Capítulo 7: Nunca, nunca

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Capítulo 7: Nunca, nunca

–¡Llegó la tooooman chuchetumare!– la energía de Smiley se propagó de inmediato, y todos comenzaron a gritar. Le subieron a la música y el gran grupo que había llegado junto comenzó a dispersarse.

Fuimos a un lugar amplio para que estemos todos tranquilos, era en el patio de afuera, donde habían weones jugando beer pong y otros comiendose en lo oscuro.

–Voy a buscar una chela ¿queris una?– me preguntó el Chifu

–Eeh... Te acompaño– le sonreí. No me mal entiendan, no es que no confíe en él, pero prefiero prevenir que lamentar.

–Dale, vamos– me indicó con la cabeza, y yo lo seguí.

Llegamos a la cocina, donde habían varios cooler con weas pa tomar: chela, bebida, jugo, lemon stones y agua. El Chifu tomó varias chelas, supongo que pa los demás, y yo tomé unas cuantas más, ya que el Chifu no podía llevar todas el solo. Llegamos y le pasamos a loz que querían, usando otra chela, abrí la mía y le di un largo sorbo.

–Oooh, la wea rica– mentira, la cerveza nunca ha sabido bien, es amarga y sin sabor en específico, puro alcohol gasificado, pero el beberla es la sensación rica.

–Ya po, Ken, vamos a bailar– la Emma estaba tirando de la manga al Draken

–No quiero dejar solo al Mikey, tu sabis como se pone cuando se cura–

–Pero no está solo, están todos los demás– nos indicó Emma

–Anda noma, Draken, nosotros te vemos al Mikey– le respondió Mitsuya.

–Buena cabros, volví– ni siquiera me di cuenta cuando desapareció el Kazu, pero acababa de volver, y traía un pito enrolado perfectamente en la mano

–Ya va a empezar el volao culiao– el Hakkai giró los ojos

–Voy a ignorarte por esta vez, Hakkai. ¿Alguno tiene fuego?– preguntó

–Yo– abrí mi bolsito y saqué mi encendedor, pasandoselo

–Esa es mi polola– me tiró un beso.

Se puso el pito en la boca y lo prendió, dándole una calada

–Oooh conchetumare... Ta de la perra– se rió el Kazu. El Tsuya le estiró la mano y también le dio una

–Ooh Kazutora culiao ¿de dónde sacaste esta wea?– le preguntó el Mitsuya

–Es de la que vende en Hanma, ta potente ¿o no?–

–A ver, dame– le estiré la mano al Mitsuya, él me pasó el pito y yo le pegué una piteda.

Sentí que veía a Itachi vivo y al Baji muerto, taba de la mea perra, que llegué a sentir la garganta seca

–No, _____, no tosai, no lo hagas– me advirtió el Kazu, pero fue tarde, me fuie inevitable no tocer

–Noooo, _____, dónde te sentaste– el Take se llevó las manos a la cabeza.

–Ya, si no me va a pasar nada, fue una tos nomah– me defendí ¿qué es lo peor que me puede pasar?

[...]

–¡Mami que tu quiereee, aquí llegó tu tiburón!– animé

–¡Yo quiero perrear y sacarme un blunt!– me animaron los demás.

Estaba arriba de una mesa, en medio de la improvisada pista de baile que había en el living de la casa.. Había perdido la cuenta de cuantas chelas me tomé, de cuángas veces fumé con el Kazu y de cuántas veces le había dicho al Mikey que me diera un besiro, sólo se que ya es mi tercer vaso de vodka negro puro y voy por el cuarto.

Mamá, me enamoré de un pandillero (Tokyo Revengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora