Like water.

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—La policía militar repartía esto. —

Armin le tendió un panfleto de SE BUSCA al capitán con su rostro. Traía uno para cada integrante. El equipo se mantenía en el bosque, avanzando hacia los terrenos de Rod Reiss. Serena observaba discretamente al capitán. Analizaba a cada integrante de la tropa en realidad. Todos y cada uno de ellos eran sueños rotos. Personas con circunstancias trágicas y eso los llevó a vivir ese preciso momento. No eran distintos los unos de los otros. Todos sufrían gracias al Creador.

—Si es cierto, la Legión está desmantelada. — Jean aportó mientras acomodaba los suministros que traían del pueblo. Era un día caluroso. —Escuchamos que esta tarde registrarían las montañas. —

—Hay controles en las carreteras principales y se necesita un pase para cruzarlos. —

Armin prosiguió. La situación era mala. El gobierno no estaba de su lado. La atención de Serena se enfocó en uno de los carteles con su rostro. Horror. No había otra manera de describir lo que veían sus ojos.

—Por dios yo no me veo así. — Se quejó. —Mis ojos son más grandes. —

La pelinegra le mostró el dibujo a Jinni. Esta asintió mientras reía. El agua del río corría. Los pájaros volaban por el cielo. Los ángeles se encontraban en paz. Levi encontraba divertido las ocurrencias de la chica. Seguía manteniendo una buena actitud y se adaptaba al mundo humano. Era fascinante como seguía brillando entre las sombras.

Para Levi, Serena se había convertido en un cachito del paraíso en la tierra. Se reprimía a sí mismo e intentaba limitar sus pensamientos sobre la pelinegra. Eran tiempos de guerra, la decisión más estúpida que podía tomar era tener sentimientos por alguien, especialmente si ese alguien era la oportunidad que tenía la humanidad. Sin embargo, no podía evitarlo. En poco tiempo, Serena formaba parte de sus pensamientos. Era como tener destellos de luz en el aire, era difícil de ignorar.

—Alguien viene. —

Sasha informó. El equipo se puso alerta. Levi observó a la tropa. Sabían lo que tenían que hacer. El par de ángeles. Se alejó del perímetro, lo primordial era mantenerlas seguras. Sus poderes eran el arma que tenían para rescatar a Eren e Historia.

—Adoro la adrenalina. —

Jinni susurró desde los arbustos. La pelirroja jamás abandonó su hogar. Lo más lejos que llegó fue al calabozo en el que mantenían a Serena dentro de lo más profundo del palacio. Estar en la tierra, ver los colores, respirar su aire mientras se acoplaba a una infinidad de sensaciones, era lo mejor del mundo.

—Mantén la mente clara. —

Serena le ordenó. Jinni acató. Después de todo, era una novata. La pelirroja podía controlar el fuego, pero si había que pelear cuerpo a cuerpo, perdía con facilidad. Jamás fue una buena guerrera, contrario a su mejor amiga.

—Tu desaparición es un secreto para la nación. — La declaración de la pelirroja la tomó por sorpresa. —Alec ha estado asistiendo a todos los eventos oficiales. Es presentado como tu prometido, y futuro rey del reino de los cielos. —

—¿Qué es lo que acabas de decir? —

—Todo parece indicar que hay una alianza muy fuerte entre el Creador y Alec. —

­—Serena. —

Su padre se encontraba en su habitación. La pequeña desapareció las últimas horas. Y los instantes que vivió al lado del joven de la ciudad subterránea fueron precioso. El creador se encontraba furioso. Desconocía de las expediciones de la heredera a la tierra hasta ese momento. Dios odiaba a los humanos. Escuchaba sus plegarias todos los días, e ignoraba cada una de ellas.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora