Capítulo 11: Contradictorio

1K 139 199
                                    


Izuku bufó al despertarse en la blanca habitación en la que ha estado viviendo en las últimas semanas, porque todavía no puede hacerse a la idea de lo que estaba haciendo con su vida. Hace un mes habría negado absolutamente que viviría con Bakugou, y no era para menos cuando el rubio le amenazó con la idea de una demanda por la custodia de su hijo.

La realidad fue diferente en cuanto Toshinori y el Dr. Iida le recomendaron mantener la calma y alejarse del estrés ¿Entonces cómo fue que terminó viviendo con Katsuki cuando el hombre fue el causante en primer lugar de aquél incidente? Quiso insistirse que lo hizo porque en verdad vio arrepentimiento en él en cuanto fue a visitarlo al hospital, y la otra razón fue por un supuesto miedo de que en verdad le fuera a quitar el derecho de cuidar a su propio bebé. Tampoco pudo olvidarse de que era obligatorio que alguien estuviera al pendiente de él, su embarazo no era algo así como de alto riesgo, pero podría convertirse en uno si seguía por el mismo camino.

Todos a su alrededor sabían que aceptó irse con el rubio solo después de que Bakugou lo sugiriera, no hubo insistencias, Midoriya dentro de sus momentos de lucidez entendió que no podía estar estresándose en la soledad de su casa y recuerdos, por mucho que amase a Shinsou, su embarazo estaba siendo su prioridad.

—¿Vas a desayunar ahora o te dejo las cosas en la mesa? — preguntó Bakugou al pasar en frente de la puerta del cuarto, la misma habitación que era suya, sin embargo, fue asignada a Izuku por tener una cama y no un futón como lo usaba el rubio.

—No tengo hambre...— apenas se había medio sentado contra el respaldo, su vientre comenzaba a ser un problema para dormir cómodamente.

Katsuki alzó una ceja y se cruzó de brazos, recargándose en el marco de la puerta. —Vamos, al menos come un poco de fruta para que no tengas el estómago vacío, el doctor ya te dijo que no desayunar te causa más agruras. 

Izuku volvió a resoplar, porque no era un niño al que le tuvieran que estar repitiendo lo que dijo Toshinori la semana pasada. —Pero no tengo hambre, no quiero que me caiga mal la comida. — insistió, aun así, no obtuvo la razón del otro.

—Te daré una manzana ¿Bien? Eso no te hará daño, más tarde puedes comer, me iré a trabajar después de dejar el desayuno listo, si necesitas algo me llamas por favor.

Bakugou se alejó del marco y se sintió mejor al liberar un suspiro, porque Bakugou siguió con sus propias reglas: Nada de intenciones amorosas, nada de coqueteos o dobles intenciones. Mas bien parecían un par de compañeros de casa o el chico que cuidaba de su amigo enfermo.

La idea le caía mal a Midoriya, porque en serio creyó que tendría a Katsuki insistiendo por aquí y por allá por una milésima oportunidad. Cuando aceptó vivir con él, su imaginación voló con distintos escenarios, algunos en donde el rubio le robaba besos, otros en donde simplemente le pediría que reconsiderara su propuesta de matrimonio, e incluso que lo tendría durmiendo por sorpresa a su lado.

Nada de aquello había sucedido, ni el intento de él.

—Vaya amor me tiene. — comentó con molestia al levantarse de la cama e ir primero al baño. Para Izuku, el amor del rubio se había acabado muy rápido, tanto que se sentía ofendido por aquello cada que cruzaban frías palabras y sus sencillas interacciones a pesar de vivir en la misma casa.

Aunque en esa casa habían engendrado a su hijo, tan sencillamente ahora lo trataba como un extraño, casi podía sentir que esperaba solo el nacimiento del bebé para no volver a interactuar demasiado con él, ser de esos padres que comparten custodia, pero no hablan más que de dinero y necesidades... ¿Por qué le molestaba tanto si eso es lo que deseó desde un inicio?

Nadie más [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora