Capítulo 15: La Cama (+18/21)

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Capítulo 15: La Cama (+18/21)

Ya saben cómo funciona, yo aviso cuando empieza y queda bajo su responsabilidad si leen o no. 

–Mami, mami, mami– corrí hacia ella antes de que se fuera –Tráete un helaito de piña, porfis–

–¿Otro?– 

–Pero si compraste uno de un litro mamá, y somos como 12 pelagatos– 

–¿Y cuánto pretenden tomar?– mi mamá alzó una ceja 

–¿Me vai a paquear?– le devolví el gesto 

–No– se rio –Ya, te traigo el helao, te lo voy a cobrar sí, cuando cumplai 18 me vai a pagar todo– 

–Sabis que eso no va a pasar– le tiré un besito 

–Sí sé oh– abrió la puerta y se fue, reclamando a regañadientes 

–¿Lo va a trae?– me preguntó el Mitsuya, abrazándome por la espalda 

–Sip, costó pero la convencí– me giré para abrazarlo por el cuello

–Es que con esa carita hermosa es imposible decirte que no– comenzó a darme besos por toda la cara, haciéndome reír 

–Yaaa, me estay haciendo cosquillas–

–Hermano, me dan un asco– nos vimos interrumpidos por el Kazu, que venía saliendo de su pieza 

–¿Por qué estay sin ropa?– le preguntó el Mitsuya, ya que el Kazu estaba en boxer 

–Porque aquí vivo, y si las dueñas de casa no le dan color, el pololo no tiene que reclamar– le sacó la lengua 

–No somos pololos– dije 

–No aún– interrumpió el Mitsuya 

–Pololos, andantes, al fin y al cabo son la misma wea; se comen, culean, se tratan bonito– el Kazu se encogió de hombros –¿Se van a correr o no? Quiero mear– 

–Andai con la wea parece– le dije riendo, mientras empujaba al Mitsuya a mi pieza 

–Si van a culiar pon cojines en la cabecera, tu cama suena mucho– gritó desde el baño, y yo sólo giré los ojos y cerré la puerta de mi pieza. El Mitsu estaba acostado en mi cama, mirando su celular, así que me tiré al lado de él. 

–Tienen como mucha confianza con el Kazu ¿o no?– 

–Pucha, sí, pasamos la mayor parte del día juntos, y vivir juntos aumentó la confianza que nos teníamos de antes– 

–Mucha confianza pa mi gusto– 

–¿Me queris wear?– me senté en la cama pa mirarlo –Takashi Mitsuya, no te estis poniendo tóxico conmigo– 

–No es de tóxico, sólo que ya tenis un historial con el Kazu– se encogió de hombros 

–Ya, y con el tiempo que llevamos viviendo juntos, no crees que si quisiese tener algo con él ¿no lo hubiese tenido ya?–

–... Ya, perdón, no quiero pelear– hizo que me volviera a acostar a su lado 

–Yo tampoco quiero pelear, pero mide las weas que estay diciendo– hice un puchero 

–Perdón– me dio un besito, y yo sonreí, tomándolo de las mejillas pa seguir con el beso. 

Creo que no hay necesidad de explicar el qué está pasando, pero sólo porque soy buena gente les daré contexto. 

Mamá, me enamoré de un pandillero (Tokyo Revengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora