Este capítulo no va a tener una frase de adelanto como suele ser. Quiero dedicarles este capítulo a mis mejores amigas Joa y Paz por estar siempre <3
Nick cumplió con su promesa y me recordó despertarme a tiempo para llegar a mi trabajo. Por más de que me duché y me puse la ropa más formal que encontré, mis ojeras me daban un aspecto de mapache, con un poco de corrector al menos lucía decente.
Aproveché la media hora de ómnibus a la empresa para dormir un poco más, me desperté babeando la ventana y me había pasado tres paradas de mi destino.
Luego de echarme el maratón de mi vida entré a la empresa justo a mi hora de llegada, dejé escapar un suspiro de alivio al notar que no iba a recibir ningún sermón de mi jefe. Caminé tímidamente subiendo por las extensas escaleras rezando para no encontrarme con él, pero como siempre es inevitable que no sea así. Kinsky apareció por las gigantes escaleras con su típico traje y pelo rubio planchado hacia atrás. Al verme me dio su sonrisa más falsa y yo le correspondí al gesto.
— Buenos días, señor Kinsky— saludé por cortesía.
Ojalá te resbales de las escaleras y te fractures un pie.
— Buen día Firelook— respondió parándose frente a mí.
— Electra está bien, solo Electra— perdí la cuenta de cuantas veces le pedí que me llamara solo por mi nombre.
Él frunció el ceño.
— Pero el apellido Firelook es digno de llevar, deja que te presuma un poco— respondió guiñándome el ojo y de repente sentí náuseas.
— Es digno de llevar si tu nombre es Cedric ¿no cree señor Kinsky?.
— Y el apellido Kinsky solo es digno de llevar si te llamas Eric. Uno debe de estar orgulloso de lo que es— agregó pasando por mi lado y pechándome como de costumbre.
Rodeé mis ojos llenos de fastidio y continué mi marcha la oficina.
NUNCA se queden trasnochando un fin de semana completo, por su salud lo digo. Las horas parecían años, mis párpados se entrecerraban cada cinco segundos y solo llevaba la mitad de mi jornada. Si hubiera dormido bien esto no hubiera pasado. Cuando comenzaba a plantearme la idea de colocarme cinta para mantener los ojos abiertos, Eric entra por la puerta principal con su típica cara de desagrado al encontrarse con la mía.
— ¿Electra que te pasa?— preguntó serio.
— Nada, me faltan solo ocho páginas para terminar mi análisis— respondí actuando lo más natural posible.
— Te ves fatal.
Lo miré con una sonrisa falsa.
— Siempre me veo fatal, gracias Eric— volví mi vista al ordenador.
— Para ti soy Kinsky. Y sabes que no me refería a eso— aclaró colocando sus manos en los bolsillos.
Ignoré su comentario y continué leyendo perdidamente el PDF hasta que me volvieron las náuseas, y esta vez, eran muy reales. Terminé vomitando a un costado del escritorio y derramando un par de lágrimas del estrés las cuales limpié rápidamente.
Kinsky carraspeó la garganta antes de hablar.
— Llamaré a la empleada sanitaria para que limpie esto. Señorita Firelook agarre sus cosas y acompáñeme— salió de la oficina.
Me levanté roja de vergüenza y algo mareada, pero no tuve muchos problemas para recoger mis cosas.
Luego de unos minutos mi jefe volvió a atravesar la puerta y me ordenó que lo esperara en la planta baja.
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Con tu Ausencia
عاطفيةElectra Firelook tiene veintitrés años, vive en New Jersey con su gato Timbó con la esperanza de alejarse de su pasado que aparenta perseguirla. Ser la hija secreta del matrimonio más famoso del momento no es nada fácil, para peor, su trabajo como e...