Vamos a desayunar y me cuentas que tienes planeado para hoy. -Salimos de su habitación y caminamos por el pasillo, nos sentamos pero solo noté lo rico que olía. 

-Muy bien, esto lo cociné yo, huevos estrellados con un poco de pasta de ayer.

-Huele muy bien, felicitaciones al chef.-Era divertido hacer sonrojar a Alberto, y lo logré

-Gracias.

-Como sea, Luca, en estos momentos tengo que enviar una corrección de tarea, me voy a tardar algo pero Alberto se ofreció a llevarte a un paseo, además no se me permite ir a esa isla.

-¡Giulia, cállate, era sorpresa!- La pelirroja solo comenzó a comer

-¿Isla?, Oh, la vi ayer por la ventana del tren, se veía hermosa.

-Lo es, entonces te voy a llevar en cuanto termines tu desayuno.- Comimos y reímos, al terminar Giulia dijo que ella lavaba los trastes, fui al baño a lavarme los dientes y luego al cuarto a arreglarme, me puse unos shorts de mezclilla azul y una camisa simple. Alberto ya me esperaba en la puerta. Ambos bajamos las escaleras y caminamos hacia la playa.

-¿Dónde está el bote?- Pregunté asustado

-No hay bote, vamos a nadar.-Notó mi inseguridad -¿Pasa algo?

-Hace mucho no nado, tal vez perdí la práctica.

-No te preocupes, dame tu mano y yo te llevo.-Estaba un poco asustado o pero tomé su mano y nos adentramos. Mucho tiempo había transcurrido, solo sentía el agua cuando me duchaba, a Ercole no le gustaba mi forma marina entonces evitaba el agua a toda costa. Pero el mar alrededor de mi y la fuerte mano de Alberto guiándome era todo lo que necesitaba. Una paz inmensa llegó a mi pecho y la tomé sin pensarlo. En un abrir y cerrar de ojos llegamos a la orilla de la isla, wow, que hermosa.

-Ayer mencionaste algo acerca de monstruos marinos en Portorosso, ¿De qué se trata?

-Bueno.-Comenzó a hablar mientras se secaba, se quitó su camiseta amarilla para exprimirla, los malos pensamientos llegaron a mi cabeza, estaba buenísimo, tan fuerte y con abdomen marcado y el pelo en pecho le daba un toque tan varonil.-¿No vas a secar tu ropa?- Me negué, no iba a permitir que viera las marcas en todo mi cuerpo, asintió y continúo-Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años en esta isla se encontraba un pequeño almacén, pertenecía a unos granjeros, esta torre era usada para guardar cosas.- me explico viéndome a los ojos.- Un día, el granjero remó hacia la isla en la noche, había olvidado una herramientas que iba a necesitar.-Apartó la mirada y caminó hacia la torre, la verdad era una isla muy linda.- Remaba y remaba, pero sentía que algo lo acechaba, tomó su arpón pero no había nada en el agua, minuto tras minuto sentía esa sensación y poco a poco notó que sus cosas desaparecían.- Se sentó en el pasto, debajo de un árbol que se encontraba al lado de la torre, me senté junto a él.- Un crujido lo alarmó y vio una mano llena de escamas amarillas tomar una revista que tenía, el granjero se asustó y lanzó el arpón, pero le dio. - Su voz sonaba más oscura, ambientándose con el relato.- Al alzar el arpón gritó, había atravesado la cola de la criatura, esta lo miró desafiante y gritó, el terror del granjero hizo que soltara el arpón y la criatura se fue.- Se acomodó y su voz regresó a la normalidad, a ese grueso despreocupado.- La gente se asustó, la isla quedó abandonada y ya. 

Me encontraba entretenido y asustado, que increíble, pero seguía con la curiosidad.

-¿Y...qué ocurrió con los monstruos que me habías dicho fueron los que nos hicieron ser aceptados?.

-Bueno, ganaron la Copa Portorosso y la gente no sabía que eran monstruos, luego lo supieron y vieron que no eran amenaza, los monstruos comenzaron a llegar al pueblo y vivir en paz. Declararon esta isla una zona protegida y solo nosotros podemos venir, es un lugar seguro sin humanos, reconstruyeron la torre y conservaron los objetos de uno de los chicos que vivía acá.

-¿Y qué pasó con los chicos?

-Dicen que uno se fue a estudiar fuera del pueblo y otro se quedó como pescador, un día, cuando ya se sentía realizado se fue del pueblo en busca de su amigo y jamás se supo más de ellos. Se dice que compraron una moto y recorrieron el mundo en ella. Pero eso pasó hace muchos, muchos, demasiados años.

-Que lindo, poder cumplir tu sueño.-Alberto me miró curioso

-¿Cuál es tu sueño, Luca?- Me tomó por sorpresa, nadie me había preguntado nunca eso.

-Quiero ser maestro, en un pueblo junto al mar, como Portorosso. Amo enseñar y amo el mar. ¿y el tuyo?

-Me gusta la pesca, así que me quedaría aquí, comenzaría una familia, adoptaría algún monstruo abandonado como Massimo hizo conmigo, sería feliz toda mi vida, con la persona correcta.-Mientras decía eso me miraba, en lugar de incomodidad me invadió una calidez y nostalgia.

-Suena lindo, espero se haga realidad.

-Sí, espero que el tuyo también se haga realidad.

 Portorosso (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora