En muy pocas ocasiones Jackson Vanderholl había tenido ocasión de ver a Ciara Landrove así.
La rubia banshee tenía la mano apoyada en la pared mientras esperaban a que las puertas del subterráneo ascensor se abriesen y era evidente que luchaba para mantener sus azules e intensos ojos abiertos.
Sabía que el responsable absoluto de que se encontrase de aquella manera había sido él, y solamente él al alimentarse de aquella primigenia forma de ella como lo había hecho y en el fondo, se sentía mal por una razón bastante diferente a la esperada.
Él hubiese querido alimentarse así de Sondra Drysdale, la única hembra de su raza que hacía que perdiese la cabeza.
Sondra le permitía tocarla, acariciarla, besarla incluso algunas veces, ¿pero alimentarse de ella?
Eso nunca.
Ese era un acto excesivamente intimo y personal como para permitírselo, aunque ella lo hiciese con él algunas veces cuando el hambre se volvía demasiado apremiante.
Quizás esta vez el ansia y el deseo se habían instaurado en él de una forma tan acuciante e intensa que no había podido resistir las ansias de alimentarse de Ciara una vez más, aún habiendo prometido no hacerlo.
Y le había hecho daño.
Lo sabía.
Lo sentía.
Aún habiéndose duchado toda ella con un gel floral, seguía impregnada de él y el hedor a sangre y a su esencia la marcaban como suya, al menos en ocasiones como esta.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Ciara apartó la mano de la pared y prácticamente se tambaleó hasta su interior apoyando el cuerpo en la metálica superficie oscura a la espera de que él entrase y pulsase el botón que les llevaría arriba, a un par de plantas por encima del suelo en el Abstraction.
Estaba segura de que se sentiría mejor al llegar allí.
Jackson que entro instantes después tras ella pulsó el botón y espero a que las dos anchas y negras hojas de la puerta se cerrasen frente a él y justo cuando estaban a punto de hacerlo una mano se coló justo en medio de la parte alta siendo captada por el sensor y estas se abrieron de nuevo.
Nada más separarse las puertas frente a él, Jackson sintió los fríos y duros ojos de Asher, su hermano mayor clavarse directamente sobre los suyos durante largos instantes.
Ciara que trataba de mantenerse despierta apartó la mirada del exterior sintiendo como de pronto toda aquella tensión volvía mucho más denso y asfixiante el espacio y no pudo evitar tragar lentamente al sentir a Asher entrar fríamente en el ascensor sin que sus ojos se apartasen de los de su hermano.
La tensión era tan concentrada, tan densa que costaba no palparla en el aire.
Asher no pareció querer reparar en su presencia y se situó junto a Jackson poco antes de que las puertas se cerrasen frente a ellos.
Pasaron un segundo, tal vez dos mientras el ascensor se ponía en marcha y ascendía antes de que Ciara sintiese el roce de la mano de Jackson sobre los muslos por encima de la tela del largo vestido lavanda como si de alguna forma quisiese marcar su territorio ante él y simplemente se observo en la reflectante superficie de enfrente teniendo que apartar del todo la mirada incapaz de verse.
Los anchos hombros de Asher tensándose bajo el cuero de la negra chaqueta.
La arrogante y escondida sonrisa brillando en los grises ojos de Jackson provocándole.
Ese compacto y pesado silencio cargando aún más el ambiente.
El latente desprecio del uno hacia el otro.
La soberbia, la repulsa, la subyacente subestimación.
La burla, la mofa.
Toda esa provocación.
Esa hostilidad subsistente,
Cuando el ascensor se detuvo en la tercera planta y sus negras puertas se abrieron, Ciara se separo de la pared haciendo acopio de sus fuerzas y paso por al lado de Asher de Jackson en silencio para atravesar el pasillo y llegar al final de este donde se encontraba la puerta de su acogedor loft.
Y en cuanto Jackson se dispuso a hacer lo mismo, Asher pulsó con rapidez el botón para hacer que estas volviesen a cerrarse y antes de que Jackson pudiese reaccionar siquiera, Asher se volvió hacia él agarrándole con fuerza de la camiseta antes de prácticamente levantarlo del suelo pegando duramente su espalda contra la superficie del ascensor que se hundió bajo el peso de este.
—No vuelvas a tocarla de esa manera, ¿me oyes? —le amenazó Asher con dureza clavando sus fríos y duros ojos en los de su hermano menor—. Nunca más.
Jackson que tan solo sonrió desafiante conteniendo un gruñido de dolor al sentir arrugarse el metal bajo su espalda observó sus ojos con cierta diversión recreándose en toda esa furia y esa impotencia que desprendía él.
—¿Qué pasa? —preguntó el menor de los íncubos con una escondida sonrisa ahora y burla en la voz—. ¿Acaso te recuerda demasiado a ti, hermanito?
La expresión de Asher cambió de golpe y su puño se cerro e impactó con tantísima fuerza junto a la cara de Jackson que a este se le cortó la respiración por un instante sabiendo que quizás esta vez si que había ido demasiado lejos.
—Nunca más —pronunció de nuevo Asher arrastrando las palabras en voz muy baja y determinante soltándole bruscamente al sentir las puertas abrirse de nuevo viendo la expresión inquieta y algo asustada y tensa de Ciara a lo lejos.
Jackson que golpeó su hombro con el suyo al salir del ascensor no pudo evitar endurecer su mirada levantando el mentón orgulloso al dirigirse a ella para acceder al loft.
Asher que se quedo a solas en el ascensor mientras sus puertas volvían a encerrarle lentamente cerro el puño con fuerza sintiendo la roja sangre deslizarse entre sus dedos goteando sordamente sobre el suelo mientras sus grises ojos refulgían en un rojo intenso mientras toda aquella aversión, aquella rabia e impotencia inundaban sus sentidos y temblaba de puras ansias de querer hacerle daño.
De necesitarlo para vivir.
Un día de estos obviaría el hecho de compartir sangre y linaje con él y se lo llevaría por delante tal y como merecía que hiciese.
Solo un día de estos...
Continuara...
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La Nigromante
FantasiEn una ciudad llena de sombras, lujuria y depravación y huyendo de un pasado del que nada quiere recordar, Sondra Drysdale permanece atrapada en un sórdido mundo en el que ha aprendido a moverse como pez en el agua y a cuyas reglas ha de adaptarse p...