Ｉｋｏｎ ｒｅａｃｃｉｏｎｅｓ

#11

Pedido hecho por koo_yangmi

Situación

—Por favor, por favor se lo ruego. Necesito bajar al mundo terrenal, necesito hacer algo para que ella este mejor, me parte el alma verla así, ya no quiero verla llorar por mi.— dijo el muchacho mientras se arrodillaba y con sus manos entrelazadas sobre su pecho le rogaba a aquella gran deidad.

—No es para que te arrodilles hijo mío, levántate.— respondió y comenzó a caminar sobre aquella tierra fresca, rodeada de una bruma blanca con un deje dorado en cada borde, dándole así un toque elegante, caro y celestial.

—¿Lo que tu quieres, es que ella te olvide?— preguntó.

—No, lo que quiero es que me recuerde felizmente y deje de llorar mi partida.— comentó el chico mientras lo seguía por atrás.

—Casi que no ha sonreído desde que me fui, dejó todos sus proyectos en hiatus por estar triste, por llorar mi partida y realmente no quiero eso para ella. Quiero verla prosperar, ser feliz al lado de otro hombre, que tenga familia y aquella gran empresa con la que soñó desde adolescente. La amo y realmente me duele que esté mal por mi culpa.— volvió a hablar mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas.

Aquella gigantesca deidad giró sobre sus pies, lo miró y le sonrió. Llevó su propia mano a la cara del chico, rozando suavemente la mejilla haciéndole sentir escalofríos. Su mano era tan suave, tan dulce en su tacto, tan paternal.

—Volverás una vez hayas cumplido tu cometido.— dijo ahora pasando suavemente la mano sobre los ojos del chico, haciéndolos cerrar por simple estímulo, sintiendo vibraciones recorrer todo su cuerpo las cuales rodearon toda su cabeza, generó así que el muchacho se sintiera en las nubes.

Se sentía flotar, y simplemente dejó los ojos cerrados y suspiró profundamente.

[...]

—La verdad doctor, desde que él se fue, no tengo muchas ganas de levantarme de la cama, no tengo ganas de comer, de ir al baño, ni si quiera cambiarme de ropa.— habló la chica en el consultorio de aquel psiquiatra.

Hacía un mes su novio había fallecido por un tumor cerebral; básicamente el destino lo había arrancado de su vida y ellos ni siquiera pudieron llegar a despedirse. Ni siquiera la dejaron decirle cuánto lo amaba y lo orgullosa que estaba de él, de lo fuerte que había sido todo ese tiempo y de lo agradecida que estaba por apoyarla en todos sus planes o proyectos de vida.

—Debemos seguir con la medicación, te ayudará mucho, solamente debes confiar.— dijo el médico al terminar la sesión para recetar nuevamente aquellas pastillas que la chica venía ingiriendo para mejorar su estado.

—Para la próxima sesión necesito que me traigas una lista de cosas que te gustaría empezar a hacer, ¿está bien?—

Luego del asentimiento de la muchacha, ambos se levantaron de sus sillas correspondientes, se saludaron cordialmente con un apretón de manos y la chica salió de la consulta para dirigirse caminando a su casa.

El chico luego de oír toda la sesión de su novia en el consultorio del doctor la siguió por todo el camino a su casa, ideando planes sobre cómo hacer que ella mejore, cuando de repente una idea se le vino a la cabeza al ver al primo de su mejor amigo.