Maldito Clyde - [Tyde] South Park

[12]: Como helado

Mientras que Butters era obligado a correr junto a Clyde a donde sea que él quisiera, evitando que su falda se levantara, Clyde era lo contrario: demasiado imprudente, corriendo de aquí para allá sin siquiera preocuparse por si su vestido se levantaba, si se sentaba de piernas abiertas o si cada vez que hablaba su voz y decencia no se parecían en nada a las actitudes de una verdadera niñita. Clyde irradiaba confianza y nada de preocupaciones, como si llevar vestido fuera tan normal aún siendo un niño.

—Debimos ser amigos desde hace tiempo... —Susurró el pequeño rubio.

—...Y cuando vi a Token, pens-... ¿Eh? ¿Qué dices Butters? ¡Mierda, que no me prestas atención cuando hablo! —Resulta que el castaño estaba comentándole al más pequeño una de sus tantas anécdotas.

—¿Qué? ¡No, Clyde, si-si te estaba escuchando!

—Anda, ya cállate y come el helado.

(N/A: en mi mente se veía chido...)

Butters sonrió. Hasta ahora no podía creer que Clyde siguiera a su lado.

—L-lo... lo que quería decir era que...

—¡Ahh, me ensucié!... me voy al baño, ¿me esperas? —Clyde se quitó de encima del rubio, dejando el helado con él y bajó las escaleras hacia la planta baja de la gran heladería la que habían concurrido.

Ingresó al baño público y se miró directamente al espejo, tenía su mejilla derecha cubierta del helado de frutilla y las manos pegajosas. Se iba a limpiar en la ropa pero esa le costó mucho dinero, así que no. Largó el agua de la canilla, lavándose tranquilamente hasta que vio reflejado en el espejo como otro chico de su edad salía de uno de los cubículos, arreglándose sus pantalones. De inmediato cruzaron sus miradas y ambos gritaron.

—¡Dios mío, el baño de chicas es el de al lado! —Exclamó el otro muchacho, encerrándose de nuevo en ese baño personal.

—¡¿El de damas?! —El castaño observó a su alrededor y no había notado que había urinarios en la pared del frente. Asustado de haberla cagado, corrió hasta la salida, pero de repente sintió como la puerta de entrada se abrió brutalmente y le dio de lleno en su frente, haciéndolo caer al suelo. —¡Maldita sea, mi... —Se sobaba su frente que de apoco enrojecía y se calentaba por el golpe. Y no solo eso, al parecer había recibido un corte, del cual brotaba unas gotitas de sangre.

—¡Perdóneme, no era mi intención! —El chico que había abierto la puerta se encorvó un poco y ofreció su mano para ayudarle.

Clyde abrió sus ojos con sorpresa. Al momento en que sus ojos se toparon con Token, no solo su frente estaba enrojecida, sino también sus mejillas. Se quiso aclararla garganta para agudizar su voz para que no lo reconociera, pero lo único que consiguió fue ahogarse con su propia saliva de lo nervioso que estaba.

—Ay, me muero... —Tosió tres veces en total, ocultando su rostro bajo los mechones rebeldes de su peluca

—¡P-perdón, déjeme ayudarla! —Token se arrodilló acercándose y, totalmente decidido, pasó su brazo izquierdo por bajo las piernas de Clyde, iba a cargarlo de forma nupcial,

—¡Aw, no, no, no...! —Exclamó el castaño al sentir la mano cálida de Token bajo sus muslos. Se apenó tanto que comenzó a retroceder aun estando en el suelo.

¿Qué le pasaba? ¿No era eso lo que siempre soñaba? Que Token lo abrazara, lo tocara, lo mimoseara... ¡Ahora tenía una oportunidad! ¿Por qué ahora se apenaba con tener al moreno tan cerca de él? Sentía un cosquilleo leve en sus muslos donde había tocado Token, como así tambien en sus manos y mejillas.

Tomó fuerzas de quien sabe dónde y se incorporó, dispuesto a irse de allí y evitar a toda costa cualquier otro chico que se le cruzara en su camino. Pero Token fue más rápido, y antes de que el castaño (o mejor dicho, "castaña") escapara, la tomó del brazo, quería insistirle a que alguien sanara ese corte que tenía en su frente.

—A-ay, me derrito... —Susurró Clyde, tratándose de tapar la boca con sus manos al sentir de nuevo el tacto de Token.

Con fuerza, se zafó del agarre y corrió hacia la salida de la gran heladería. Pudo ver como Butters estaba dirigiéndose justo hacia él con las mochilas de ambos.

—¡Te encontré! Estabas tardando tanto, pensé que te dio diarr-...

—¡Cállate y vámonos! —Exclamó Donovan al momento que agarró la mano de Butters y se lo llevó consigo hacia la salida.

Caminaron apresuradamente hacia las afueras del centro comercial, a donde por fin Clyde se detuvo y se sentó en el suelo, tapándose el rostro con las mangas de su chaqueta. El pequeño Stotch se arrodilló a su lado.

—¿Clyde...? ¡Oh, mira! En tu ausencia gané una tarjeta de la heladería, que si ganas puntos podemos canjearl-...

—Me voy a sacrificar por el equipo.

Butters detuvo su habla. —¿Sa-sacrificar? ¡Oh, de qué hablas!

Clyde levantó la vista y dejó ver esa herida en su frente. De inmediato Butters buscó en su mochila unos pañuelos descartables y limpió la frente del castaño. Éste rápidamente tomó la mano de Butters.

—¡Butters, algo raro me pasó allá adentro! ¡Me puse nervioso cuando Token me quiso tocar! ¡Yo! ¡Nervioso! ¡Nunca me había pasado eso en la vida! —Exclamó Donovan completamente ofendido de sí mismo. El rubio lo miraba sorprendido.

—¿Podrías contarme del principio, por favor?

Clyde suspiró. —Mañana te lo cuento. —Se incorporó y le hizo señas con su mano a Butters para que lo siguiera. —Ya es tarde, voy a dejarte en tu casa y mañana en la escuela me buscas, ¿ok?

—¿Voy vestido de Marjorine?

—Solo ve vestido de marica.

—Eh... ¿cómo sería eso?

—Como tú mismo, Butters. —Clyde rio, había recuperado su ánimo.

...la verdad me da verguenza saludar cuando me desaparecí por meses ;3;  :'(
Parezco ese ex tóxico que se aparece de la nada cuando la vida sin él iba tan bien(?)