Capítulo 13: Confrontación

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Bakugou termina de preparar el desayuno de ese día, a diferencia de otras ocasiones, Izuku se encuentra sentado en el comedor, viéndolo de reojo y esquivando sus ojos en cuanto se encuentran, fingiendo que en realidad eso no es lo que estaba haciendo.

Desde aquel episodio en donde lo encontró llorando en la madrugada, Midoriya lucía más decaído que de costumbre, sin embargo, no era esa misma tristeza llena de resentimiento y coraje hacia todos, es más bien como si se hubiera dado cuenta de muchas cosas a las que antes fue ciego.

—¿En serio tienes que ir a tu casa? Lo mejor es que no salgas mucho. — volvió a debatir sobre el tema. —Quedan pocas semanas para el parto, y aunque andes en taxi no es algo que me deje muy tranquilo.

—Tengo que hacerlo por lo mismo. — Izuku trata de sonreírle, pues le ha ocultado que Aizawa le ha pedido especialmente la misión, porque tenía que encontrarse otra vez con sus recuerdos e irlos afrontando. —Mi mamá me va a acompañar, no tienes que preocuparte.

—¿Por qué tiene que ser hoy? El fin de semana te puedo llevar. — además de ser de sus días de trabajo pesados, pedir permiso sería una cachetada para todo el departamento.

—Estaré bien, estaremos. — se corrigió a sí mismo, alzando la vista y encontrando la angustiada de Bakugou. —Lo prometo.

Con un resoplido le dio la razón, más que nada por el temor de traer de vuelta al Izuku que le maldice por meterse en sus problemas. Uno que le recuerda que su casa fue su más grande nido de amor y que no iba a permitirle inmiscuirse en ello. —Bien, come todo.

Un montón de platos fueron puestos en frente del peliverde; arroz, verduras, un poco de sopa miso y pequeños trozos de carne con salsa de soja. —Por eso subí tres kilos. — contestó en modo de burla, recibiendo una sonrisa cortés de parte del rubio.

—Llámame si necesitas algo, también cuando regreses. — Bakugou le da un apretón en el hombro, abandonando el departamento enseguida.

Deku no tiene problema en comer el desayuno que le ha hecho el mayor. Lo que es raro porque, de hecho, tiene pocas ganas de la mayoría de las cosas, y está consciente de que sus acciones solo son realizadas para cuidar al ser que carga en su interior, bebé que se encuentra perfectamente de acuerdo con el doctor Iida.

La mayoría le felicitaba por verlo mejor. Su compañera de trabajo; Momo, tuvo que llevarle unos papeles hace un par de días, la mirada llena de emoción de la mujer no fue para nada disimulada, abrazándolo en cuanto abrió la puerta y esbozando una enorme sonrisa al verle en su estado.

—¿Cómo es que tantas personas ya te aman? — su mejor amigo era otro solapador, llevándole tantas cosas y antojos que nadie más consentiría. Hasta el frío Todoroki, un par de bolsas estaban guardadas con ropa y juguetes de su parte. —Me da más seguridad...

Tal y como fue mencionado a Bakugou, Izuku no había dejado la idea de que quizás su hijo estaría mejor si estaba lejos de él. Probablemente tendría que irse, hacer todo lo posible para arreglarse internamente, pero ¿Cuánto tiempo le llevaría? El tiempo pasa sin detenerse, y nadie se detendría con él, cuando alguien quiso hacerlo, él se encargó de joderlo.

Y está bien.

No puede, ni debe sentirse como una víctima. Bakugou le dio tantas oportunidades que cada día puede entender mejor su comportamiento, y él tampoco tiene las agallas de preguntar. No sin una garantía. ¿Para qué hacerse ilusiones? Su corazón se siente marchito, sin la posibilidad de volver a trabajar sentimentalmente.

Está más que bien.

Katsuki podría criar a su hijo si es así como lo creían más prudente, por su parte, a él le tocaría ser el padre que se encuentra en una clínica o encerrado en su casa, viviendo de ilusiones y cerrado a la realidad. Tendría que ver como todos avanzan, dejándolo atrás una vez más.

Nadie más [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora