Welcome to life.

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Alexa, yo puedo llevar mi propio caballo. —

Serena se quejó por milésima vez, pero la comandante de las fuerzas lunares era igual de obstinada que la pelinegra.

—Tú debes guardar tus energías, no sabemos qué clase de ejército nos espera. Además, ya no eres un ángel por el momento. Tus poderes sobrenaturales no te acompañan más, hay que estar preparados. —

—¡Titán a la izquierda! —

El grito de Jean alertó al grupo. Alexa se colocó frente a la heredera, preparada para ser la primera en dar el ataque. A Serena le molestaban las consideraciones, ella podía protegerse a sí misma.

—No pasa nada, está dormido. — Hange informó con calma. —Parece que este no es uno de los que se mueven de noche. — El régimen respiró de nuevo. —Qué lástima, dejémoslo. —

Con la llegada del sol, atravesaron las puertas de la muralla María. La misión oficialmente había comenzado. Se encontraban alerta, sus enemigos podrían estar en cualquier lado. Los solados de la Legión se lanzaban por los aires mientras inspeccionaban el lugar. Los guerreros de la luna se mantenían en tierra junto con algunos de los miembros de la Legión. ¿El plan? Sencillo, primero recuperarían la muralla, después vencerían al ejército celestial.

—Es hora. —

Alexa indicó, saltó de su caballo y se elevó al cielo. A su lado la acompañaban dos guerreros selenitas. Su objetivo era matar a los titanes dentro de la ciudad, despejar el terreno era su prioridad. Todos iban encapuchados, de esta manera ocultarían a Eren y Serena. Se movían a través del muro, Eres se perdió por un momento admirando el que solía ser su hogar. Cada una de las historias vividas atravesaron sus memorias, su expresión se volvió sombría.

—¡No te detengas! — La profunda voz del capitán lo regresó a su realidad. —¡Ve a la puerta exterior! —

—¡Entendido! —

El joven Jaeger respondió inmediatamente. Mikasa y Armin iban detrás de su amigo. El trío de oro se mantendría unido, no importaba lo que sucediera. De pronto, el pequeño rubio se detuvo. Su mirada viajó a los restos de una hoguera al pie de la muralla. Hizo una señal, informando al equipo, que estaban cerca.

Serena y Levi funcionaban como un equipo. La heredera de la luna analizaba el terreno. No era normal. Algo definitivamente estaba mal. El hecho de no tener titanes a la redonda le daba mala espina. Esperaban que un ejército los recibiera, sin embargo, estaban solos. Las pistolas de bengala llenaron el perímetro de un humo verde. Continuarían la misión. Eren Jaeger logró sellar la puerta exterior con éxito. Y se reunió nuevamente con Hange, Mikasa, Levi y Serena en la cima de la muralla. Debido a que el joven titán perdió su capa, Mikasa le tendió la suya.

—¿Fue así de fácil sellar la entrada? —

Eren pensaba en voz alta. A su lado, Levi corría, necesitaban llegar a la puerta interior. Serena se preguntaba lo mismo, no era propio de su padre esperar así. Al Creador le gustaba dar el primer golpe. Algo iba mal, no se necesitaba ser un genio para darse cuenta.

Serena no era la única con este presentimiento, el pequeño Armin descubrió indicios de un campamento, al menos tres personas estuvieron ahí. La tetera metálica que encontró el rubio estaba fría. Eso significaba una cosa, se ocultaron bien. Y ahora, un grupo de soldados de la Legión, de la mano con los guerreros de la luna, se encontraban al mando de Armin Arlert.

La pistola de bengala apuntó de nuevo al cielo, dejando ver su nuevo color; rojo. La misión se cancelaba, el resto del equipo debía volver a la cima del muro. El grupo, al mando de Armin, revisaba la muralla. Sospechaban que el enemigo se encontraba dentro de esas paredes. No podía quedarse así, Serena tenía que hacer algo.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora