Epílogo

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—No puedo creer que por fin sucedió. —anota Izuku, dejando la copa de champaña en la mesa, bajo la atenta mirada de Katsuki, mismo que desde hace un par de horas es su esposo oficialmente.

La recepción está siendo un sueño cumplido para ambos. Tanto sus familiares y amigos se divierten, ya sea bebiendo, con la compañía o con las suaves melodías que arman el ambiente. Un día que se veía muy lejano pasa como agua entre los dedos.

—¿Verdad? Nos costó tanto trabajo organizarlo que me cuesta creer que el tiempo no hace justicia. —su madre bailaba divertida con su papá, así como Natsuki lo hacía con la señora Shinso, quien había formado parte de su familia como una tercera abuela.

—Más que eso, me refería a que por fin aceptaste. —el tono casi de reproche les sacó una risa.

Bakugou se encogió de hombros. —No es para tanto.

—Me rechazaste el anillo dos veces.

—Bien... No estaba listo. — la misma charla la tenían al menos una vez al mes. A diferencia de lo que muchos pudieran creer, terminaba como una broma, la mayoría de las veces.

—Admite de una vez que te quisiste vengar de mí por no aceptarte hace seis años.

Bakugou le estrelló los labios con los suyos. —Algo hay de eso.

—Y todavía lo hiciste una segunda vez. —Izuku se regodeó por acariciarle el rostro, en lo que Bakugou lo hacía con los cabellos de su nuca. —¿Tanta venganza querías?

—Al menos me casé contigo, después de un tiempo. —y fue él mismo quien le dio un anillo nuevo a Midoriya, con una propuesta igual de romántica que la primera vez. —¿No estás contento de que sea así?

Izuku asintió con la cabeza y regresó sus labios a donde pertenecían, besando al rubio sin importarle por la escena que protagonizan. —Porque creíste que estaba esperando otro bebé.

—¡Ya te dije que no es así! — Deku se rio por la desesperación en la voz del otro. —Me había dado miedo que no quisieras pedírmelo una tercera vez.

Las manos del peliverde descansan sobre la ajena, jugueteando con los anillos. —Sabes que lo iba a hacer, no iba a permitir que siguieras con el estatus de soltero. Además, cuando descubrimos que no había bebé y quisiste seguir con los planes, supuse que ahora sí iba enserio todo.

—Habría sido interesante una tercera propuesta, a veces me arrepiento de ser tan blando contigo. Merecías sufrir un poquito más.

—¡Cruel! — juzgó Izuku, haciendo una falsa molestia y queriéndose alejar del cálido abrazo, abrazo que no se rompió porque Bakugou lo ajustó a su cuerpo. —Te amo demasiado, y es así como me pagas: Con crueldad.

—Aprendí del mejor.

—Pues debiste aprender más. — Un par de invitados admiran la atmósfera rosada que los envuelve, porque se veían más que enamorados, lucen perdidos en sentimientos agradables y arrolladores.

Todoroki, con la cara sonrojada debido al alcohol, se les acerca sonriendo, culpa al mismo alcohol como a la felicidad por su mejor amigo. —No es mi placer interrumpir, pero me están preguntando los del banquete sobre a qué hora quisieran partir el pastel, si es que van a querer hacer bullicio o ellos se encargan de cortar un pedazo para cada invitado.

Lamentándose de no tener una cámara a la mano, Bakugou guarda muy bien el desequilibrio de Shouto en la mente. —Creo que no necesitamos algo épico, que ellos se encarguen de entregar un trozo a cada invitado. ¿Qué opinas tú, Deku?

Nadie más [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora