Capítulo 3: Besti

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Capítulo 3: Besti

–Dale chofer...– cantó Mikey

–¡Que anda chupando pico!– le siguió Baji

–Cállense, aweonaos, los van a bajar– los retó el Draken

–Dale chofer...– esta vez fui yo

–¡Que anda chupando pico!– me siguió Smiley

–¡Ay ay eey rata... Ah conchetumare– el Kazu iba a seguir la canción, pero la micro paró de la nada, haciendo que se fuese de golpe hacia adelante y se pegara con el fierro, haciendo que todos nos riéramos

–El grupo de weones– nos llamó el chofer –bájense altiro–

–¿A quiénes les decis weones, viejo culiao?– Baji se estaba por amarrar el pelo, pero entre el Chifu y el Draken lo pararon

–Bájense o llamo a los pacos–

–¡Llaaaamalos po, que tanta wea!– al Baji se le marcaba la vena en la frente de la rabia, y yo estaba muy caga de la risa

–Ya Baji weon, vámonos nomá, si a este viejo culiao no lo pesca la señora y la agarra con nosotros, le falta zorra– se quejó el Mikey

–O pico... Uno nunca sabe, siglo 21 po cabros– habló el Angry

–Se me bajan al tiro– el chofer se venía acercando a nosotros con un fierro

–Conchetumare, corran weon– Takemichi comenzó a empujarlos fuera de la micro, haciendo que todos nos bajáramos.

El chofer volvió al asiento y volvió a echar a andar la micro, y cuando se alejaba, el Baji le tiró una piedra que le rompió la ventana de atrás.

–Ay mierda... ¡corran, corran, corran!– gritó el mismo Baji, haciendo que todos corriéramos mientras escuchábamos los gritos del viejo culiao detrás de nosotros

–¡Corran y no paren, weon!– de los últimos venía Draken, asegurándose de que ninguno quedase atrás, yo ya estaba pal pico de cansada, no me caracterizo por ser una persona muy atlética en realidad.

–¡Al metro weon!– ante la sugerencia del Kazu, todos se deslizaron por las barandas de las escaleras pa llegar abajo más rápido

–¿¡Qué?!– yo quedé plop ¿Cómo chucha hicieron esa wea?

–¡_______ apúrate weon, el viejo viene detrás!– no me quedó de otra que bajar las escaleras a tropezones, escuchando la voz del viejo a lo lejos ¿no debería estar en su micro? Se la van a robar weon.

Ya abajo en el metro, estaba buscando mi bip en el banano, pero los cabros saltaron el torniquete y corrieron abajo, ignorando a los guardias

–Pero pa queeeee po, paren la wea– estaba indignada, estos culiaos están acostumbrados a esta wea

–¡Paren a esos delincuentes culiaos, guardias incompetentes!– el viejo venía bajando las escaleras y los guardias del metro fueron detrás de nosotros

–Fuiste– el Draken me cargó en su hombro y saltó el torniquete, bajando rápido las escalera antes de que se cerraran las puertas. El Draken entró y justo detrás se cerraron las puertas, dejando a los guardias y al viejo atrás, a los que el Baji les hizo un hoyuo.

Yo, derrotada, pal hoyo de cansada, me senté tiritona, no sentía las piernas y estoy casi segura de que escupí un pulmón

–Voy a vomitar, conchetumare– me quejé, echándome aire

–Toma– el Chifu me pasó una botella de agua, la cual agarré y bebí de una.

No tenía oxígeno ni para hablar, en cualquier momento estiraba la pata, y entre el Chifu, el Kazu y el Mikey me tiraban viento con las manitos. El teléfono del Draken comenzó a sonar, así que contestó.

Mamá, me enamoré de un pandillero (Tokyo Revengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora