Al abrir los ojos lo primero que vi fue un cielo atardeciendo y la brisa marina rozando mi rostro, nos habíamos quedado dormidos. Me sentía en calma y el sonido de un corazón palpitando me mecía en un compás de paz, el movimiento arriba y abajo de algo me movía la cabeza de manera suave, mi mano reposaba sobre una piel bronceada y suave. Oh, no, me había quedado dormido sobre Alberto. El miedo me hizo levantarme rápido y con la mirada busqué alguna cara o a alguien que nos haya visto, pero me calmé, estábamos en la isla, solos. Por mis movimientos bruscos Alberto se despertó, y me miró, sus ojos brillaban.
-¿No estabas cómodo?
-Sí, digo no, o sea sí pero que vergüenza, perdón por dormirme sobre ti.
-No, todo un placer ser tu almohada.- Mi cara se volvió un poco roja, intenté levantarme pero mis brazos me dolían, hice un gesto de incomodidad.
-No, Luca, te dormiste con la ropa mojada, ahora tu piel está irritada por la arena y la sal de mar. Lo bueno es que sé como quitarlo, soy prácticamente un experto en eso.-Se levantó y fue detrás de la torre y regresó con una hojas.-Vamos, quítate la camisa.- Me negué, no quería, intenté levantarme pero mis muslos también me dolían.-Como quieras, solo que va a ser difícil moverse.- Suspiré y poco a poco fui desabotonando mi camisa hasta el último, sentía miedo pero finalmente me la quité.-Luca, ¿tú novio hizo esto?.- Con su mano algo áspera recorría mi espalda, tocando las varias marcas de moretones y besos que tenía, algunas ya no dolían pero otras sí, hasta que llegó a la mordida de mi hombro.
-No, claro que no, solo soy algo torpe para caminar y resbalo.-Intenté excusarme pero no sonaba convencido, así que lo miré fijamente con un puchero.
-Claro, si es lo que dices te creo, solo recuerda que aunque no llevemos conociéndonos mucho tiempo puedes confiar en mi, y te juro.-Puso su mano derecha en su pecho, del lado del corazón y la otra la subió.- Juro, por mi vida, que voy a proteger a Luca Paguro todo lo que pueda y más, para que nadie nunca le haga daño y siempre sea feliz, lo juro. -Y con su mano derecha hizo una equis. eso me sacó una sonrisa y una que otra lágrima. -Perfecto, ahora déjame ayudarte.- Tomó una hoja y la lamió, luego la puso debajo de mi axila, y en los lugares donde se encontraban rojos por la irritación
-Nooo, Alberto, eso es asqueroso.- Me reía mientras decía eso pero él lo seguía haciendo con toda la seriedad del mundo, como si fuera a funcionar.
-Si tienes suerte, Luca, mi saliva puede llegar a tocar tu piel de otra forma.-Sonrió coquetamente.-Ya está, ahora toca abajo, quítate esos shorts.- Mis ojos se pusieron como platos.
-¿Qué?, ¿Crees que me voy a desnudar el primer día?, Ni lo pienses, dame eso y voltéate.- Giró su cabeza fingiendo que no veía.- Hazlo.- Giró todo su cuerpo y me puse detrás de un arbusto, comencé a quitarme el short y a bajarlo. Lamí las hojas y las puse donde mis muslos se encontraban, unos crujidos me alarmaron.
-No olvides lamer bien las hojas.- Su voz se fue apagando cuando encontré sus ojos mirándome de pies a cabeza, no sabría decir cuál de los dos se encontraba más rojo, tragó saliva y miró mis muslos, llenos también de marcas. Su rojo de vergüenza se tornó en un rojo de enojo.
-No, eso no te lo hiciste en una caída, también juro que si alguna vez llego a ver a ese tal novio tuyo voy a mandarlo hasta Japón de un golpe, no voy a permitir que nadie te trate de mala manera.-Su respiración se notaba agitada y una pequeña vena se dejaba ver en su frente.
-Alberto, no es para tanto. Además te dije que no voltearas, no 'puedes hacer eso, respeta, por lo menos déjame poner mi short.
-Sabes, no es necesario, es una linda vista.
-Por Dios, Alberto ten respeto, tengo novio y si se entera sobre todo esto que me dices te va a asesinar.- Alberto se acercó y tomó mi mentón obligándome a verlo.
- Que lo intente, lo espero.- Me alejé y me abroché mi camisa y short caminando hacia la orilla.-¿A dónde vas?, ¿No quieres ver la torre?
-No, se está haciendo algo tarde y tengo que ver a Giulia, además no he comido en todo el día.- Cuando entré al agua pude escuchar un "Alberto, eres un estúpido". Así que nadé hasta Portorosso. Al llegar a la orilla todas las hojas se habían caído y sorpresivamente al volver a mi forma humana todo el dolor había desaparecido. Caminé a casa de Giulia y tomé un baño, para así ponerme ropa más cómoda. Al salir del baño y caminar al cuarto de Giulia pasé por la habitación de Alberto y lo escuché hablando con mi amiga, pegué mi cabeza a la puerta y los oí.
-Lo arruiné, Giulia, lo asusté y ya no me va a querer hablar, todo es mi culpa, por enojarme con este tal Ercole, ¿acaso sabes todas las marcas que tiene por su culpa?, tiene moretones por todo el cuerpo, no puedo permitir eso.- Giulia hizo un sonido de sorpresa.- Me dijo que no te dijera, no quiere que te preocupes.
-Claro que me preocupo.
-Yo también.-Suspiró.- Giulia, llevas cada verano contándome sobre él, mostrándome fotos y videos, cuando conversaban por teléfono en verano siempre los escuchaba, y ahora que lo conozco por fin. yo.-Paró para calmarse.- Lo que quiero decir es que me gusta, Giulia, incluso lo amo. Me he enamorado de él, desde la primera vez que lo vi y escuché su bella voz, y lo reafirmé cuando en la estación pude ver ese cabello rizado y sus ojos cafés llenos de vida. Por eso me altero que su novio le haga eso, tengo que protegerlo.
-Alberto, ¿Por qué nunca me los dijiste?.-Sonaba preocupada.
-Porque sabía que tenía novio, no quería interponerme, quería verlo feliz, pero sé que con él no lo es, cada que habla sobre él suena triste y con miedo, no lo soporto.
La conversación seguía pero ya no la escuchaba, Alberto estaba enamorado de mi, desde hace años. Mi corazón y mi mente se sentían confundidas, Alberto es todo lo que quisiera que Ercole fuera. No, no debo pensar en eso, amo a Ercole y si se entera que Alberto me ama no sabría que podría hacerle, es capaz de todo, lo mejor será ignorar ese hecho y que todo siga normal, aún tengo todo un verano por delante y quiero pasarlo en paz. Así que me dirigí a la habitación de Giulia y cerré la puerta.
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Holaaaa, hago este pequeño aparatado para pedirles que, si llegan a ver alguna falta de ortografía o alguna parte que no se entienda me digan para modificarla, espero sigan disfrutando la historia.
XOXO, su escritore.
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Portorosso (PAUSADO)
RomanceLuca ha lleva dos años en una relación infernal que no ha podido parar, pero por azares del destino va hacia Portorosso, un pueblo donde es aceptado el ser monstruo marino y donde está la casa de su amiga Giulia, ahí conoce a Alberto, un trabajador...