Fue una noche muy incómoda para mi, esta información no me dejaba en paz, Alberto enamorado de mi y yo con duda en mi corazón. La cena transcurrió bien, normal aunque no paraba de sentir como Alberto me miraba. Giulia contando como terminó la tarea y sacó una gran calificación gritando que por fin era libre, tan libre que al día siguiente íbamos a ir a un pequeño club nocturno de Portorosso llamado "Trenette", un nombre al raro, de comida, pero decía que era muy divertido, iba cada verano con Alberto y se divertía mucho, se besaba con tantas personas y regresaba muy borracha. Ella siempre ha salido, nunca me ha gustado salir a esos lugares, mucha gente y casi siempre que salía así era con Ercole y sus amigos entonces no había mucha diversión para mi, me divertía pasar tiempo con él pero a veces me ignoraba y no me divertía.
-Gracias, Giulia pero no me gustaría ir, mucha gente.
-Vamos, Luca.-Mi miró fijamente.-Tú fuiste el que me dijo que este verano sería divertido e inolvidable, entonces hazlo, sal de tu zona de confort, haz algo por ti.
-Bueno, iré, mañana me ayudas a elegir que voy a usar.
-Usa algo que deje ver carne, enseña piel, algo que diga estoy aquí para ti, ven y tómame, bésame y cómprame muchos tragos.
-Giulia, sabes que no.
-Bueno, unos jeans rotos negros que trajiste, ¿recuerdas el crop top que compraste una vez y el imbécil de tu novio no te dejó usa?
-Sí, se me veía tan bien y me encantaba, lo uso cuando nadie me ve.
-Exacto, se te veía increíble, y ese patán no está aquí así que no te preocupes.
-¿Sabes?, tienes razón, él no está aquí, voy a divertirme, pero no voy a beber mucho, sabes que no resisto.
-Por eso.- Caminó hacia la alacena y sacó una botella de vodka.-Lo tengo preparado, es una práctica.- No se que ocurría, un golpe de valentía o un roce de locura pero me sentía en mi zona.
-Dale, soy un niño bueno, pero este verano no, voy a ser otro.- Ambos sonrieron y sacaron vasos, sirvieron un poco y lo tomamos rápido. Me quemaba la garganta y sabía horrible, pero ese calor me recorría el cuerpo y me hacía sentir vivo.
-Veamos una película y cada que digan alguna frase graciosa o sin sentido tomamos.- Y así fue, una película a la que no pusimos atención, todo era risa y beber, mi mente daba vueltas y mi cerebro ya no entendía lo que pasaba. De un momento a otro Giulia comenzó a dar vueltas y a reír, estaba borracha, pero tantas vueltas hizo que corriera al baño a vomitar.
-¿Te diviertes?.- Me preguntó Alberto
-Sí, mucho, solo que hace algo de calor, necesito aire.
-Ven, conozco un lugar excelente.- Entre risas y tropiezos bajamos al patio, y Alberto comenzó a subir el árbol hacia las maderas que estaban.
-¿Es seguro?,¿seguro?.- Balbuceaba y mi lengua se encontraba dormida.
-Claro, sube.- Reía y me veía como intentaba poner mi pie sobre una madera clavada en el tronco. Poco a poco fui subiendo hasta que me tomó de la mano y me alzó a donde estaba, sin esfuerzo. Luces de navidad recorrían las ramas y unas almohadas se hallaban puestas.- Aquí vengo cada que quiero pensar, o estoy muy borracho para subir las escaleras.- También me reí. Pero me callé cuando vi la ciudad iluminada, de noche era aún más hermosa, lejos de la ciudad y del bullicio, era tranquila y preciosa.
-Es hermosa.
-Sí, pero tú lo eres más.-
-¿Qué?.- Volteé a ver a Alberto pero en ese momento me tomó de las mejillas y me besó, sin aviso, sin prepararme. No sabía si era el alcohol o que mi mente estaba nublada pero le correspondí y lo besé como nunca, tal vez no era ninguna de las dos, tal vez mi corazón estaba haciendo lo que mi mente no me dejaba. Lo besé tanto, y con tanta pasión que no supe como transcurría el tiempo, sus besos eran cálidos y apasionados pero siempre delicados y llenos de amor. Me subí sobre él y lo volví a besar, este sentimiento era nuevo, tan abrumador y tan loco. Me encantaba. Pero no podía durar para siempre.
-Perdón, Alberto, no puedo hacerlo, tengo novio, si se entera me va a matar, no, perdón.
-Luca, no, perdóname a mi, no debí besarte en primer lugar, es mi culpa, no vuelvas a hablarme si no quieres, golpéame, perdóname.
-Lo peor, Alberto, es que sí me gustó, pero si Ercole me deja, nadie me va a querer, voy a volver a estar solo y todos van a pensar que soy un monstruo, él es el único que me ha defendido contra otros y me ama aunque sea monstruo marino.
-No, yo te quiero.-Hizo una pausa.- Y por lo que me has contado él no te ama siendo monstruo marino, nadie que te ame te haría daño o te diría que no le gusta tu forma marina, te deben aceptar con todo, yo lo haría, Luca.- Otra pausa, todo lo que decía sonaba sincero.-Luca, dame una oportunidad, sé que no me conoces pero jamás haría algo contra ti, te lo juro.
-Alberto, no conoces a Ercole, lo que me haría, nos haría, me da miedo, y cuando me vaya de aquí, ¿Qué va a pasar?, no creo poder soportar un romance de verano y no volver a verte.
-No tiene que pasar eso, siempre puedo ir a verte o vendrías. Luca, por ti esperaría años, lo he hecho, desde que te conocí nunca pude dejar de pensar en ti, mucha gente me quería a su lado, pero jamás podía dejar de pensar en ti, y, ahora que te conozco y he probado tus labios menos lo haré. Estás marcado en mi mente y corazón para siempre.
-Alberto, yo tengo que pensarlo.- Después de eso, me senté a su lado y estuvimos en silencio, la brisa me calmaba y el sonido de las olas me dejaban pensar.
-Yo digo que le digas que sí y que termines con Ercole.- Ambos nos asustamos, Giulia se encontraba en la ventana de su habitación que daba al patio.-Alberto es la persona más estúpida que podrías conocer, pero es una buena persona y confío en él y en que te cuidaría, te juro que sé cuanto te ha esperado.
-¿Cuánto escuchaste?
-Todo, de verdad ustedes besan muy extraño, tuve que voltearme para no verlos, fue mucho tiempo.-Se rio y se puso seria.- Mira, Luca, eres mi mejor amigo y te conozco mejor que nadie, mereces todo lo bueno del mundo, eres el único que estoy seguro entraría al cielo, y yo como tu amiga quiero lo mejor para ti, y sé que Alberto lo es.
-Bueno, acepto, espero que esto no se convierta en un romance de verano y me arrepienta.- Dios, ¿Qué estoy haciendo? Así no soy yo, pero el sentimiento de hartanza hacia los tratos de Ercole me invaden, nunca había pensado en todo lo que me ha hecho y el saber que alguien me va a querer me tranquiliza.- Tengo que hacer una llamada antes.- Bajo las escaleras con mucho cuidado, parece que los efectos del alcohol desaparecieron, al llegar a tierra salgo del patio y camino a la playa, sé que estaré bien porque desde el árbol se ve donde estoy. Sacó el celular y comienzo a llamar, contesta.- ¿Ercole?, hola, tenemos que hablar.
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Portorosso (PAUSADO)
RomanceLuca ha lleva dos años en una relación infernal que no ha podido parar, pero por azares del destino va hacia Portorosso, un pueblo donde es aceptado el ser monstruo marino y donde está la casa de su amiga Giulia, ahí conoce a Alberto, un trabajador...