Cuando los recuerdos terminaron de apuñalarlo, suspiró. Suspirar era lo único que podía estar haciendo en los últimos minutos, ya había visto la foto entre sus manos más de cien veces y todavía no podía hacer válida la situación.
¿Cómo podría convertirse en padre después de aquello?
Agradecido, asustado, conmocionado. Todas las emociones se centran en Midoriya, quien camina a un paso lento hacia la parada de autobuses, no sabe qué debería hacer, recordar los latidos en el consultorio casi lograron hacer borrar el doloroso silencio que experimentó hace años en un escenario similar.
Cuando Yagi le dijo que debían hacer el ultrasonido, por su mente pasó que tendría un tumor enorme cancerígeno en el vientre y que sus días estaban contados, siendo sincero, todavía no podía dejar la idea de que su bebé en realidad pudiera ser un tumor dañino y no ese bonito ser que crecía perfectamente dentro de sí.
Exhala lentamente y decide tocar por encima de la ropa, pensé que solo estaba engordando, una pequeña risilla se le sale cuando comenta eso en su propia mente. —Un bebé...
Las ganas de llorar le forman un nudo en la garganta, quería correr a casa y decirle a Shinso que los médicos se equivocaron, que él no era tan infértil, que su vientre no era un saco vacío y que esta vez su bebé estaba creciendo con normalidad.
Hay un latido que lo comprueba.
Y esos pequeños movimientos que le hacían derramar unas cuantas lágrimas, en serio le está pasando a él, un bebé que será suyo, uno al que amará como a nadie más.
Solo que hay un obstáculo. Y es que ese bebé no solo es suyo, hay otra persona que es parte del milagro. No puede permitir que Bakugou se entere, porque ellos dos jamás podrían ser felices, es por eso por lo que decide sacar su celular y mandarle un mensaje claro al rubio.
<<No vayas a buscarme, iré con mis padres, Nos vemos luego.>>
No mintió, tomó el autobús con dirección a su antigua dirección, bajando tres cuadras a distancia, caminó rápido y tocó la puerta para que su padre le viera con sorpresa en cuanto se asomó.
—Izuku-
No alcanzó a terminar de hablar cuando tuvo al doncel abrazando su cuerpo. —Hola papá. — comenta sin despegarse, el señor Midoriya alza las cejas, aun así, regresa el abrazo con un par de palmadas.
—Que agradable sorpresa. — el abrazo no se rompe, porque él tampoco quiere soltar a su hijo, no cuando muchas veces él y su esposa creyeron perderlo, ya fuera por sus intentos por terminar con su vida o por verlo como alguien que había perdido toda la ilusión por seguir en el mundo. —¿A qué debo el honor de tenerte aquí hijo?
—Solo quería verlos... ¿Está mi mamá?
—Sí, está descansando un poco ¿Por qué no vas a su cuarto para decirle que estás aquí? — anima el mayor, dándole un pequeño beso a su hijo, desde hace años se propuso ser más cariñoso con él, puesto que uno nunca sabe cuándo sería la última vez que se ve a alguien.
Todos lo aprendieron de una forma cruel.
Izuku asiente a las palabras contrarias, su padre lo libera y se dirige a la habitación de su madre, no toca porque quiere darle una sorpresa, Inko no estaba precisamente descansando, su celular le ilumina la cara para la oscuridad de la habitación y eso hace que el peliverde se ría en voz baja.
—Mamá. — Llama en voz alta y la señora salta ligeramente que hace que el menor vuelva a reír.
—Izuku. — se para deprisa para abrazar a su hijo, temerosa de que le haya pasado algo porque así le hizo muchas veces.
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Nadie más [KatsuDeku]
FanficPerdido entre recuerdos, anhelos que no se pueden cumplir y la culpa, Izuku no ha podido despedirse de su difunto esposo. Creyendo que lo mejor es permanecer fiel por todo lo que le queda de vida, un bar y Bakugou cambian esa perspectiva en solo un...